(Minghui.org) Fui a la sección de delicatessen de un supermercado a finales del 2022. Un empleado de mediana edad levantó los brazos y gritó alegremente: "¡Falun Dafa es bueno! Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno". Algunas vendedoras también levantaron las manos y gritaron: "¡Bienvenido Falun Dafa!". Se me saltaron las lágrimas.
Dentro y fuera del supermercado, a menudo me saludaban con "¡La señora de Falun Dafa está aquí!". "¡Hola, querida!" "¿Cómo estás, querida? Estábamos pensando en ti".
Durante la época "Todo positivo" del Partido Comunista Chino (PCCh), a principios de 2023, solo pasé unos días en casa para fin de año y el Año Nuevo chino. Al día siguiente, como de costumbre, fui al supermercado y me saludó una familia. Les devolví el saludo: "¡Feliz Año Nuevo a todos! ¿Cómo están vuestras familias?". Me dijeron: "Toda nuestra familia ha dado negativo". Me sentí aliviada y feliz por ellos.
Tengo 79 años. Empecé a practicar Falun Dafa en 1997. Las siguientes son algunas historias breves de mi aclaración de la verdad durante los últimos tres años de la pandemia.
El segundo día del cierre de la ciudad, nada más entrar en el supermercado, los vendedores me preguntaron sorprendidos: "Querida, ¿cómo has salido?". Salí porque debo salvar a la gente todos los días. Cómo salí no fue nada raro, por la puerta por donde entra y sale la gente.
A medida que se intensificaba el bloqueo pandémico, los "uniformes blancos" vigilaban la entrada del supermercado. Yo no estaba vacunada ni me había hecho la prueba y no tenía ningún código (como los códigos sanitarios, los códigos de barras, etc.). No intenté averiguar qué estaban comprobando los uniformes blancos, simplemente me quedé en el estacionamiento para hablar con los clientes.
No había mucha gente comprando, sin embargo intenté hablar con todos los que veía. Les convencí de que renunciaran al PCCh y a sus organizaciones afiliadas mientras les ayudaba a descargar los carritos de la compra, y la mayoría se mostró dispuesta a renunciar.
Los clientes eran en su mayoría jóvenes urbanos. Me preocupaba por ellos como si fueran mis hijos. Era sincera, amable, seria, y mi frase inicial, "Espero que estén sanos y salvos", siempre funcionaba bien.
Les explicaba brevemente que la pandemia apuntaba al PCCh, y que solo renunciando a sus organizaciones se podía sobrevivir. Les dije que podían mantenerse alejados de la pandemia recitando sinceramente las dos frases auguriosas "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia- Tolerancia es bueno".
Tras pronunciar las palabras anteriores, pude ver que superaban visiblemente el miedo y la ansiedad. La mayoría de ellos pertenecían a la sociedad dominante y al sistema del PCCh, sin embargo todos accedieron a renunciar probablemente porque mi compasión sincera les conmovió. Algunas jóvenes me dijeron: "Hace mucho frío, por favor, abrígate. Ponte un gorro y una chaqueta de plumas o algo".
Mi esposo tiene más de 80 años y no practica Falun Dafa. Al verme todos los días en el frío intenso, tiró de mí hacia la entrada del supermercado, diciéndome: "Ahora los uniformes blancos han sido sustituidos por personal del supermercado. Yo te haré entrar". Levantando su teléfono móvil, anunció en voz alta: "Esta es mi mujer, la información de la prueba (en el teléfono) es para los dos". Entramos.
Me animaba todas las mañanas cuando terminaba los quehaceres: "¡Déjalo ahí, vamos!". Era evidente que estaba orgulloso de lo que hacía. Unos días después le dije: "Ya estoy bien, puedo entrar sola". Pedía ayuda a Shifu, y podía entrar libremente en el supermercado mientras enviaba pensamientos rectos.
Mi zona residencial es una de tantas en toda la comunidad administrativa, las personas que viven en esta comunidad específica tienen el privilegio de menos restricciones para salir. En otras zonas residenciales, si había alguien que había dado positivo y estaba en cuarentena, sus edificios se cerraban, no obstante en mi comunidad no había casos "positivos" y nuestros edificios nunca estuvieron cerrados. Aunque no todas las puertas de nuestra comunidad estaban abiertas, había una que se mantenía abierta y permitía a la gente entrar y salir. Yo podía salir todos los días para aclarar la verdad y estudiar en grupo.
Un compañero practicante comentó: "Aunque haya solo una persona que tenga que salir todos los días para aclarar la verdad y salvar a la gente, esta zona residencial no estará bloqueada". Comprendí que, si un practicante de Dafa quiere salir y hacer lo que se supone que debemos hacer, podremos hacerlo porque Dafa es poderoso.
El supermercado al que voy todos los días es el más concurrido de la ciudad y no cerró ni un solo día durante los tres años que duró la pandemia. Todo el personal estaba de servicio incluso durante el periodo "Todo positivo" del virus del PCCh a principios de este año.
Al otro lado de la calle, al norte del supermercado, hay un hotel, y varios hombres de negocios de otras provincias se alojaron allí mientras impartían seminarios y hacían negocios en varias cadenas de tiendas de la ciudad. Pocos días después, todos dieron positivo en las pruebas de COVID.
En varios supermercados, restaurantes y otros mercados de los alrededores hubo personas expuestas y tuvieron que someterse al rastreo, cierre y clausura impuestos por la policía. Sin embargo, la conmoción no cruzó la calle y afectó a este gran supermercado al que yo iba a diario.
Al otro lado de la calle, al este del supermercado, hay una zona residencial rodeada de tiendas. Un día, algunos residentes dieron positivo y, en consecuencia, se realizó un rastreo de la exposición en las tiendas de los alrededores, sin embargo no llegó al supermercado, a pesar de que los residentes de esa zona compran allí con frecuencia.
Una de las sucursales del supermercado en otras zonas cerró debido a un problema de marisco, no obstante esta tienda principal no se vio afectada. Un empleado me comentó un día: "¡Amiga, nos hemos beneficiado de usted, gracias!". Le dije: "Es Falun Dafa, usted se ha beneficiado de Falun Dafa, por favor, dé las gracias a Shifu". Shifu nos ha indicado que "aclaráremos la verdad y aconsejemos a la gente que realicen las tres renuncias para ser salvados".
Si un lugar tiene mucha gente que entiende la verdad, la gente de ese lugar específico será bendecida con buena salud y una vida pacífica. Un practicante compró una chaqueta en este supermercado por más de 200 yuanes (28.30 USD) y utilizó más de 100 yuanes (14.15 USD) de billetes de la aclaración de la verdad para pagarla, y la cajera aceptó gustosamente todos los billetes de la aclaración de la verdad, ¿no era eso algo bueno? Un negocio así sería una bendición.
Yo iba al supermercado todas las mañanas y me pasaba dos horas aclarando la verdad y aconsejando a la gente que hiciera las tres renuncias, lloviera o hiciera sol. Por lo general, convencía diariamente entre una y dos decenas de personas para que renunciaran al PCCh.
Básicamente no tengo vacaciones porque esos días son los que tengo más trabajo: La gente compra antes del Año Nuevo chino y el segundo día de Año Nuevo. La gente compra en las rebajas del Día de la Mujer, el 8 de marzo, y durante el largo puente del 1 de mayo. También se compran alimentos para celebrar el Festival del Barco del Dragón en mayo y el Día del Niño, el 1 de junio. Los estudiantes realizan más compras durante las vacaciones de verano.
La concurrencia a la Fiesta del Medio Otoño era tan numerosa como la del Año Nuevo Chino, ya que muchos compraban con tarjetas regalo que sus empresas les daban como beneficio: muchas empresas encargan tarjetas regalo para sus empleados en este supermercado porque es el mayor del municipio.
Este supermercado tiene los productos más variados y frescos, la rotación de mercancías más rápida y el mayor flujo de clientes. En vacaciones, mucha gente compra en familia de tres o cuatro miembros, y a veces se presentan tres generaciones de una misma familia. Esto es especialmente cierto en las secciones de ropa, zapatos, sombreros y juguetes.
A veces, apenas tenía tiempo de anotar la lista completa de nombres de una familia antes de que apareciera otra. A las personas mayores les gustaba charlar conmigo, y las generaciones más jóvenes estaban dispuestas a buscar mi consejo, todos eran personas predestinadas.
Estaba muy ocupada mientras estaba en la tienda y ojalá hubiera tenido a alguien que me ayudara a anotar los nombres de las tres renuncias.
Durante el Festival del Medio Otoño de 2021, conocí a un hombre de unos 40 años, bien vestido y educado, en la sección de regalos. Le pregunté medio en broma: "Usted es el teniente de alcalde, ¿verdad?". Respondió con aire reservado: "No, solo soy un miembro del personal". Sonreí: "Tanto si eres alcalde como si no, tienes que estar sano y salvo para asumir el cargo, ¿verdad? Las tres renuncias pueden garantizar su seguridad, por favor, considere hacerlo".
Se quedó pensativo un momento. Le dije: "Entiendo lo ocupado que estás. Por favor, no pierda la oportunidad que el Cielo le ha dado: un destino bendito". Observó mi presencia en general -una anciana intelectual- y expresó con calma: "De acuerdo, renuncio". Le anuncie: "Seudónimo Zhengjun, renuncias al PCCh, a la Liga de la Juventud y a los Jóvenes Pioneros, ¿correcto?". Respondió: "Sí, gracias".
Entre las personas que conocí en este supermercado había funcionarios, empleados públicos, militares, personal del Comité de Asuntos Políticos y Jurídicos, personal de la Oficina 610, policías, empleados y jubilados de muchas profesiones, así como sus familias e hijos.
Algunos se marchaban en cuanto mencionaba Falun Dafa, otros me sugerían que dejara de practicar, y otros decían en tono burlón: "¡Deberías hacer esto en el edificio del municipio!". Algunos me pedían que tuviera cuidado, mientras que otros me daban las gracias.
Algunos me llevaban a rastras a la oficina de seguridad, otros me denunciaban y la policía venía a interrogarme. Una vez alguien me grabó en la sección de ropa e hizo que la policía viniera a buscarme (daba la casualidad de que yo estaba ausente ese día). En otro incidente, alguien me llevó a la Estación de Policía, donde aclaré la verdad a los policías. Una hora después me dijeron que pidiera a un familiar que me llevara a casa.
He vivido muchas cosas, amargas y dulces, durante los últimos tres años. El único pensamiento que tenía era salvar a la gente con compasión. Lo único que quiero es salvar a tanta gente como sea posible, día tras día, sin rendirme. Que más personas comprendan la verdad, sean bendecidas y se salven.