(Minghui.org) Comencé a practicar Falun Dafa en 1998. Me gustaría compartir mi reciente experiencia de cultivación y expresar mi más profunda gratitud a Shifu.
Me recuperé de la noche a la mañana de mis enfermedades
Estuve cerca de quedar discapacitada por largo tiempo. Todas las mañanas, necesitaba que mi esposo y mi suegra me ayudaran a levantarme de la cama.
Uno de mis conocidos me sugirió que leyera Zhuan Falun, así que comencé con la exposición de Shifu Lunyu. A la mañana siguiente, me levanté y preparé el desayuno para todos. Mi suegra entró y le preguntó a mi esposo: "¿Cómo la levantaste de la cama tú solo hoy?".
Mi esposo me llamó desde otra habitación, y me apresuré a acercarme, preguntando qué pasaba. Él y mi suegra me preguntaron al mismo tiempo: "¿Cómo te levantaste?".
Les respondí: "No tengo ni idea".
Entonces caí en cuenta: ¡fue Shifu quien me ayudó! Levanté los brazos y las piernas, y todo mi cuerpo se sintió ligero y libre de enfermedades. ¡Me di cuenta de que Shifu había eliminado mi yeli y me había permitido recuperar mi salud de la noche a la mañana!
En ese momento decidí practicar Falun Dafa y me sentí verdaderamente afortunada de ser practicante.
Mi vista era tan mala que incluso los titulares de los periódicos parecían borrosos, ni hablar del texto de los libros. Un practicante me animó a leer Zhuan Falun, explicando que no es un libro común y corriente. Después de leerlo, no podría estar más de acuerdo.
A partir de las enseñanzas, entendí que mi condición es el resultado del yeli de una vida anterior. Aprendí sobre el significado de la de (virtud) y la importancia de preservarlo como practicante. Apreciaba el Fa y leía Zhuan Falun cada vez que encontraba la oportunidad.
Después de comenzar la cultivación, dejé de vender productos falsificados o de calidad inferior, y ya no le daba importancia a las ganancias. Atesoré la oportunidad que Shifu me ha dado para cultivarme y decidí ser una practicante, en todo el sentido de la palabra.
Empecé a poner atención a mi forma de hablar y comportarme, absteniéndome de discutir con nuestros vecinos o con cualquier vendedor en el mercado. Mi esposo y yo optamos por absorber las pérdidas para asegurarnos de que nuestros clientes estuvieran satisfechos, e incluso nuestros vecinos vendedores, a veces buscaban hacer justicia en nuestro nombre.
Por nuestra buena reputación y negocio exitoso, un joven vendedor se puso envidioso y quiso expulsarnos del mercado. Trató de influir en los demás, pero nadie le puso ninguna atención; En cambio los otros, vinieron a informarnos a mi esposo y a mí sobre lo que él estaba haciendo. No le guardábamos ningún resentimiento, ya que sentía que para él la vida no era fácil.
Más tarde, el joven vendedor comenzó a vender productos similares a los nuestros y amplió su tienda hasta superar a la nuestra, pero terminó perdiendo dinero. Afirmaba que nuestra tienda tenía una mejor ubicación, sin darse cuenta de que nuestro principio comercial era vender con una baja ganancia sin comprometer los precios del mercado y que procesábamos nuestros productos internamente.
Cuando terminó nuestro contrato, le ofrecimos nuestra ubicación al joven vendedor, renunciando nosotros a la tienda que yo había dirigido durante 16 años. Él y su esposa estaban muy contentos. Los otros vendedores no podían entender nuestra decisión, y algunos incluso dijeron que me había vuelto tonta por practicar la cultivación. No me conmovieron sus comentarios y no esperaba que entendieran mi decisión.
La familia se beneficia de Dafa
Nuestra tienda era principalmente un negocio de procesamiento, con mi esposo haciendo el trabajo de procesamiento en el taller mientras yo administraba la tienda. Si mi esposo no tenía nada que hacer, se sentaba en la tienda a esperar a los clientes.
Durante la brutal persecución del Partido Comunista Chino (PCCh) contra Falun Gong (también llamado Falun Dafa), los practicantes venían con frecuencia a mi tienda para entregar y buscar materiales de esclarecimiento de la verdad. Ellos compartían sus entendimientos conmigo, y yo aprovechaba cada oportunidad que tenía, para contarles a nuestros clientes los hechos sobre Dafa. Mi esposo estaba preocupado por la posibilidad de que me detuvieran, por lo que a veces se oponía a que otros practicantes vinieran a la tienda.
Cuando los practicantes venían y le veían, solo salían caminando. Entonces, le suplicaba a Shifu en mi corazón: "Shifu, por favor deja que mi esposo se vaya". Era realmente efectivo: o llegaba un cliente o alguien lo necesitaba, y él se iba de inmediato.
Por lo general, mi esposo apoyaba mucho mi práctica, y cuando los compañeros practicantes venían a estudiar el Fa, les daba una cálida bienvenida. Una vez, tuvo una inflamación en la boca durante varios días. Usó parches bucales, óxido de estaño y antibióticos, pero nada pareció ayudar. Le sugerí que recitara sinceramente: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".
Al principio, se negó, pero el dolor se volvió tan insoportable que no podía comer ni beber. Esa noche, mientras estaba acostado en la cama, comenzó a recitar: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Cuando se despertó a la mañana siguiente, el dolor en su boca había desaparecido. Se dio cuenta de que fue Shifu quien lo curó.
Mi yerno tenía gota y no podía comer muchas clases de alimentos. Era difícil controlar su dieta porque los ataques se desencadenaban fácilmente, lo que le dificultaba caminar.
Lo ayudé a renunciar al PCCh y a sus organizaciones juveniles y le aconsejé que recitara con sinceridad: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Comenzó a recitarlo a conciencia todos los días. Ahora goza de buena salud y lleva una dieta normal. Tiene un gran respeto por Shifu y trae ofrendas para Shifu cada vez que visita mi casa.
Mi hija fue educada siguiendo los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, y ha sido diligente y trabajadora. Fue elogiada por su liderazgo.
Después de sufrir un aborto espontáneo en su primer embarazo, quedó devastada. Poco después, durante su segundo embarazo, se sometió a un tratamiento de prevención de abortos espontáneos. Una noche, presentó dolor abdominal y sangraba abundantemente. Estaba tan asustada que lloraba continuamente mientras le hablaba.
Le pedí que se calmara y recitara con sinceridad: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Le dije que solo Shifu podía salvar a su bebé. Ella escuchó. Poco después de que comenzó a recitar, el sangrado se detuvo.
Llamé y le conté a la directora de obstetricia y ginecología sobre la situación de mi hija. Ella respondió: "Va a ser otro aborto espontáneo". Dado que mi hija también tenía cálculos renales en ambos riñones, el médico había advertido previamente que era muy probable que se produjera un aborto espontáneo.
Mi hija fue al hospital para que le hicieran una ecografía y el resultado fue: se detectaron signos de vida fetal. Con lágrimas en los ojos, mi hija dijo: "Debe haber sido Shifu quien protegió al bebé. ¡Gracias, Shifu!". A la directora de obstetricia y ginecología le costó creer el resultado y dijo que era un milagro.
Le dije que era un milagro hecho por Shifu. Ella respondió: "Entonces mantengamos el embarazo y continuemos con el tratamiento de prevención del aborto espontáneo".
Después de eso, mi hija recitó sinceramente: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno" y escuchó las conferencias de Shifu todos los días. Finalmente dio a luz a una niña sana que pesó 3,79 kg (8.36 libras), y ya no tenía cálculos renales.
Mi nieta ha estado recitando: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno" desde que pudo hablar. Ella siempre se llama a sí misma una pequeña practicante de Dafa. Ahora que está en primer grado de la escuela primaria, es saludable, inteligente y una niña racional.
A finales del año pasado, durante un grave brote de gripe A, muchos de sus compañeros de clase, incluido el estudiante que compartía la mesa con ella y los que la rodeaban, se contagiaron, pero ella no se vio afectada en absoluto.
Antes de esto, mientras estaba en el jardín de infantes, mi nieta no se había vacunado y la escuela ordenó que se la pusieran. Después de recibir la inyección, se fue a la cama tan pronto como llegó a casa. Mi hija sintió que algo andaba mal y la revisé descubriendo que estaba ardiendo con una fiebre de 39 grados. Cuando llegaron al hospital, ya había una larga fila de autos esperando afuera de la puerta.
Tardaron más de tres horas en tener finalmente una solución salina intravenosa, conectada a la niña. Como la fiebre persistía, le recetaron medicamentos para llevar a casa. La niña dormía a una temperatura alta. Mi hija y mi yerno lograron refrescarla físicamente, pero poco más de una hora después, su temperatura volvió a subir. Repitieron el tratamiento y estuvieron ocupados cuidándola toda la noche.
Temprano a la mañana siguiente, mi hija llevó a mi nieta al hospital nuevamente. Le administraron una solución salina una vez más, pero su temperatura no bajó mucho. El médico dijo: "La medicina se ha administrado. Por favor, vaya a casa y cuide a la niña. Preste atención a los riñones y pulmones de la niña".
Por la noche, la temperatura de mi nieta subió a más de 40 grados. Mi hija entró en pánico cuando un antiguo compañero de trabajo la llamó para decirle que su hija tenía un tercio de su pulmón lleno de líquido y estaba en la UCI. Ambos niños habían recibido la solución salina en el mismo hospital el día anterior, en las mismas condiciones y con la misma medicación.
No fue hasta entonces que mi hija me llamó y me preguntó qué hacer. Le pregunté: "¿Crees en Dafa?".
Ella respondió de inmediato: "Oh, lo había olvidado. Ahora sé lo que tengo que hacer".
Al día siguiente, mi hija me llamó para decirme que mi nieta se había recuperado por completo y estaba saltando de nuevo. ¡Mi hija y toda su familia expresaron su gratitud a Shifu!