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Creer en Shifu y en el Fa

Oct. 31, 2024 |   Por una practicante de Falun Dafa en China

(Minghui.org)  Durante más de 20 años de cultivación en Falun Dafa (también llamado Falun Gong), he encontrado el sentido de la vida y me he convertido en una persona diferente. También he sido testigo de lo grandioso y milagroso que es Dafa. No tengo forma de saber exactamente cuánto esfuerzo ha puesto Shifu en mi cultivación, y no puedo expresar mi gratitud a Shifu con palabras.

Creer en Shifu y en el Fa: Enfrentando la vida y la muerte

Cuando fui liberada de cinco años de encarcelamiento ilegal por no haber renunciado a mi creencia en Dafa, me enfrenté a muchas tribulaciones. Las presiones que enfrenté incluyeron la interferencia de mi familia, así como de personas ajenas a mi familia. Estaba agotada física y mentalmente y al borde del colapso. Empecé a tener síntomas de yeli de enfermedad grave. Cada vez que tenía mi período, no se detenía. Esto se debió principalmente a un fuerte resentimiento hacia mi familia, así como a otros problemas que surgieron a mi alrededor. 

En aquel entonces, no sabía cómo mirar hacia dentro, y por eso las viejas fuerzas me perseguían por las brechas en mi cultivación. Al principio, no me importaba mucho y pensaba que mejoraría si simplemente estudiaba el Fa y hacía más los ejercicios. Pero, después de cinco años, mi condición todavía no había mejorado. 

Mi sangre era de un color rosa claro y mis vasos sanguíneos estaban desinflados. No tenía fuerzas y apenas podía abrir los párpados. Gemía débilmente. Ya no podía comer más y solo podía beber un poco de agua y jugo. El dolor en mi cuerpo no podía describirse con simples palabras. Mi esposo, también practicante, me leía dos lecciones de Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa, todos los días y también me ayudaba a enviar pensamientos rectos. 

Un día mi mente se volvió muy clara. Pensé: “Falun Dafa es una disciplina espiritual. He estado practicando Dafa durante 20 años. Shifu ya ha “transformado” cada célula de mi cuerpo en materia de alta energía. Mi cuerpo se ha convertido en uno indestructible creado por Dafa. ¿De qué tengo miedo? Dejaré mi vida y mi muerte en manos de Shifu, quien decidirá si me quedo o me voy”. Me tranquilicé y encendí la grabación de las conferencias de Shifu en Guangzhou. En un momento dado, me quedé dormida. Cuando sonó la alarma para enviar pensamientos rectos a medianoche, me senté inmediatamente. Mi cuerpo se sentía muy ligero y cómodo. Era una sensación maravillosa. Las lágrimas llenaron mis ojos. Shifu me había salvado la vida. No podía expresar mi gratitud por la bondad de Shifu con meras palabras. ¡Gracias, Shifu! ¡Gracias, Dafa!

Memorizando el Fa en prisión

En 2008, me detuvieron ilegalmente y me acosaron en una prisión de mujeres. En esa época, había practicantes de Dafa detenidas en cada sección de la prisión. Solo ponían a una practicante de Dafa por celda, ya que no querían que los practicantes tuvieran contacto entre sí. Cada practicante era vigilada de cerca por dos reclusas. 

Las practicantes de Dafa eran esclavizadas, vigiladas, humilladas y discriminadas todos los días. La tortura física y mental era enorme, pero lo más doloroso era que no teníamos Zhuan Falun. Cada una solo podía recitar lo que habían memorizado. Realmente me arrepentí de no haber apreciado Dafa cuando estaba en casa y de no haber memorizado más. Le dije a Shifu en mi corazón que si pudiera ver Dafa allí, definitivamente lo memorizaría.

Un día, después de terminar de trabajar y cuando ya estaba en la cama, una prisionera de repente metió una bola de papel en mi manta y se fue rápidamente. Me quedé estupefacta. Lo abrí en silencio y vi una copia manuscrita del tamaño de la palma de una mano de la Cuarta Lección de Zhuan Falun. Me eché a llorar. Shifu vio mi deseo de estudiar el Fa y me envió el preciado libro. ¡Gracias, Shifu! Estaba tan feliz. 

La interna que me vigilaba era una asesina y muy malvada. Sabía que si me veía leyendo el Fa, me lo quitaría y se lo daría a los guardias para obtener una recompensa. Así que solo podía estudiar cuando los demás no me prestaban atención. Siempre que tenía oportunidad, echaba un par de ojeadas, memorizaba unas cuantas frases y luego lo recitaba repetidamente en mi mente. Cuando no era conveniente leerlo durante el día, lo leía por la noche. Había prisioneras que vigilaban la celda las 24 horas del día para evitar que las practicantes de Dafa estudiaran el Fa o hicieran los ejercicios. Para no ser descubierta, me acostaba de lado mirando hacia la pared, mientras ponía el libro de bolsillo al lado de mi almohada y lo memorizaba frase por frase. Como tenía que mantener siempre la misma postura, los músculos del cuello se me retorcían y me dolían mucho. Cuando me daba sueño, me pellizcaba los muslos y los brazos para permanecer despierta. Para memorizar Dafa, sentía que no era nada soportar esta pequeña dificultad. Me tomó 40 días memorizar la Lección entera.

Más tarde, pude ponerme en contacto con cuatro compañeras practicantes y estábamos decididas a crear un ambiente propicio para estudiar el Fa y hacer los ejercicios. En la prisión, las practicantes de Dafa eran vigiladas incluso cuando se duchaban o usaban el baño. Generalmente, solo después de que una practicante de una celda terminaba y era llevada de vuelta a su celda, se le permitía salir a otra practicante de otra celda. De esta manera, podían estar seguros de que las practicantes de Dafa no podían ponerse en contacto entre sí. 

Una tarde, cuando llamaron a la practicante de la primera celda para que se aseara, cinco de nosotras salimos corriendo de las celdas y entramos juntas al baño. Esta acción repentina asustó mucho a las prisioneras que nos custodiaban, que salieron corriendo y arrastraron a las practicantes hacia sus propias celdas mientras gritaban. No teníamos miedo y gritamos: “¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno!”. Durante el proceso, algunas de nosotras sufrimos rasguños y cortes en las manos y el cuello. Entonces denunciamos a esas prisioneras por lastimarnos y quebrantar la ley. Escribimos a los jefes de sección y exigimos un ambiente para estudiar el Fa y hacer los ejercicios. Con la ayuda de Shifu y los incontables esfuerzos de las compañeras practicantes, finalmente pudimos crear un ambiente para estudiar el Fa y hacer los ejercicios.

Aclarando la verdad a la policía

En el invierno de 2012, otra practicante de mi zona fue arrestada por la policía local cuando distribuía materiales informativos de Dafa. Los compañeros practicantes y sus familiares no sabían dónde la habían detenido y todos estábamos muy preocupados. Pensé que el director de la comisaría local debía saberlo y decidí ir a preguntarle. Primero le pedí ayuda a Shifu y envié pensamientos rectos. Cuando llegué a la comisaría, toqué la puerta de la oficina del director. Estaba solo en la habitación y me preguntó a quién buscaba. Le dije mi nombre y que lo buscaba a él. 

Me persiguieron por ir a Beijing a pedir por Dafa, y él me interrogó ilegalmente en el centro de detención en 2002. En ese momento, se comportó muy mal, insultó a Shifu y atacó a Dafa. Cuando escuchó mi nombre, se acordó de mí: “Oh, Falun Dafa. Has vuelto. Siéntate. Siéntate”. Me senté y le expliqué porqué había ido. Me dijo sin dudar dónde estaba detenida la compañera practicante. 

Me miró fijamente y dijo: “Todavía recuerdo que te condenaron a cinco años. ¡No debe haber sido fácil estar en prisión durante cinco años!”. Sacudió la cabeza ligeramente y parecía muy despectivo. 

No me conmoví. Dije: “Jiang Zemin y el Partido Comunista Chino (PCCh) están persiguiendo a la gente buena, pero los practicantes de Dafa no se dieron por vencidos. Por el contrario, Dafa ahora se difunde en más de 100 países alrededor del mundo, con cientos de millones de personas que lo practican.  Zhuan Falun  ha sido traducido a más de 40 idiomas y es uno de los libros más vendidos en el mundo”.

Dijo que había estado en Hong Kong y Macao, y que había visto a muchos practicantes de Dafa y pancartas. Sacó su teléfono móvil y me mostró las fotos de la “Piedra de los Caracteres Ocultos” que había guardado. Me dijo: “No soy como otros que no leen los materiales de Falun Dafa. Yo los leo, y los leo todos. Cuando los superiores me notifican que persiga a Falun Dafa, le digo a mi gente que no haga demasiado, ya que los practicantes de Falun Dafa solo distribuyen materiales y folletos de Dafa, y no ponen en peligro la vida ni la propiedad de las personas”. También me dijo en voz baja: “No le cuentes a nadie sobre mi actitud hacia Falun Dafa”. Le dije que estaba bien.

Con el estallido de la pandemia, nuestra zona quedó totalmente aislada. Había gente vigilando cada intersección las 24 horas del día. No se nos permitía salir de nuestros edificios. Los artículos de primera necesidad se compraban por internet y los entregaba personal especial. La vida de la gente era bastante miserable.

Después de que se levantó el confinamiento, salí a aclarar la verdad y salvar a la gente. Vi a un oficial de seguridad nacional fumando al costado de la carretera. Le conocía. Desde que comenzó la persecución en 1999, él ha sido uno de los participantes en la persecución a los practicantes de Dafa en mi área. Me acerqué y le saludé. 

Entonces le dije: “Esta pandemia es feroz y nadie sabe cuándo terminará. Esta es una advertencia del cielo para la moral corrupta de nuestro mundo. Han pasado 20 años desde que comenzó la persecución y usted ha participado en el arresto y la persecución de bastantes practicantes de Falun Dafa. Aunque es su 'trabajo', el PCCh solo le está utilizando. Hoy, se le dice que haga estas cosas malas, y mañana, cuando ya no sea necesario, será su chivo expiatorio. Ha habido muchos casos similares en todos los movimientos anteriores. Por ejemplo, después del final de la Revolución Cultural, la policía que participó en la persecución de los líderes veteranos fue llevada a la provincia de Yunnan y ejecutada en secreto. El PCCh ha hecho tantas cosas malas y los cielos lo destruirán. No participe más en la persecución a Falun Dafa. Debería renunciar al PCCh y a sus organizaciones juveniles”. Dijo que estaba bien y me dio las gracias. 

Recibir bendiciones después de comprender la verdad

En mi zona había una pareja que tenía un pequeño negocio con varias hectáreas de tierra que habían alquilado, pero no tenían mucho éxito y a menudo perdían dinero. Les aclaré la verdad y les pedí que usaran el dinero en efectivo que tenía escritas frases de Dafa. Al principio se mostraron bastante reacios. En los últimos años, les aclaré la verdad cada vez más y finalmente entendieron. Todos ellos renunciaron al PCCh y a sus organizaciones juveniles, y desde entonces han recibido grandes bendiciones y han tenido una buena cosecha todos los años. 

Incluso durante los dos años anteriores, cuando llovió demasiado y las dos familias vecinas perdieron dinero, su familia tuvo una buena cosecha. Durante los confinamientos, otros comerciantes tenían poca actividad comercial, pero su negocio se mantenía muy fuerte y nadie en la familia se contagió del virus. Ahora, cada vez que voy allí para intercambiar el dinero con frases de Dafa, se ponen muy felices y me agradecen repetidamente. Les pedí que agradecieran al Shifu de Dafa, porque fue Shifu quien les dio bendiciones. 

En más de 20 años de practicar Dafa, he experimentado la alegría de entender los principios del Fa y el arrepentimiento de no hacerlo bien. No importa cuán largo sea el camino de la cultivación en el futuro, recordaré las enseñanzas de Shifu, estudiaré más el Fa, salvaré a más personas y cumpliré mis votos prehistóricos. Gracias, Shifu, y gracias, compañeros practicantes.