(Minghui.org) La pequeña comunidad donde vivo fue cerrada el 5 de enero de 2020, debido al COVID. Sólo quedó abierto un punto de venta, que estaba vigilado por tres o cuatro personas. Sabía que tenía que salir para ayudar a Shifu (el Sr. Li Hongzhi, fundador de Falun Dafa) a salvar a la gente, así que empaqué 40 juegos de folletos y salí. Sin embargo, las comunidades vecinas estaban vigiladas, había coches patrulla rondando y poca gente en la calle. Me sorprendieron las estrictas restricciones, pero conseguí entrar en dos edificios y distribuir mis materiales.
Mi esposo, que no es cultivador, me dijo severamente cuando llegué a casa: "No salgas más. El director del pueblo dio a cada casa una notificación, sólo una persona puede salir una vez cada tres días. Hay que explicar el motivo y sólo puede hacerlo durante un tiempo limitado". Vi otro aviso que decía: "Prohibido salir. Prohibido visitar a amigos o familiares". Daba un poco de miedo.
Estaba un poco preocupada, hasta que una mañana vi que mi sala se llenaba de humo blanco mientras hacía el quinto ejercicio (meditación sentada). El color blanco era transparente; todo mi cuerpo se disolvía en el humo. Era Shifu dándome una pista para que no tuviera miedo, ya que los cultivadores tenemos gong (energía de cultivación) que nos protege.
Estudié más el Fa ya que no podía salir. Pero unos días después, pensé que tanta gente todavía no conocía los hechos sobre Dafa; sería una gran lástima que perdieran la vida a causa del COVID. Me impuse la norma de distribuir materiales de Dafa cada vez que saliera. Si no podía entrar en un edificio, debía colocar los materiales en coches o en lugares a los que pudiera acceder. Compañeros practicantes me ayudaron a descargar Ediciones especiales sobre la pandemia, deseándote seguridad, estar a salvo es una bendición, ya que me parecían relevantes para la situación actual.
Salí y vi a unos guardias de seguridad. De repente comprendí un sueño que había tenido: dos practicantes y yo llegábamos a un puente de unos cuatro metros de ancho que atravesaba un gran río. Dos hombres caminaban hacia nosotros desde el otro lado. Parecían asustados y no dejaban de girar la cabeza, mirando hacia atrás, hacia el lugar de donde habían venido y me pregunté de qué tendrían miedo.
Entonces vi cuatro grandes criaturas parecidas a lagartos que bloqueaban el otro extremo del puente. Me quedé un poco aturdida y luego grité: "¡Apártense! Dejen pasar a los discípulos de Dafa". Las criaturas empezaron a moverse y desaparecieron cuando llegamos al otro extremo. Me desperté, sin comprender lo que significaba el sueño. Resultó que Shifu me estaba dando una pista sobre cosas que iban a suceder. Los espíritus malignos controlan a personas en otras dimensiones para impedir que los practicantes salven a la gente.
Empecé a prestar atención al envío de pensamientos rectos y aumenté la cantidad de tiempo que lo hacía al día. Alejé a los espíritus malignos detrás de los guardias de las pequeñas comunidades, para que no me vieran. Quemé incienso delante del retrato de Shifu cada vez que salía a distribuir materiales. La entrada a un pueblo estaba vigilada, así que me fui a un lado y me colé por la alambrada. Entregué folletos a la gente y les pedí que recitaran "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". También recité el Fa por el camino para alejar a los malos espíritus. Todo sucedió fácilmente cada vez.
Como insistía en enviar pensamientos rectos, los guardias estaban jugando a las cartas o charlando, y nadie me detuvo cuando salí. Una persona me pidió el pase varias veces a la vuelta, pero le dije que se me había olvidado traerlo. Me dijo que no me dejarían pasar si no lo llevaba en el futuro. Sonreí y le dije: "¿Quién cocinaría en casa entonces?".
Mi esposo volvió al trabajo después del descanso. No tuvimos que dedicar tiempo a hacer la compra, ya que mi hijo y yo teníamos comida de sobra después del festival del Año Nuevo Chino. Me pasé todo el tiempo memorizando Zhuan Falun, armando folletos y distribuyéndolos, lavando la ropa y limpiando. Quería ver si podía terminar de memorizar el libro en un mes. Eso significaba que tenía que memorizar una docena de páginas al día.
Era una gran prueba, pues tenía que dedicar mucho tiempo a repasar algunos párrafos más largos. Todos los días, a medianoche, me iba a la cama después de enviar pensamientos rectos. Terminé de memorizar Zhuan Falun en un mes. Mientras tanto, distribuía materiales de Dafa. Me sentía realizada, mi cabeza estaba llena del Fa, y pude mantener bien mi xinxing.
La seguridad de las pequeñas comunidades se relajó a medida que la pandemia disminuía. Los guardias sólo estaban allí como una formalidad. Entré en los edificios de apartamentos y distribuí materiales desde el último piso hacia abajo. Saludé a todos los que conocí de forma relajada. También fui a algunas aldeas remotas para distribuir folletos y pegar carteles.
Soñé que estaba en la calle principal de un pueblo, empujando mi bicicleta eléctrica y preguntándome por qué lado de la calle debía empezar primero. Tres o cuatro personas me saludaban, como si supieran que estaba distribuyendo material. Un hombre abrió la puerta de su casa y dijo: "Deme un ejemplar". Le dije que él ya lo había leído. No me hizo caso y metió la mano en la cesta de la bicicleta. Tomó un folleto y me dijo: "¡Ves, este no lo he leído!". Me desperté conmovida. Efectivamente, toda la gente espera ser salvada. Tengo que ser más diligente y hacer bien las tres cosas.