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Delaware, EE. UU.: Proyección pública del documental "Órganos del Estado", desenmascara el abuso de trasplantes en China

Nov. 18, 2024 |   Por un practicante de Falun Dafa en EE. UU.

(Minghui.org) El Teatro N de Wilmington, (Delaware, EE. UU.), proyectó el 9 de noviembre de 2024, Órganos del Estado, un documental nominado a los Oscar 2025. Tras la proyección se celebró un debate.

Tras la proyección del documental State Organs en el Theater N del centro de Wilmington, Delaware, el 9 de noviembre de 2024, se celebró un debate.

Esta película, dirigida por Raymond Zhang, ganador del premio Peabody, narra la trágica historia de la sustracción forzada de órganos a practicantes de Falun Gong en China, avalada por el Estado y llevada a cabo por el Partido Comunista Chino (PCCh), y se centra en las experiencias de dos familias que buscan a sus parientes desaparecidos.

Muchos de los asistentes dijeron que escribirían a sus senadores federales para pedirles que aprobaran la Ley de Protección a Falun Gong para ayudar a detener las atrocidades del PCCh. El proyecto de ley fue aprobado por la Cámara de Representantes de Estados Unidos en junio de este año y actualmente está siendo estudiado por el Senado estadounidense. El proyecto de ley pretende sancionar a las personas y entidades implicadas en la sustracción de órganos a personas vivas.

El abogado jubilado Richard Kiger (izquierda) vio la película.

El abogado jubilado Richard Kiger dijo, tras ver la película, que las atrocidades del PCCh eran terribles. «Lo que más me impactó fue la crueldad del PCCh», dijo Richard. «Imagínense que a una persona le extirparan los órganos [mientras está] viva, sin ni siquiera anestesia. Es desgarrador que algo así haya sucedido».

El Sr. Kiger dijo que antes no conocía la magnitud de la sustracción de órganos. «No sabía que las cifras eran tan enormes y que se había convertido en una industria. Es terrible. Esta película muestra claramente que no se trata sólo de una tragedia, sino de una industria sistemática y lucrativa que tiene como objetivo a personas inocentes».

Dijo que es importante tomar medidas inmediatas. «Pienso escribir a mis senadores y representantes en el Congreso. No podemos permitir que la historia se repita: esto es un nuevo genocidio», afirmó Richard. «Como seres humanos, cada uno de nosotros debe hacer algo».

La película también le inspiró para aprender más sobre el tema. «Llevo un registro de futuras reuniones y eventos. Creo que mantenerse informado es el primer paso. No sé cuánto puede hacer una persona, pero creo que cada granito de arena cuenta. Incluso hablar con alguien sobre lo que he aprendido hoy es un paso en la dirección correcta».

El Sr. Kiger dijo que el documental recibirá más reconocimiento. «Está nominado al Oscar al mejor documental, y espero que gane. Así podrá tener una gran repercusión en todo el mundo».

«Esto es un genocidio moderno»

Monica Johnson, ejecutiva jubilada del sector del transporte de mercancías, dijo que ver la película ha sido una experiencia que nunca había vivido. «Para mí fue una experiencia de aprendizaje», dijo. «Me gusta este documental porque me ayuda a entender el mundo. Esta película es diferente a todo lo que he visto antes. No se puede decir que sea encantadora, pero sí esclarecedora. Me alegro de haber venido a verlo porque he aprendido cosas que no sabía».

La Sra. Johnson no sabía nada de la persecución a los practicantes de Falun Gong ni de la sustracción de órganos. «Nunca había oído hablar de ello», dijo. «Pero ahora que lo sé, se lo contaré a mis amigos. La gente tiene que saberlo. Es un holocausto moderno. No es algo que tuviera lugar hace cien o doscientos años, sino algo que está ocurriendo en nuestra época».

Lo que más impactó a la Sra. Johnson en la película fueron las brutales atrocidades. «Estas personas fueron brutalmente asesinadas sólo para sustraerles sus órganos, y detrás de todo esto había un beneficio económico. Esto enfurece muchísimo a la gente. Lo peor es que no se trata sólo de dinero, sino también de suprimir sus creencias. Los mataron sólo porque practicaban Falun Gong».

Monica también dijo que tomaría medidas. «Pienso empezar a hablar de este asunto con mis amigos en la cena de esta noche. Es importante difundir esta información porque si aprendes algo nuevo de la historia, no debes guardártelo para ti».

Cuando se le preguntó por su opinión sobre la infiltración del comunismo en Estados Unidos, dijo: «Antes no pensaba mucho en ello, pero este documental me ha hecho comprender muchas cosas».

«Esto podría ocurrir en cualquier país totalitario»

La agente inmobiliaria Yasmin Bowman se sintió profundamente perturbada por la sustracción de órganos del PCCh a practicantes vivos de Falun Gong. «Creo que la película está muy bien hecha», dijo. «Es fascinante e invita a la reflexión. No tenía ni idea de que ocurrieran cosas así a tan gran escala. Esta persecución sistemática contra los practicantes de Falun Gong es aterradora».

La Sra. Bowman dijo que antes sólo había oído esporádicos informes sobre la sustracción de órganos en las noticias. «Sabía que era un problema, pero no sabía lo extendido que estaba. La película deja claro que no se trata sólo de un problema, sino de una acción coordinada a gran escala. Es simplemente una masacre».

La pérdida de humanidad que muestra la película conmocionó a la Sra. Bowman. «Lo que más me impactó fue la crueldad, el desprecio absoluto por el valor de la vida humana. Se trata de personas pacíficas que practican para mejorar su salud y su estado mental, pero son perseguidas por ello. Cuando pienso en que este nivel de crímenes inhumanos sigue existiendo y puede ocurrir en cualquier país totalitario, me da mucho miedo».

La Sra. Bowman subrayó la importancia de sensibilizar a la opinión pública. «Vi este evento en los anuncios de Facebook y sentí que tenía que venir. Espero que más gente pueda ver esta película y entender lo que está ocurriendo. Este problema necesita atención mundial, y películas como esta pueden ayudar a promoverla».

Además de sorprendida, Bowman se sintió motivada para actuar. «Pienso ponerme en contacto con las oficinas de los senadores Coons y Carper. También investigaré más para tener más información . No sé qué más puedo hacer ahora, pero sé que no puedo quedarme de brazos cruzados».