(Minghui.org) A una residente de Tianjin de 64 años que cumple condena por su fe en Falun Gong se le negó recientemente la libertad condicional médica, a pesar de haber desarrollado cáncer de mama y estar muy débil.
La señora Shao Shuwen fue detenida el 25 de abril de 2019 por concienciar sobre la persecución a Falun Gong iniciada por el Partido Comunista Chino en 1999. Fue condenada a seis años por el Tribunal del Distrito de Beichen y llevada a la Prisión de Mujeres de Tianjin en diciembre de 2020.
Como Shao se negó a renunciar a Falun Gong, fue sometida a terribles torturas y se le negaron las visitas familiares. La angustia mental y física destruyó su salud y contribuyó al desarrollo del cáncer. Su familia pide su liberación inmediata.
Persecuciones anteriores
No es la primera vez que Shao es perseguida por practicar Falun Gong, al que atribuye la curación de su depresión y sus enfermedades cardiacas. Su esposo murió a principios de la década de los noventa, cuando su hija sólo tenía 5 años, pero su buena salud le permitió criarla sola.
A principios de 2001, fue citada a la comisaría, donde la detuvieron y la llevaron al centro de detención local. Sin las debidas garantías procesales, la recluyeron durante un año y medio en el Campo de Trabajo Forzado para Mujeres de Banqiao.
Los guardias del campo le negaron las visitas de su familia y le prohibieron hablar con nadie. También la privaron de muchas de sus necesidades diarias, como papel higiénico y compresas.
La Sra. Shao fue obligada a realizar trabajos no remunerados, a veces fabricando cojines para asientos y cajas de papel durante la noche. Cuando no trabajaba, los guardias la obligaban a sentarse en un pequeño taburete durante largas horas sin moverse mientras le leían artículos que calumniaban a Falun Gong y le ordenaban escribir informes de pensamiento.
Como se mantenía firme en su fe en Falun Gong, los guardias a veces la obligaban a permanecer de pie durante la noche o la acosaban con insultos verbales y propaganda durante la noche.
Su hija estaba en la escuela secundaria en ese momento. Sin la Sra. Sao para cuidar de ella en casa, pasó de ser una estudiante autónoma a una internada y pidió dinero prestado a sus familiares para cubrir sus gastos de manutención.
La Sra. Shao fue puesta en libertad en julio de 2002, pero fue detenida de nuevo el 14 de abril de 2004, tras ser denunciada por hablar sobre la persecución.
Cuando su hija regresó a casa del colegio, estaba tan aterrorizada de ver su casa asaltada hecha un desastre que no se atrevió a quedarse sola en casa. Entonces se alojó en distintos lugares, alternando entre sus vecinos y familiares. Debido al estrés mental y a la irregularidad de sus condiciones de vida, suspendió el examen de acceso a la universidad y empezó a hacer pequeños trabajos para mantenerse.
Al mismo tiempo, Shao inició una huelga de hambre para protestar por la persecución. Los guardias la alimentaron a la fuerza y le provocaron una grave hemorragia estomacal que casi le cuesta la vida.
Shao estuvo recluida en el centro de detención hasta diciembre de 2004, cuando fue trasladada a la Prisión de Mujeres de Tianjin tras ser condenada a dos años.
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Tras tres años y medio de reclusión, una mujer de Tianjin es condenada a seis años más por su fe (en inglés)