(Minghui.org) Una maestra jubilada de 61 años del condado de Taikang, provincia de Henan, fue puesta nuevamente bajo custodia en agosto de 2024 para cumplir tres años de prisión por su fe en Falun Gong, una disciplina espiritual perseguida por el Partido Comunista Chino desde julio de 1999.
La Sra. Sun Airong fue arrestada el 9 de diciembre de 2022, después de que la denunciaran cuando visitó a otro practicante de Falun Gong. Los oficiales que la arrestaron de la Estación de Policía de Nanguan presentaron su caso a la Procuraduría del condado de Taikang, que luego devolvió el caso alegando pruebas insuficientes. Luego, la policía presentó su caso a la Procuraduría del condado de Huaiyang, que procedió a acusarla.
El Tribunal del condado de Huaiyang juzgó a la Sra. Sun en agosto de 2023 y la sentenció a tres años de prisión, a partir del 1 de noviembre de 2023. Durante el examen físico requerido para el encarcelamiento, se determinó que tenía una presión arterial sistólica de más de 200 mmHg (cuando el rango normal es 120 o menos) y que no estaba en condiciones de ser detenida.
El Tribunal puso a la Sra. Sun en libertad bajo arresto domiciliario y encargó a la Estación de Policía de Nanguan que la vigilara. La policía siguió acosándola en su casa para ver cuándo se había recuperado lo suficiente como para ser encarcelada. La detuvieron nuevamente en agosto de 2024 y desde entonces la tienen retenida en el Centro de Detención del distrito de Huaiyang. Su pensión también fue suspendida después de su sentencia injusta.
No es la primera vez que la Sra. Sun ha sido objeto de persecución por su fe, a la que atribuye el mérito de haberla liberado de numerosas enfermedades, entre ellas faringitis, esofagitis, enfermedades gástricas, psoriasis, artritis reumatoide (que puede ser mortal), hernia discal y enfermedades ginecológicas. En 2015 presentó una denuncia penal contra Jiang Zemin, el exdictador chino que ordenó la persecución. A finales de octubre de ese año, un agente de la Estación de Policía del municipio de Nanjiao la engañó para que fuera a la estación de policía diciéndole que había algo incorrecto con su número de identificación en el sistema. Fue allí y fue detenida en el acto. La policía intentó retenerla en una cárcel local, pero le negaron la entrada después de que sus cinco lecturas de presión arterial sistólica registraran 190 mmHg. Luego fue puesta en libertad.
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