(Minghui.org) Aunque tenía un fuerte apego al resentimiento, Shifu veló por mí y me guió a través de sus enseñanzas. Dispuso compasivamente oportunidades para que viera mi resentimiento y lo eliminara.
Shifu dijo:
"Si nos encontramos con estos percances, no compitamos ni peleemos como los demás. Él actúa de esta manera y luego tú también actúas así, ¿no eres entonces una persona común? No solo no compitas ni pelees como él, tampoco puedes odiarlo en tu corazón, realmente no puedes odiarlo. Una vez que lo odias, ¿no te sientes movido? Así, no has puesto en práctica Ren. Nosotros hablamos de Zhen-Shan-Ren, entonces tu Shan ni siquiera existe" (Cuarta Lección, Zhuan Falun).
Aunque evitaba los conflictos directos con los demás, en mi mente volvía a menudo a los agravios del pasado. Con los años, reconocí estos apegos y trabajé diligentemente para eliminarlos y elevar mi xinxing.
Descubriendo mi resentimiento
A lo largo de mi carrera mantuve buenas relaciones tanto con los líderes como con los colegas, y ellos tenían una buena impresión de mí. Nuestras relaciones se hicieron aún más armoniosas después de que empecé a practicar Falun Dafa. Alineándome con los principios de Dafa, di prioridad a mi propia cultivación, tomé a la ligera los intereses materiales, y consistentemente consideré primero a los demás. Mi entorno de trabajo parecía perfecto y creía estar libre de resentimientos. Sin embargo, dos años antes de jubilarme, un incidente sacó a la luz mi resentimiento.
Ese año, mi empresa sufrió una importante reestructuración y muchos compañeros utilizaron diversas tácticas para conseguir mejores puestos. Cuando solo quedaban dos años para jubilarme, mi jefe me permitió seguir en mi puesto actual.
Sin embargo, un día, un dirigente se me acercó y me dijo que una persona estaba compitiendo por mi puesto. Recurrió a las amenazas, afirmando que emprendería algún tipo de acción si no se satisfacían sus demandas. Los dirigentes esperaban que le cediera voluntariamente mi puesto. Acepté sin dudarlo. Sentí que defendía la norma de Dafa de pensar primero en los demás.
Sin embargo, cuando me presenté en mi nuevo puesto en una guardería, me sorprendió ver a más de treinta niños de entre dos años y medio y cuatro años. Los únicos miembros del personal éramos una ayudante sin experiencia y yo. No sabía por dónde empezar, ya que nadie me daba instrucciones ni indicaciones.
Otra profesora me dijo: "Sabes, nadie quería trabajar en esta guardería. La persona que ocupó tu puesto sugirió que sólo tú podías encargarte. Por eso te asignaron a esta clase". Los demás profesores y uno de los jefes se solidarizaron conmigo y dijeron que era injusto.
Olvidé por un momento que era practicante y que esta era una oportunidad para elevar mi xinxing. Abrumada, me puse en contacto con la directora entre lágrimas y me quejé de las dificultades a las que me enfrentaba en mi nuevo puesto. Le pedí que me reasignara.
Al día siguiente, cuando vi su expresión avergonzada, recordé que yo era una practicante y que debía afrontar los retos con compasión.
Shifu dijo:
"...después de estudiar vuestro Falun Dafa, llegan temprano y se van tarde, trabajan respetuosa y diligentemente, hacen bien cualquier trabajo asignado por sus jefes y no se pelean más por beneficios y ventajas" (Cuarta Lección, Zhuan Falun).
Después de leer lo que dijo Shifu, me iluminé y vi mi nuevo trabajo desde una perspectiva diferente. Desarrollé una relación armoniosa con mi ayudante y nos coordinábamos sin problemas. Cuando me jubilé, mis compañeros de trabajo, el personal y los padres me elogiaron. Aproveché la oportunidad para hablarles de Falun Dafa. Como resultado, muchos de ellos renunciaron al Partido Comunista Chino (PCCh) y a sus organizaciones afiliadas.
Aunque nunca mencioné lo sucedido, se creó una notable distancia entre la colega que ocupaba mi antiguo puesto y yo. No fue hasta después de jubilarme, cuando un colega sacó a relucir el incidente, que me encontré contando la historia con rabia. De repente me di cuenta de que seguía resentida con la mujer que me quitó el puesto y con el líder que lo organizó.
En ese momento supe que no había comprendido el Fa y que no me había cultivado. Supe que perdí una oportunidad valiosa arreglada por Shifu, para mejorar.
Eliminando el resentimiento hacia mi esposo
Aunque estuve resentida con mi esposo durante años, seguí tratando de mejorar. En apariencia era capaz de controlarme, pero cuando él me criticaba yo no podía.
Se quejaba constantemente de mí, desde lo que cocinaba hasta lo que compraba o mis relaciones con los demás. A veces la situación se volvía tan intensa que nos gritábamos, incluso por cosas sin importancia, como objetos mal colocados. Hace poco, nuestra relación se deterioró y estuvimos varios días sin hablarnos. Aunque sabía que no debía hacerlo, a menudo discutía con él e incluso me quejaba a nuestros hijos.
A veces, miraba hacia dentro. Vi mi apego a la envidia, al resentimiento, a presumir, a la competitividad y a un ego fuerte. Me di cuenta de que era impaciente y quería que me alabaran. Así que envié pensamientos rectos para deshacerme de estos apegos. A pesar de todos mis esfuerzos, seguía discutiendo con mi esposo.
Un día, cuando empezamos a discutir, intenté controlarme no respondiendo, pero la ira dentro de mí seguía ardiendo.
Aquella noche tuve un sueño muy vívido. Estaba en un andén alto y estrecho, sin barandilla. De repente, una figura familiar a mi izquierda cayó con un grito aterrorizado. Miré hacia abajo, pero no veía el fondo. Sentí en mi corazón que se había ido. De repente resbalé y provoqué un desprendimiento. Empecé a correr y conseguí esquivar el peligro.
Cuando desperté, sentí que Shifu me había mostrado este sueño para iluminarme. Parecía que mis antiguos apegos y resentimientos se habían acumulado y eran como un iceberg, estaba en grave peligro.
Cuando mi esposo despertó, le pedí disculpas.
Mi esposo practicaba los ejercicios antes, pero dejó de hacerlo cuando empezó la persecución. Los reanudó para mejorar su salud, pero volvió a dejarlos después de que detuvieran a dos practicantes locales.
Cuando miré hacia dentro, me di cuenta de que su actitud negativa hacia Dafa podía estar relacionada con mis deficiencias en casa, que le impedían comprender plenamente lo maravilloso que es Falun Dafa.
Últimamente me he fijado en las enseñanzas de Shifu sobre que los Fo no hablan frívolamente. Me di cuenta de que, para cultivar mi habla, primero debo centrarme en mejorar mi carácter.
Un día, mientras cocinaba, mi esposo dijo repetidamente algo irritante. Sentí cómo aumentaba mi enfado, pero esta vez me dije: "No voy a enzarzarme en una pelea. Esta vez no diré nada". Milagrosamente, sentí que el resentimiento desaparecía de mi corazón. Fue una experiencia maravillosa.
La alegría de deshacerme del resentimiento que una vez bloqueó mi corazón fue inmensa. Después de este avance, las palabras de mi esposo dejaron de ser duras y pude hablar con él con calma.
Conclusión
El resentimiento puede afectar negativamente a la mente, impidiendo que las personas piensen racionalmente y resuelvan realmente los problemas.
Comprendiendo que el resentimiento está vinculado a otros apegos perjudiciales tanto para uno mismo como para los demás, estaba decidida a eliminarlo. El proceso fue difícil, pero sabía que se debía a que me aferraba a los apegos mientras intentaba eliminarlos. Mis resquicios permitían a las viejas fuerzas explotar mis vulnerabilidades y perseguirme.
El proceso de escribir este artículo me ayudó a exponer y eliminar mis apegos.
Siempre tuve dificultades para meditar durante una hora. Sin embargo, después de terminar este artículo, pude meditar durante veinte minutos más, y entré en un estado de tranquilidad. La persistente hinchazón de mis piernas desapareció.