(Minghui.org) Obtuve el Fa en 1997 y he pasado por las buenas y por las malas. Si resto el tiempo que desperdicié, la cantidad real que dediqué a cultivar fue muy limitada. Eso fue porque me faltaba una comprensión clara de Dafa. Con fuertes apegos humanos a mi propia imagen, fama, sentimentalismo y un gran ego, utilicé Dafa como una muleta espiritual durante mucho tiempo. Desde que comencé a prestar atención a la verdadera cultivación estos últimos años, si tuviera que describir en una oración, lo más importante que aprendí a través de la cultivación, sería: es realmente importante desprenderse de uno mismo.
Antes de cultivar y hacer la cultivación genuina
Soy el hijo menor de mi familia y crecí sin preocuparme por nada más que por mí mismo. Me gustaba ser libre y odiaba que alguien me controlara. No pensaba en ahorrar dinero y carecía de valores familiares. No pensé en casarme hasta que deambulé durante mucho tiempo y me sentí cansado. Me casé a los 33 años; mi hermano mayor pagó mi boda.
Cuando mi hermana mayor y su hija se quedaron conmigo, mi hermana solía decir: “Tratas tu casa como un hotel”. Tenía una vida social ocupada. A menudo llegaba a casa borracho alrededor de la medianoche y me iba directamente a la cama. A veces vomitaba y no sabía que mi hermana me lo limpiaba. Me despertaba por la mañana y volvía a hacer las mismas cosas.
Los comentarios de mi hermano mayor sobre mí fueron: "El carácter determina el éxito o el fracaso", lo que significa que estaba condenado a ser un fracaso. No me importaba lo que dijera. Yo era un personaje salvaje e ingobernable que vivía en otro mundo. Era terco y no renunciaba a lo que estaba haciendo.
Después de empezar a practicar Dafa, intenté aclarar la verdad a mi familia, pero ni siquiera aceptaban mis materiales o me ignoraban por completo. Busqué dentro de mí la razón y descubrí aspectos de la cultura del Partido en mi forma de hablar y de pensar, por ejemplo, la transmisión forzada de mis pensamientos a los demás, la arrogancia, la imposición, la impaciencia y el no permitir que los demás interrumpan.
Empezar la verdadera cultivación
Shifu me dijo que fuera una buena persona. Me pregunté cómo sería una buena persona. Me vinieron a la mente algunos comentarios del pasado de mi familia: "Tus cosas son siempre lo más importante". "No sabes aceptar las críticas" y "nunca te importó cómo nos sentíamos". Tenían razón. Solía ser indiferente a los asuntos de mi familia. La piedad filial parecía no tener nada que ver conmigo; dependía de mis dos hermanas mayores y de mi hermano mayor.
He sido perseguido por practicar Falun Dafa. Esto afectó mucho a mi familia e incluso cambió su buena impresión inicial de Dafa. Esto dificultó nuestra comunicación y les impidió escuchar la verdad.
Me di cuenta de que mi egoísmo era el problema. El nuevo cosmos de Shifu solo acepta vidas altruistas, y el egoísmo es lo contrario del altruismo. Sabía que tenía que dejar el egoísmo. Tomé una decisión importante: cambiarme a mí mismo y empezar a ser altruista.
Mi hermano y mi hermana mayor estaban fuera de la ciudad, así que me fui a vivir con mi madre para cuidar de ella: ir a la compra, hacer trabajos pesados y limpiar la casa. Mi madre vivía de una pequeña pensión tras fallecer mi padre. Se obsesionó con recoger chatarra para venderla, lo que, en sus palabras, eran "ingresos laborales". Yo la acompañaba a vender chatarra siempre que estaba disponible.
Mi hermana mayor tenía dificultades económicas, así que cedí mi casa a su familia para que viviera en ella porque yo era soltero en aquel momento. Ayudé a su hija a elegir universidad y le di consejos sobre las solicitudes. También la acompañé a hacer el examen de acceso a la universidad en otra ciudad. Ayudé a mi hermano mayor a organizar su papeleo cuando estaba ocupado.
En las reuniones familiares, les hablaba de la cultura tradicional, de que la virtud tiene su recompensa y el mal su castigo, de la reencarnación, de ser criticado sin replicar y otras historias para intentar eliminar las nociones de ateísmo y evolución en sus mentes.
Tras varios años de esfuerzo, mi familia se alegró de ver los cambios en mí, y por fin me los gané. Ahora son muy receptivos cuando les aclaro la verdad.
Cultivar el altruismo mientras se mantienen los centros de producción de material
En 2004, Lu (alias), excompañero de clase, vino a mi ciudad a estudiar diseño publicitario y se quedó conmigo. En aquella época, muy poca gente conocía la tecnología, mientras que la demanda de materiales para aclarar la verdad era grande.
Me gasté 5.000 yuanes (aprox. 755 dólares) en un ordenador de sobremesa y le instalé banda ancha, para que Lu pudiera aprender a usar el ordenador y a la vez hacer el trabajo de Dafa. Floreció una pequeña "flor" (un lugar de producción de material de Dafa). Lu hizo un gran uso del ordenador y se convirtió en un experto en nuestra zona, ayudando a muchos practicantes locales a resolver sus problemas informáticos.
Yo también aprendí algunas técnicas de reparación y ayudé a los practicantes a resolver sus problemas informáticos. A veces trabajaba con otros practicantes para desarrollar y probar un nuevo método y luego lo publicaba en el foro para beneficio de los demás. Al ayudar a mis compañeros, experimenté la alegría de desprenderse de uno mismo y comprendí el significado de ser altruista.
Durante la pandemia, tuve que ir y venir para reparar aparatos fuera de la ciudad. Los practicantes están bastante dispersos en esa zona, y normalmente tardaba una hora en bicicleta eléctrica. Memorizaba el Fa mientras iba en bicicleta, y no perdía el tiempo.
Con mi bicicleta eléctrica he recorrido más de 5.000 kilómetros. Una vez pasé por la tienda de un amigo de camino a casa. Miró mi bicicleta eléctrica, preguntándose cómo podía haber durado tanto, y murmuró: "¿Esta bicicleta eléctrica tuya es hechizada?". Le contesté: "Sí, es un instrumento mágico y puede que esté hechizada".
Era como si viera extenderse ante mí una avenida dorada de prácticas de cultivación a medida que cambiaba poco a poco. Cuanto más me desprendo de mí mismo, más me doy cuenta de lo insignificante y pequeño que soy. Cuanto más miro hacia dentro, más comprendo la grandeza e infinitud de Dafa.
En mi opinión, la mejora de uno no consiste en cuánto ha ganado, si no en cuánto ha sacrificado, cuántos apegos has abandonado y cuánto haz hecho por los demás.
Entonces le dije al Shifu en mi corazón: "Cooperaré con mis compañeros practicantes para que podamos recorrer bien nuestros caminos juntos. Cultivaré el desinterés y el altruismo para estar a la altura de la salvación misericordiosa de Shifu".