(Minghui.org) Una practicante de Falun Dafa me consiguió una entrevista como empleada doméstica a principios de 2010. Mi hija no quería que aceptara el trabajo, diciendo que era un trabajo de bajo nivel. Yo le dije: "Todo trabajo tiene que ser hecho por alguien, y se trata de cómo uno lo hace. Soy practicante de Dafa y siempre puedo seguir las normas de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Eso refleja el alto valor moral de todo lo que hago. ¿Quién podría pensar que es un trabajo de bajo nivel? Mientras sea oro, brillará en todas partes. Mi responsabilidad es validar el Fa y salvar a los seres conscientes".
La empleadora me ofreció el trabajo inmediatamente después de conocerme
Al día siguiente fui a casa de la empleadora, como estaba previsto. Era la directora de un hospital de la ciudad y su marido había fallecido. Parecía bastante severa. En cuanto entré en su casa, la vi negociando el trabajo con una mujer de mediana edad. En cuanto me vio, me dijo: "Quédate. Te dejaré hacer el trabajo".
Acepté el trabajo. Aquel era el entorno de cultivación dispuesto para mí, y sabía que debía rendir bien en todo lo que hiciera. Mi rutina diaria consistía en hacer la compra por la mañana, limpiar la casa y cocinar al volver. A veces la ayudaba a cuidar de su pequeño nieto. La casa de mi patrona tenía más de 140 metros cuadrados. Las ventanas eran grandes, por lo que era muy laborioso limpiarlas. Sin embargo, yo las limpiaba a diario y ella estaba satisfecha.
Mi patrona se marchaba todos los días después de asignarme el trabajo sin cerrar la puerta de su dormitorio ni los cajones. Una vez, cuando fui a su dormitorio a limpiar el armario, el cajón del armario estaba medio abierto. Vi varios fajos de dinero en él. Cerré el cajón, salí de la habitación y cerré la puerta.
Una mañana, mi patrona me llamó y me dijo que me iba a dar el día libre. Me quedé confusa: ¿qué día festivo es hoy? Pero no le di mucha importancia. Cuando fui a trabajar al día siguiente, vi en la tabla de cortar de la cocina tazones con frutas, frutos secos y caramelos, ordenados en fila. La comida no me conmovió. Para un cultivador de Dafa, no hay cosas accidentales en el camino de cultivación. Las cosas encontradas en diversos ambientes son para probar a un cultivador, incluyendo la codicia por cierta cosa, y el apego y el deseo por la comida. Mi patrona a menudo me invitaba a comer con ella, y yo siempre declinaba cortésmente, considerando que era una prueba.
Un día, cuando mi patrona estaba a punto de marcharse, le dije: "Señora, por favor, no olvide cerrar la puerta de la habitación cuando se vaya". Ella sonrió y me dijo: "No te preocupes, has pasado la prueba; estás cualificada. No hay duda sobre tu carácter". De repente me di cuenta de que había instalado una cámara de vigilancia en su casa. Gracias al gran y compasivo Shifu [el fundador de Falun Dafa], no tuve problemas para tratar el asunto. Shifu me ha limpiado y rectificado, y así estoy libre del mal comportamiento.
La actitud de mi patrona hacia mí cambió, y a menudo encontraba cosas que discutir conmigo. Una vez me dijo: "Eres diferente de los demás empleados. Eres limpia, trabajas duro, no tienes un olor desagradable, no tomas la comida a la ligera y no malgastas el agua como otras personas". Le dije: "Los hábitos de cada uno son diferentes, y las ventajas también. Es correcto ahorrar energía, y la diligencia es también un símbolo de amabilidad". Luego dije: "Otros pueden ser diferentes a mí. Yo practico Falun Gong (también llamado Falun Dafa), y sigo los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Antes de practicar Falun Dafa, no era diferente de los demás".
Ella no aceptó la verdad que le dije en ese momento, y se limitó a decir despreocupadamente: "Puedes hablar así en casa, pero no lo digas fuera... de lo contrario pueden arrestarte. He conocido Falun Dafa en el extranjero. Soy atea y no creo en lo que supuestamente representa". No dije nada más porque estaba claro que unas pocas palabras no bastaban para hacerla cambiar de opinión, pero confiaba en que, con el paso del tiempo, podría ayudar a salvarla. El compasivo Shifu me brindó la oportunidad de aclarar la verdad.
Mi empleadora quedó impresionada por tres cosas que hice
Tres cosas que hice en casa de mi patrona la dejaron impresionada.
La primera cosa: una vez, cuando mi patrona y yo estábamos jugando con su nieto de tres años, un bichito se arrastró a nuestro alrededor. Ella hizo un gesto al niño para que matara al bicho dándole un manotazo. Le dije: "Envuélvelo con un trozo de papel y tíralo por la ventana". Mi patrona sonrió y dijo: "Así que aprecias tanto la vida". Le contesté: "La vida está dentro del ciclo de los seis reinos. Aunque los insectos son pequeños, pueden reencarnarse en humanos. Falun Gong practica el Fa de Fo, y la gente que practica el Fa de Fo no mata. El falso caso de la ‘autoinmolación’ en la plaza de Tiananmen fue dirigido por Jiang Zemin y su banda".
La segunda cosa: una anciana conocida me pidió que le cambiara algo de dinero. Cuando me dio su dinero, no conté cuánto era. Cuando llegué a casa, lo conté y eran 200 yuanes. Cuando le di el dinero canjeado, me dijo que no me había dado 200, sino 250. Me lo repitió varias veces y su actitud fue un poco dura. No discutí más con ella.
A la mañana siguiente, cuando fui a la casa de mi patrona, me llamó una practicante y hablamos de la cuestión del dinero. Le dije: "La anciana ha cometido un error, pero no quiero darle demasiada importancia. Son sólo 50 yuanes y no merece la pena discutir. Fui descuidada, así que lo consideraré como una lección". Más tarde, llamé a la anciana y le dije: "Me equivoqué, tienes razón, te daré los 50 yuanes esta noche".
Mi patrona me oyó y me dijo: "Eres muy diferente. Ella está obviamente equivocada, y tú sigues diciendo que te equivocaste". Yo dije: "Si no practicara Falun Dafa, definitivamente no actuaría así. Como cultivadores, ante los conflictos y el interés propio, tenemos que dar un paso atrás. No importa quién pierde y quién gana; el dinero no se puede traer cuando uno nace, y no se puede llevar cuando uno muere. Quizá se lo debía en una vida pasada, así que aproveché esta oportunidad para devolvérselo". Ella asintió y dijo que sí.
La actitud de mi patrona hacia mí cambió de amistosa a respetuosa. A menudo me metía fruta en la mochila cuando no le prestaba atención. Cada vez que me daba cuenta antes de irme, la sacaba de mi mochila y se la devolvía educadamente.
La tercera cosa: la hermana menor de mi patrona vino de visita y mi patrona me pidió que hiciera unos fideos de harina de maíz. Le dije que nunca había hecho fideos de harina de maíz y que no estaba segura de poder hacerlo bien. Me dijo que me enseñaría y lo hice como ella me enseñó. Cuando se sirvió, me di cuenta de que los fideos estaban rotos. Mi patrona perdió la paciencia y se mostró agresiva. Me regañó mientras comía y su hermana me miraba de vez en cuando. La escena en aquel momento era embarazosa y humillante, pero me limité a sonreír, no dije nada y la escuché desahogarse furiosamente. Aproveché la oportunidad para mirar hacia dentro y descubrí mi mentalidad competitiva, el sentirme superior a otros practicantes y el hablar sin tener en cuenta los sentimientos de los demás. Me avergoncé de mis apegos y agradecí de corazón a mi patrona que me ayudara a encontrar mis problemas.
Después, la nuera de mi patrona me envió un mensaje de texto diciendo: "Tía [término respetuoso en China con el que una persona joven se dirige a una persona mayor], mi suegra tiene mal genio, pero no tenía intención de hacerte daño. Por favor, no te lo tomes en serio". Le contesté: "¡No hay problema!".
Cuando fui a trabajar al día siguiente, mi patrona me dijo que lo sentía en cuanto me vio. Le dije: "Debería ser yo quien pidiera disculpas. No hice bien los fideos de maíz y lo siento". Ella respondió: "Perdí los estribos contigo y sigues diciendo que eres tú quien se equivocó". Le dije: "Una persona que se cultiva tiene que encontrar sus propios defectos". Ella respondió: "¡Eres una persona tan agradable! No hay absolutamente ningún problema con tu carácter. Te pagaré mañana".
Aproveché la situación y le dije: "Por favor, no se preocupe por pagarme el sueldo, que no es importante. Lo más importante es que renuncie al Partido Comunista Chino (PCCh) y a cualquiera de sus organizaciones juveniles a las que se haya afiliado. Desde su creación, el PCCh nunca ha hecho nada bueno. La gente de su edad sabe que la gran hambruna causó la muerte de decenas de millones de personas. No fue un desastre natural, ¡sino provocado por el hombre! Los movimientos políticos continuaron uno tras otro, y la Revolución Cultural mató a mucha gente. También lo hicieron la Masacre del 4 de junio de 1989 y la persecución a Falun Gong. Falun Gong fue incriminado, las mentiras difundidas por todo el mundo han envenenado a todos los seres. Practicantes de Falun Gong como yo fueron detenidos ilegalmente, golpeados hasta la muerte y mutilados, sus familias fueron destruidas y sus familiares separados. ¿Ud. cree que este país puede durar mucho?".
Continué: "¡Desde la historia hasta hoy, todos los que persiguieron a un Fa recto o a una religión ortodoxa trajeron desastre a su país! ¡¿Aún quiere asociarse con esa maldad?! Todo el mundo sabe que el bien se recompensa con el bien y el mal se castiga con el mal. ¡Debería renunciar al PCCh lo antes posible! ¡Borre esa huella maligna y podrá entrar en el futuro que será más hermoso! ¿Acaso le mentiría? Hay personas que engañan a la gente por dinero, pero no hay tal persona que engañe a la gente para que gane su seguridad futura".
Ella repitió: "renuncio, renuncio". Le dije: " ¡Le daré el apodo de Guangming para que renuncie!". Ella dijo: "¡Qué bien, este nombre es genial!". Después de hacer las "tres renuncias" [renunciar al PCCh, a la Liga Juvenil y a los Jóvenes Pioneros], cambió drásticamente. Su tez pasó de pálida a sonrosada. Realmente hizo las tres renuncias de corazón. ¡Gracias, Shifu!
¡Agradezco, al misericordioso y gran Shifu, por su salvación! Heshi, y me inclino en reverencia ante Shifu.