(Minghui.org) Tengo 78 años. Empecé a practicar Falun Dafa en octubre de 1995. Antes sufría de inflamación en el colon y la vesícula biliar y a menudo me ingresaban en el hospital. A pesar de todo el dinero que gastaba, mi salud no mejoraba. Solía tener problemas para caminar debido al dolor de espalda y de estómago que me hacía dar vueltas en la cama. Después de empezar a practicar Falun Dafa, todas estas enfermedades desaparecieron sin tomar ninguna medicina.
Hace unos diez años, escuché que un matrimonio que practicaba Falun Dafa en el campo había plantado muchos ciruelos japoneses y tenía ciruelas más que suficientes para comer cada año. Ellos se ocupaban de contarle a la gente sobre Falun Dafa y cómo está siendo perseguido por el Partido Comunista Chino (PCCh). Además, sus familiares estaban ocupados con sus trabajos y nadie fue a cosechar la fruta. Los practicantes me dijeron que escogiera tanto como quisiera. Pensé que sería una lástima desperdiciar toda la fruta madura. Se lo comuniqué a algunos practicantes y felizmente fui a recoger algunas ciruelas.
De camino a casa, dos practicantes y yo nos montamos en el triciclo de un practicante. Había dos asientos en la parte de atrás, pero nos apretamos los tres conmigo en medio. Cuando el triciclo bajaba una cuesta empinada, el freno dejó de funcionar de repente. Nos pusimos nerviosos. El conductor perdió el control. Lo único que pudo hacer fue deslizarse cuesta abajo. Nuestro triciclo chocó contra un muro con un fuerte estruendo. Los cuatro caímos en el suelo. Recibí un fuerte golpe a la cabeza. Al principio podía pensar con claridad, pero al cabo de un rato me desmayé. Me llevaron al hospital y avisaron a mi hija y a mi yerno.
El médico encontró muchos hematomas en mi cabeza y dijo que había que operarme el cráneo inmediatamente. Después de la operación recobré el conocimiento, pero no recordaba nada. La única persona a la que podía reconocer era mi hija. Cuando me dieron el alta, tuve problemas de memoria y no sabía leer. Bajo la compasiva protección de Shifu, recuperé la memoria al cabo de un mes.
Me di cuenta de que debía haber una enorme brecha en mi cultivación, que había dado a las viejas fuerzas una excusa para intentar matarme. Miré hacia dentro y encontré muchos apegos, incluyendo el sentimentalismo hacia los compañeros practicantes, el apego a presumir, la mentalidad de pelear, beneficiarse a costa de los demás, el egoísmo, la arrogancia, etc. No había sido considerada con mis compañeros practicantes. Trabajaron duro para plantar estos árboles frutales. Mi apego a comer buena comida me llevó a recoger sus frutas. Pensé que era bastante capaz sólo porque había ayudado a los practicantes a entregar algunos folletos. Rara vez estudiaba el Fa y no me concentraba bien cuando lo hacía. No me medí con el estándar del Fa. Sentí mucha pena por haber defraudado la compasiva salvación del Shifu. Decidí eliminar mis apegos con una firme voluntad.
Cuando volví a casa del hospital, la planta de los pies se me puso roja y dura. Me dolía tanto que no podía apoyar los pies en el suelo. No se lo conté a mi hija, pero en mi mente suplicaba la ayuda de Shifu. Seguí haciendo las tareas domésticas, los ejercicios de Falun Dafa y estudiando el Fa. Mis pies volvieron a la normalidad al cabo de un par de semanas.
Ahora no presto atención a cuántas páginas del Fa estudio. Sólo me importa si entiendo completamente el Fa. Está bien si estudio sólo unas pocas páginas, pero ciertamente trato de estudiar tanto como pueda.
Aunque me he cultivado durante años, mi comprensión del Fa se había mantenido en un nivel perceptivo. Todavía tengo muchos apegos que necesito superar en mi cultivación.
Gracias, Shifu, por salvarme.