(Minghui.org) Antes de empezar a practicar Falun Dafa en 2017, me encantaba leer novelas. A veces me quedaba tan absorto en las historias que me olvidaba de comer o dormir. Después del brote de COVID-19, me di cuenta de que necesitaba corregir mi estado y cultivarme diligentemente, así que comencé a eliminar mis apegos al entretenimiento, como leer novelas y ver televisión y películas. Sin embargo, no los eliminé por completo.
Cada vez que encontraba una novela o un programa que me parecía interesante, no podía resistirme. Después de sufrir un esguince de tobillo en abril, por fin me di cuenta de que mi adicción al entretenimiento humano no era más que una manifestación de los numerosos apegos que seguía teniendo.
Adicción a la lectura de novelas
Antes del Festival Qingming, también conocido como Día del Barrido de Tumbas, a principios de abril de 2024, busqué cosas en mi teléfono. La aplicación que utilicé me recomendó una novela corta. El comienzo era tan atractivo que me leí el libro entero. Cuando terminé, la aplicación me recomendó otra historia, que también leí. Estuve pegado al teléfono durante varios días, leyendo un libro tras otro, incluso cuando comía o estaba en la cama.
Las primeras novelas eran algo limpias, pero las historias que la aplicación me recomendó posteriormente tenían contenidos malsanos, como el resentimiento, la lujuria, la fama y la envidia. Aunque sabía que era malo para mí leerlas, no podía parar: leía como poseído por algo. Mis manos seguían pasando las páginas incluso cuando ya no quería leer el libro. También descuidé el estudio del Fa y la práctica de los ejercicios. Una vez, estaba tan intrigado por un libro que estaba leyendo, que distraídamente puse mi termo encima del teléfono móvil en el que guardo las enseñanzas de Falun Dafa. Sorprendido, lo moví inmediatamente, pero no pensé mucho en ello.
Mirando hacia dentro tras lesionarme el tobillo
Después del Festival Qingming, intercambié con los demás practicantes cómo podíamos ayudar a rescatar a los practicantes encarcelados. Sin embargo, mi mente seguía pensando en las historias de esas novelas. Hablando con los practicantes, comprendí que las novelas eran un entretenimiento para la gente común, pero no para los practicantes. Shifu me daba pistas para que no las leyera, pero aquel día, al volver a casa, no pude contenerme y volví a abrir la aplicación. Cuanto más leía, menos ganas tenía de seguir leyendo. Por un lado, las tramas de todas las historias eran repetitivas y aburridas. Por otro lado, me sentía mal por no cultivarme con diligencia y, por tanto, por no merecer el título de discípulo de Dafa.
Al día siguiente, un practicante local tuvo una audiencia judicial a la que asistí como observador. Al volver a casa, no encontraba mi termo de agua. Me di cuenta de que esto tenía que ver con mi indulgencia en la lectura de aquellas novelas, y estaba decidido a dejar de leerlas. Sin embargo, las historias seguían rondando por mi mente y me interferían.
Al tercer día, bajaba unas escaleras mientras compraba en mi teléfono un nuevo termo. Justo cuando estaba a punto de pulsar el botón de pedido, me caí de repente y me torcí el tobillo derecho. Mi primera reacción fue: «Esto es un castigo por leer esas novelas». Me senté en el suelo y reflexioné. Me levanté utilizando los pasamanos y bajé lentamente las escaleras.
Cuando llegué a casa, tenía el pie derecho hinchado y magullado. Cuando me desperté al día siguiente no podía andar. Mis padres me instaron a que un médico me tratara la lesión, pero yo sabía que era consecuencia de mi afición a leer novelas. Creía firmemente que, aunque me equivocaba al perder el tiempo en esas novelas, las viejas fuerzas no tenían derecho a perseguirme. Así que empecé a estudiar más el Fa, a enviar pensamientos rectos y a buscar en mi interior mis apegos.
Apego a la comodidad
El primer apego que encontré fue el apego a la comodidad. La primera vez que abrí la aplicación para leer novelas, el pensamiento de que no tardaría mucho en terminar de leer un relato corto ya era impuro. Me di cuenta de que no debía aflojar en absoluto en mi cultivación.
Trabajaba desde casa la mayor parte del tiempo. Después del almuerzo, debería haber estudiado el Fa o vuelto al trabajo, pero en vez de eso, me recostaba en mi silla y abría una bolsa de bocadillos. En ese momento, un pensamiento apareció de repente en mi mente: «Qué cómodo». Me di cuenta de que este pensamiento no era mío. Era la primera vez que reconocía claramente mi apego a la comodidad. Estaba tan bien escondido que no lo había visto. Las viejas fuerzas me hacían sentir cómodo para destruirme. Cuando me di cuenta de que el apego a la comodidad no era mío, por fin pude levantarme a medianoche y terminar los cinco ejercicios. Antes de que esto sucediera, no era capaz de hacer este avance.
La hinchazón del pie remitió al cabo de unos días, pero el hematoma se hizo más grande y la zona alrededor del tobillo seguía doliéndome. Continué estudiando el Fa, enviando pensamientos rectos y mirando hacia dentro.
Apego a la envidia
A continuación, encontré el apego a la envidia. Me gano la vida como fotógrafo. Tras torcerme el tobillo, tuve que rechazar a muchos clientes o derivarlos a mi compañera de trabajo, por lo que perdí una gran cantidad de ingresos. Surgieron los celos y la vanidad. Mis clientes comentaban a menudo que era una pena que tuviera que derivarlos a mi compañera porque decían que yo les gustaba más. También me desequilibré mentalmente, creyendo que, si no me hubiera lesionado el pie, habría conservado a esos clientes y habría ganado más dinero.
Mi compañera no solía tener tantos clientes como yo, pero ahora se llevaba la mayoría de los míos. En lugar de alegrarme por ella, me puse envidioso. La causa de fondo era que esta situación afectaba a mis intereses, y mi apego a la fama y los beneficios desencadenó la envidia.
Una semana después, la hinchazón del pie se redujo considerablemente y los moratones desaparecieron, pero seguía renqueando. Envié pensamientos rectos para eliminar las entidades negativas que perseguían mi cuerpo e interferían en mi capacidad de hacer bien las tres cosas.
Estaba ahorrando dinero para poder actualizar mi cámara y mi ordenador. Ahora que no podía trabajar, puse el plan en espera. En vez de preocuparme por no poder trabajar en los proyectos de Dafa y validar el Fa, me preocupaba por no poder ganar dinero para comprar una cámara y un ordenador nuevos. Claramente, no había eliminado mis apegos a la fama y la ganancia.
Apego a la lujuria
También descubrí mi apego a la lujuria. Antes de empezar a practicar Falun Dafa, me gustaba mucho ver dibujos animados, programas de televisión y películas, así como leer novelas de contenido impuro. Por lo tanto, después de obtener el Fa en 2017, puse gran énfasis en eliminar la lujuria, y esta disminuyó gradualmente. También pasé la prueba de la lujuria en mis sueños.
Sin embargo, recientemente tuve varios sueños que contenían pruebas relacionadas con la lujuria. Como soy soltero, las pruebas no son muy directas y aparecen como las novelas que leo o los programas que veo. En el pasado, cuando escenas como éstas aparecían en mis sueños, siempre pensaba: «Soy un cultivador de Dafa y no las veré», y luego desaparecían. Pero en los sueños recientes, me he saltado las partes impuras y he seguido viendo lo que pasaba después, igual que cuando leo una novela o veo un programa. Como evitaba las escenas impuras, no prestaba atención a la razón por la que tenía esos sueños.
Hace poco, un practicante escribió: «La lujuria es un ser vivo independiente». Esta afirmación me impactó y me hizo ver que el deseo de comodidad también era un ser vivo independiente, al igual que la lujuria. Me pregunté: «¿Por qué no había eliminado mi deseo de leer novelas? Las leía hasta en sueños. ¿No será porque este ser lujurioso quiere ver estas cosas?».
Cuando mi conciencia principal era débil, ese ser me controlaba. Cuando me sentía excitado leyendo esas partes cautivadoras, en realidad era el apego a la lujuria el que se sentía excitado, no yo.
He intentado frenar mis apegos, pero no los he eliminado verdaderamente de raíz. No he sabido reconocer que esos apegos no eran yo, así que no los he anulado de raíz, lo que ha provocado diversos problemas con mi cuerpo.
Nada es trivial en la cultivación. Debemos tomarnos en serio cada apego. Cuando nos corregimos, todo cambia a nuestro alrededor. Estoy profundamente agradecido a Shifu por protegerme. Cultivaré aún más diligentemente para alcanzar los estándares que Shifu requiere de los practicantes de Falun Dafa y ser digno de su misericordiosa salvación.
Por favor, señalen cualquier cosa que no esté en línea con el Fa.