(Minghui.org) Un residente de la ciudad de Qingyang, provincia de Gansu, ingresó en prisión en abril de 2023 para cumplir una condena de 12 años por su fe en Falun Gong. A su familia no se le permitió verle hasta dos meses después.
El Sr. Wang Liqun, de unos 60 años, presentó una denuncia penal en julio de 2015 contra Jiang Zemin, el ya fallecido exjefe del régimen comunista chino que ordenó la persecución de Falun Gong en 1999. La policía tenía la intención de detener al Sr. Wang al conocer la denuncia penal, pero este la eludió. Le persiguieron durante los siete años siguientes antes de localizarle en la ciudad de Xi'an, provincia de Shaanxi. Fue arrestado el 19 de octubre de 2022 y sentenciado a 12 años tras una audiencia judicial celebrada el 27 de febrero de 2023. Apeló ante el Tribunal Intermedio de la ciudad de Qingyang, que decidió mantener su veredicto original. El Sr. Wang fue trasladado del Centro de Detención de Qingcheng a la Séptima División de la Prisión de Lanzhou el 29 de abril de 2023.
Al día siguiente del ingreso en prisión del Sr. Wang, su hijo y su hija fueron allí y solicitaron una visita con él. Un guardia les dijo que mientras su padre no renunciara a Falun Gong, no se les concedería ninguna visita. El guardia les dijo que esperaran al menos tres meses, o hasta un año, antes de poder llamar a la prisión para programar una visita. Momentos después, llegó una persona que dijo pertenecer al departamento «anti sectas» de la prisión y preguntó a los hijos del Sr. Wang sobre su actitud hacia Falun Gong y dónde trabajaban. Se negaron a responder, diciendo que no tenía nada que ver con sus solicitudes de visitas familiares.
La familia del Sr. Wang regresó a la prisión con su abogado el 27 de mayo de 2023, exigiendo que se les permitiera visitarlo. El guardia que los recibió pasó mucho tiempo verificando la identidad del abogado e incluso llamó a su bufete para confirmar que trabajaba allí. Luego el guardia entró, con la información sobre el abogado, para pedir la aprobación de su supervisor. Regresó 15 minutos después y dijo que su supervisor había denegado la solicitud de visita del abogado. La razón alegada fue que el Sr. Wang acababa de ingresar en la prisión y aún estaba siendo sometido a una «transformación de pensamiento» (lo que significaba obligarle a renunciar a Falun Gong). Por tanto, no se le permitían visitas a menos que renunciara a Falun Gong.
El abogado del Sr. Wang llamó inmediatamente a la oficina provincial de administración penitenciaria para presentar una queja contra la prisión. Le remitieron al procurador de la prisión. Después de hablar con el procurador, el guardia que había hablado antes con él le mostró un papel que, según él, había escrito el Sr. Wang hacía unos momentos, en el que decía que no quería reunirse con el abogado y que renunciaba a su derecho a presentar una moción de reconsideración de su caso.
El abogado dudaba de la validez de la nota, ya que sospechaba que el Sr. Wang podría haber sido obligado a escribirla, si es que realmente había escrito las palabras él mismo. Mientras hablaban, el guardia perdió repentinamente los nervios y acusó al abogado de difamarlo. Un grupo de guardias rodeó al abogado y a la familia del Sr. Wang, exigiendo ver los documentos de identidad de la familia. Después, los guardias les ordenaron que se marcharan. El abogado y la familia fueron a la oficina del procurador de la prisión, quien les dijo que redactaran una breve descripción del caso y que se pondría en contacto con ellos cuando tuviera más información.
El abogado y la familia del Sr. Wang regresaron a la prisión hacia las 9 de la mañana del día siguiente. El procurador alegó que la prisión estaba siguiendo la política adecuada al denegar sus solicitudes para ver al Sr. Wang. El mismo guardia que perdió los estribos mostró entonces al abogado otra declaración, también supuestamente escrita por el Sr. Wang, en la que seguía expresando su intención de renunciar a presentar una moción de reconsideración del caso y que no quería reunirse con el abogado.
El abogado preguntó cuándo se le permitiría visitar al Sr. Wang. El guardia volvió a responder que tendría que ser después de que el Sr. Wang renunciara a Falun Gong y que el abogado tenía que esperar a que la prisión se lo notificara.
A continuación, el abogado y la familia se dirigieron a la oficina provincial de administración penitenciaria, hacia las 10 de la mañana, y expresaron su preocupación por el hecho de que la prisión hubiera obligado al Sr. Wang a escribir la declaración en contra de su voluntad. El abogado dijo que el Sr. Wang se había mostrado muy firme en la apelación de su caso y que no había ninguna razón para que renunciara repentinamente a la apelación. El director de la oficina prometió ayudar a mediar en el asunto y organizar la visita del Sr. Wang.
Alrededor de las 15.00 horas, la familia del Sr. Wang recibió una llamada en la que se les comunicaba que podían acudir a la prisión el día designado para las visitas y ver al Sr. Wang.
Sin embargo, cuando la hija del Sr. Wang y su abogado acudieron a la prisión el 8 de junio de 2023, día de visita para la Séptima División, un guardia rechazó la solicitud de visita de la hija. Dijo que ella tenía que presentar un documento expedido por la Estación de Policía local para demostrar su relación con el Sr. Wang y que el documento actual expedido por el comité de su pueblo no era aceptable. El abogado dijo que la prisión ya había comprobado el documento cuando ella acudió por primera vez en abril de 2023; entonces no dijeron nada al respecto y era obvio que ahora estaban dificultando deliberadamente las cosas a la familia. El guardia dijo entonces que la hija también tenía que obtener pruebas de la policía de que ella misma no practicaba Falun Gong, o no se le permitiría visitar a su padre.
Hay unos 460 km desde la casa de la familia en Qingyang hasta Lanzhou, donde se encuentra la prisión. La familia gastó varios miles de yuanes en viajes de ida y vuelta tres veces a la prisión, pero aun así no se les permitió visitar al Sr. Wang.
La familia del Sr. Wang acudió a la prisión por cuarta vez una semana después, el 15 de junio, otro día de visitas. El agente de guardia aprobó esta vez la visita tras comprobar sus documentos de identidad y otros documentos relacionados. Pero tras llamar a la Séptima División para organizar la visita, les denegó de nuevo la solicitud, con la excusa de que los directores del departamento anti secta y del departamento político, que tenían que aprobar la visita, no estaban en la oficina ese día.
La familia se puso entonces en contacto con el director de la oficina provincial de administración penitenciaria, que prometió ayudar a organizar la visita. Con su ayuda, la familia se reunió finalmente con el Sr. Wang esa tarde.
La visita duró diez minutos antes de ser interrumpida. Dos reclusos se sentaron a cada lado del Sr. Wang para supervisar toda la conversación. Además, los guardias habían dispuesto que los reclusos vigilaran al Sr. Wang las 24 horas del día en la celda y lo golpearan y maltrataran verbalmente a voluntad.
No está claro si la familia pudo volver a visitar al Sr. Wang después de aquello.
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