(Minghui.org) Este año cumplo 74 años y empecé a practicar Falun Dafa en 1996. Muchas de mis dolencias desaparecieron al cultivar Dafa y desde entonces estoy sana.
En los últimos años, he vivido con mi hijo y he ayudado a cuidar de su hijo. Durante ese tiempo, dejé mi cultivación, y entonces las viejas fuerzas se aprovecharon de la brecha y me enseñaron una dura lección.
Un día de abril de 2021, me desperté y descubrí que el lado derecho de mi cuerpo estaba paralizado. No tuve miedo, pero me recordé que soy practicante de Dafa. Le conté la situación a mi marido, que también es practicante, y él me animó a tener fe en Dafa y que pasaría la prueba.
Aparté mi corazón del miedo y dejé de preocuparme por lo que pudiera pasar. Simplemente dejaría que Shifu se hiciera cargo de mí. Le pedí a mi esposo que atara una cuerda a la puerta del armario. Me puse de pie, me apoyé en el armario y sujeté la cuerda para poder hacer el ejercicio estaca parada Falun (el segundo de los cuatro ejercicios de pie). Me esforcé al máximo para estirar el brazo derecho paralizado lo más lejos y lo más alto posible. Un mes después, podía cortar verduras con la mano derecha. Al cabo de otro mes, podía sujetar los palillos con la mano derecha y hacer algunas tareas domésticas ligeras. Al cuarto mes, podía hacer los ejercicios sin agarrarme a la cuerda.
A través de esta tribulación, me he vuelto más consciente de la seriedad de la cultivación. También sé que no importa lo grande o seria que sea la prueba, debemos mantenernos firmes en Dafa y tener fe en Shifu.