(Minghui.org) Después de que comenzara la persecución a Falun Dafa en 1999, por todo tipo de razones, perdí el contacto con otros practicantes y dejé de cultivarme. Poco después me casé y fui víctima de violencia doméstica porque mi esposo tenía muy mal carácter. Mi vida era miserable.
En 2004, conocí a un practicante en la plataforma de redes sociales QQ, que chateaba con la gente para aclarar los hechos sobre Dafa. El practicante, que vivía fuera de China, me envió el software Freegate, que me permitía eludir la censura de internet y conectarme a Minghui. Me emocioné mucho cuando vi la foto de Shifu en la portada de Minghui. Por fin, una niña perdida había encontrado el camino a casa. Descargué todos los libros de Shifu y empecé a cultivarme de nuevo.
Estoy tan agradecida por la disposición de Shifu, así como por los compañeros practicantes de fuera de China que perseveran en la tarea de aumentar la conciencia sobre la persecución entre el pueblo chino. Sin el programa, probablemente no habría podido volver a Dafa, porque no conocía a ningún otro practicante. También quiero dar las gracias a Minghui por haber sido mi compañía durante tantos años. Aunque estaba en el centro de la malvada persecución, no estaba perdida. Con la guía de Minghui, he podido recorrer el camino para volver a mi yo original y verdadero.
Después de aprender a entrar en Minghui, llamé a una amiga que también había dejado de practicar Dafa. Como no vivíamos en la misma ciudad, hacía años que no nos poníamos en contacto por motivos de seguridad. Ella también se alegró mucho de oír hablar del programa. Ella y su esposo me visitaron con su computadora. Le di una copia de Freegate. No solo reanudó la práctica de Dafa ella misma, sino que también pasó el software a otro practicante, que entonces también pudo navegar por Minghui.
Además de con otros practicantes, también compartí Freegate con mis clientes del trabajo. A todos les gustó y dijeron que era más rápido y fácil de usar que otros programas anticensura.
Debido a la persecución, muchos de los practicantes que conocía se habían mudado. Durante muchos años, no pude ponerme en contacto con practicantes locales. Pero todos los días leía artículos compartidos en Minghui. En compañía de Minghui, nunca tuve la sensación de cultivarme sola, sino con el grupo, todo el tiempo.
Descargué artículos de Minghui e imprimí algunos para distribuirlos. También grabé DVD y se los di a mis conocidos. Siempre les pedía que me devolvieran los DVD después de verlos, para poder pasárselos a más gente. También envié cartas a organismos gubernamentales locales, instándoles a no participar en la persecución.
Sin saber mucho de seguridad en internet, empecé a chatear con gente en QQ sobre Dafa, igual que el practicante que había conocido antes. Exceptuando el trabajo, pasaba la mayor parte del tiempo sentada frente a la computadora, chateando con la gente y compartiendo con ellos los mensajes que recibía de los practicantes extranjeros. Protegida por Shifu, hice esto durante cinco años.
Más tarde escribí un artículo sobre cómo aumenté la conciencia sobre la persecución a través de las redes sociales y lo envié a Minghui. El editor me recordó que debía prestar atención a la seguridad. Solo entonces me di cuenta de que no era seguro para nosotros en China aclarar los hechos en QQ. También leí artículos sobre practicantes perseguidos por aclarar los hechos en internet. Dejé de hacerlo.
En 2009, Minghui publicó una guía técnica sobre el uso de teléfonos móviles para enviar mensajes a la gente. Descargué el manual y empecé a utilizar teléfonos móviles para aclarar los hechos.
No hice lo hice bien hablando con la gente cara a cara debido a mi miedo y mis preocupaciones. Pero los artículos sobre Minghui que compartían otros practicantes siempre me inspiraban para esforzarme al máximo. Aunque todavía tengo mucho que mejorar, hablé con algunas personas cara a cara a lo largo de los años.
En 2014, por fin me puse en contacto con los practicantes locales. Ahora les proporciono material informativo y apoyo técnico. Finalmente me uní al grupo local y trabajo con ellos en varias iniciativas.
En cuanto a cultivar el xinxing, los artículos compartidos en Minghui también me ayudaron a entender cómo cultivarme, mejorar mi xinxing y madurar en la cultivación.
Al principio, cuando me topaba con conflictos de xinxing, me obligaba a aguantar, sin dejar de sentirme resentida e injustamente tratada. Sé que los principios de Dafa de Verdad-Benevolencia-Tolerancia son el estándar que quiero alcanzar. Aunque todavía no he llegado a ese punto, no buscaría en absoluto la venganza ni respondería de forma extrema. Es un proceso laborioso enfrentarse a ello y mirar hacia dentro, pero después de pasar la prueba, me di cuenta de que mi xinxing había mejorado.
Ahora, cuando me ocurren cosas "malas", soy capaz de considerarlas desde la perspectiva de los demás, comprender sus dificultades y buscar áreas en las que yo misma pueda mejorar.