(Minghui.org) La primera vez que leí Zhuan Falun, me di cuenta de que tenía que dejar mi profesión. Dos semanas después dejé mi trabajo como terapeuta de Shiatsu. Sabía en mi corazón que era lo correcto. Confiaba en que un nuevo camino profesional había sido arreglado para mí. Poco después, el propietario de una compañía de arquitectura me contrató. Esto ocurrió en 2015.
Mi jefe era muy religioso. Cuando llevé folletos de Shen Yun a la empresa, me enteré de que dos compañeros de trabajo ya habían visto el espectáculo y estaban entusiasmados. Le enseñé el folleto a mi jefe y me dijo que estaría encantado de verlo con su hija. Eso estuvo fácil, pensé.
Unas semanas más tarde, cuando le pregunté si había comprado entradas, me dijo desdeñosamente que sus hijos no estaban interesados. Me sorprendió. Hizo caso omiso de mis recordatorios para ver el espectáculo.
Un compañero de trabajo compró entradas para ir con su esposa. Unas semanas más tarde, otra empresa se puso en contacto con él y le invitó a formar parte del consejo de administración.
Al año siguiente le di a mi jefe un folleto y le enseñé el vídeo del espectáculo de 2016. Sonrió y tomó el folleto, pero no asistió al espectáculo.
Al año siguiente, Shen Yun actuaría en el Burgtheater. Pensé: "Debe de ser el lugar adecuado para él, ya que pertenece a la clase alta".
Su respuesta me sorprendió: "Katja, sé que quieres algo bueno para mí, pero esto no resuena conmigo". Comprendí que la primera parte de la frase era su espíritu principal hablando, el que sabía exactamente de qué se trataba Shen Yun. La segunda parte era algo que lo bloqueaba.
Empecé a tener dudas sobre lo que yo estaba haciendo. Me sentí animada a persistir porque, antes de empezar a practicar, asistí a Shen Yun después de que una practicante me recomendara el espectáculo durante tres años. Ella no me abandonó. Esta experiencia me animó a no renunciar a mi jefe.
Al año siguiente, Shen Yun actuó en Salzburgo. Es un lugar de clase alta y mi jefe tiene allí una casa de fin de semana. Le conté lo maravilloso que es el espectáculo y le recordé nuestras conversaciones sobre Dios y lo divino. Sonrió, tomó el folleto pero no dijo nada. No fue.
Antes de Navidad, cada uno de nosotros podía regalar un "duende navideño" a un colega. Pensé: "¡Esta es mi oportunidad!". Los elfos se asignaban por sorteo.
Saqué el nombre de un colega y pensé sobre qué comprarle. Cuando estaba en la entrada de una tienda de regalos, me vino un pensamiento muy claro: ¡Le toca la entrada de Shen Yun! ¿Por qué no se me había ocurrido antes? Estaba tan concentrada en mi jefe.
El colega se puso muy contento y, en privado, le regalé otra entrada para su esposa. Luego me enteré de que habían comprado dos entradas más para sus hijos y habían ido en familia. Hoy, este colega va camino de un futuro en el que le espera un alto cargo directivo.
Llegó otro año y probé un nuevo enfoque. Mencioné casualmente Shen Yun al jefe: "Shen Yun... en Graz... ya sabe, alguna vez en la vida tiene que ir... seguro que le gustará". Mi jefe no compró ninguna entrada. No sabía qué más hacer y empecé a soltarlo.
Un colega compró entradas para él y su esposa, y poco después se convirtió en gerente de nuestra compañía. Me reuní con él durante el intermedio y le pregunté qué le parecía Shen Yun. Sus palabras me dejaron helada: "¿Te gustan este tipo de cosas?". Su tono era condescendiente, y tuve la sensación de que sentía pena por mí.
Durante los años siguientes evité preguntarle por Shen Yun, pero no podía olvidar lo que me había dicho. Cuando Shen Yun volvió a Graz en 2022, recomendé Shen Yun a su familia, la que vivía allí. Para mi asombro, me dijo: "Es una buena idea. Qué actuación más bonita". Me quedé de piedra y me di cuenta de que lo que había dicho antes no era él de verdad. Era una prueba para mí.
El espectáculo de 2021 no se celebró debido al COVID-19 y el jefe tuvo que vender su empresa. Durante las conversaciones con los nuevos propietarios, supe que él había sugerido que me despidieran. Me dolió en el alma. Fue una humillación como nunca antes había experimentado. Los nuevos propietarios, por su parte, afirmaron que querían que yo estuviera en el equipo e incluso querían que mi cargo creciera.
Dos semanas después nos enteramos de que la venta se había frustrado y mi jefe había vuelto. Los meses siguientes fue difícil trabajar con él. Decidí hablar con él y le dije que sabía que me iba a despedir. Se sintió muy incómodo. Fuimos a dar dos paseos y yo escuchaba mientras él decía lo que pensaba. Todavía me dolía el corazón. Empecé a pensar en cómo podía dejar la empresa.
Cuando comenzó la promoción para la temporada 2023 de Shen Yun, le invité por séptima vez a ver Shen Yun. Eliminé mi ansiedad y sinceramente esperé que el viera Shen Yun. Le pedí a nuestro misericordioso Shifu una buena solución y lo solté por completo.
Algún tiempo después, un colega me llamó y me pidió que le ayudara con el equipo de Navidad, ya que no les venían ideas para los regalos. Acepté sin ganas, pues llevaba varios años formando parte del equipo y creía que ya había hecho suficiente. Nos reunimos para comer y hablaron del programa que estaban planeando. Me pareció aburrido y sin inspiración. Las opciones eran un almuerzo de negocios, ir a tomar champán, etc. Escuché durante media hora y luego les dije sinceramente que no me parecía muy emocionante.
Casi simultáneamente, los cuatro me miraron y dijeron: "¡Por eso estás aquí! Por eso te hemos invitado". En un instante, me di cuenta de lo que tenía que hacer y dije: "Bueno, vamos a añadir entradas para Shen Yun". Les enseñé el tráiler. Después todo sucedió muy deprisa. Mi colega me preguntó cómo escribir sobre Shen Yun. Busqué la página web y copié el enlace en la lista de Navidad. Las entradas para Shen Yun estaban oficialmente en la lista de regalos.
Estuve muy emocionada durante las siguientes semanas, hasta la fiesta de Navidad. ¿Querría alguien un boleto o escogerían el champán? Tenía que recordarme varias veces al día que todo estaba arreglado. Pasó el tiempo y por fin llegó el día de la fiesta. La mayoría de la gente estaba un poco borracha cuando llegó el momento de hacer los regalos. Intenté eliminar mi pensamiento de que el alcohol confunde los sentidos. Conseguí reprimir esos pensamientos y deseé a todos los seres de la sala lo mejor para su futuro.
Cada uno recibió una bolsa de regalos con cuatro cosas, y cada cosa simbolizaba la elección de alguna posibilidad de regalo. Para la entrada de Shen Yun, era una gran flor de loto de tela. Vi cómo mi jefe abría la bolsa y sacaba la flor. Me miró fijamente y asintió con una enorme sonrisa. Enseguida comprendió lo que significaba la flor, ya que yo llevaba seis años hablándole de ella.
Ahora tres colegas y yo presentamos los regalos para que eligieran. Puse un tráiler de dos minutos que me había enviado un practicante unas horas antes. Estaba nerviosa. Dije que el tráiler hablaba por sí mismo y que no podía describirlo mejor, así que puse el tráiler. Levanté el ordenador delante de mí y me escondí detrás de él para enviar pensamientos rectos mientras miles y miles de pensamientos pasaban por mi cabeza, y mis colegas conversaban, se reían y hacían comentarios. Después, mi jefe se levantó y dijo: "Una buena amiga lleva años diciéndome que debería ver Shen Yun y sé que siempre ha tenido buenas intenciones conmigo. Katja, te prometo sinceramente que esta vez iré". Se puso la flor de loto en el pelo y dijo que todo el que quisiera ir era bienvenido. De las 19 personas de la compañía, 11 fueron a Shen Yun en febrero.
Supe que mi tarea en la compañía se había cumplido. En febrero dejé la empresa y empecé mi propio negocio. Estoy segura de que me espera algo nuevo y de que ahora utilizaré todo lo que aprendí en la empresa de una forma nueva.
Me di cuenta del significado de que el Fashen de Shifu nos cuida y de que Shifu está siempre con nosotros. Eliminaba mi ego y mi falso yo cada día. En los momentos en que el falso yo no está ahí, sino mi propio ser, todo lo que él necesita está ahí. Todo está arreglado.
Gracias, Maestro. Gracias, compañeros practicantes.
(Presentado al Fahui de Europa 2023)