Hombre de Beijing es vigilado por cuatro reclusos las 24 horas del día mientras cumple una sentencia de nueve años por practicar Falun Gong
(Minghui.org) El Sr. Shi Shaoping, de 53 años, de Beijing, está siendo vigilado por cuatro reclusos las 24 horas del día, mientras cumple una sentencia de nueve años en la Prisión de Qianjin por practicar Falun Gong.
Sr. Shi Shaoping
El Sr. Shi fue arrestado el 18 de noviembre de 2019 y luego sentenciado en secreto a nueve años de prisión. Primero estuvo encarcelado en la Segunda Prisión de Beijing y luego fue transferido a la tercera división de la Prisión de Qianjin. Debido a que se negó a renunciar a Falun Gong, el jefe de la división, Jiang Hao, ordenó a los guardias que lo llevaran al equipo de administración estricta, donde fue sometido a una intensa tortura física y mental.
Cuando la novena división de la prisión formó más tarde un nuevo equipo de entrenamiento, las autoridades trasladaron allí a todos los guardias que habían estado persiguiendo activamente a los practicantes de Falun Gong, así como a los practicantes que se mantuvieron firmes en su fe, incluido el Sr. Shi. Según una fuente, el Sr. Shi está retenido en una celda solo y vigilado por cuatro reclusos las 24 horas del día. Uno de los reclusos tiene una enfermedad mental y a menudo lo golpea.
Antes de su última sentencia, el Sr. Shi fue arrestado en 2001 y sentenciado a diez años de prisión. Los guardias de la Prisión de Qianjin seleccionaron a prisioneros violentos para vigilarlo y torturarlo, con el fin de obligarlo a abandonar Falun Gong. Los reclusos a menudo golpeaban y abusaban verbalmente del Sr. Shi. También le restringieron el uso del baño durante un mes entero, durante el cual no le dieron tiempo suficiente para defecar.
Estos reclusos abrieron la ventana durante el invierno para exponerlo al viento helado, cuando solo tenía una fina capa de ropa. Temblaba y sus dientes castañeteaban debido al frío. Los reclusos también privaron al Sr. Shi del sueño y lo obligaron a sentarse en un pequeño taburete sin moverse durante casi 20 horas cada día, durante años. Los músculos de sus piernas se atrofiaron como resultado de estar sentado durante mucho tiempo. La falta de sueño y la enorme presión mental también afectaron su salud.
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