(Minghui.org) Comencé a practicar Falun Dafa en 1997 y ahora tengo 72 años. He experimentado y presenciado los milagros de Dafa así como la compasión y protección de Shifu durante mi cultivación. Me gustaría compartir con ustedes algunas de mis experiencias al aclarar la verdad cara a cara.
Comenzando a practicar Falun Dafa
Soy del campo y nunca fui a la escuela. He trabajado en el campo toda mi vida. Sufría de problemas estomacales y de hepatitis B, por lo que siempre me sentía agotada. Sin embargo, tenía que trabajar por muy mal que me sintiera. Estaba preocupada y triste. En 1997, uno de mis vecinos me dijo: "Pareces tan infeliz y cansada. ¿Por qué no intentas practicar Falun Dafa?". Así que mi marido y yo fuimos al lugar de práctica para aprender los ejercicios.
Poco después de empezar a practicar Falun Dafa, mi enfermedad estomacal y la hepatitis B desaparecieron. Ya no me sentía incómoda. Por el contrario, estaba llena de energía. Me sentía muy feliz. Iba al lugar de práctica y era feliz todos los días.
Shifu no sólo purificó mi cuerpo, sino que también me salvó la vida. Hubo una fuga de gas en nuestra casa varios meses después de que empezara a practicar. El hospital no pudo salvar a mi marido y falleció. Estuve 24 horas en coma y luego recuperé la conciencia. Me di cuenta de que Shifu había prolongado mi vida. Gracias, Shifu, por salvarme. Sabía que mi vida se había prolongado para que pudiera cultivarme. Desde entonces he atesorado cada día. Hice los ejercicios y estudié el Fa cada día.
Shifu nos pide que aclaremos la verdad a la gente y salvemos a más seres conscientes. Salgo casi todos los días a hablar con la gente, a pesar de la lluvia, la nieve o el viento, día tras día, año tras año. No me siento bien si falto un día.
Aclarar la verdad y salvar a los seres conscientes es una tarea que debo realizar
Después de que comenzara la persecución en julio de 1999, aclarar la verdad y salvar a los seres conscientes es una tarea que debo realizar todos los días. Al principio, distribuía materiales para aclarar la verdad. Otros practicantes y yo íbamos a diversos lugares para distribuir los materiales. Colocábamos folletos en las cestas de las bicicletas y en los parabrisas de los coches, y colgábamos bolsas con materiales en los picaportes de las puertas.
Más tarde, empezamos a aclarar la verdad cara a cara. Como yo no podía ir en bicicleta ni anotar nombres, tenía que ir con otros practicantes. Ellos me ayudaban a anotar los nombres de quienes aceptaban renunciar al Partido Comunista Chino (PCCh) y a sus organizaciones afiliadas.
En 2011, los practicantes que salían a aclarar la verdad conmigo fueron perseguidos. A raíz de esto tuve que irme de mi casa para evitar que me detuvieran. Después de un tiempo, volví a casa, pero no pude encontrar a los otros practicantes. ¿Qué podía hacer? Me puse ansiosa. Shifu nos dijo que los practicantes de Falun Dafa son la única esperanza para que la gente se salve, por lo tanto, no podía quedarme de brazos cruzados. ¿Por qué dependía tanto de los demás? Me di cuenta de que Shifu debía haber aprovechado esta oportunidad para que eliminara mi apego de depender de otras personas. Debía salir por mí misma. Entonces salí a pie. Si no había nadie que me ayudara a anotar los nombres, debía recordarlos y luego pedir a otras personas que los anotaran por mí. ¿No era sólo cuestión de dedicar más tiempo? ¿De qué debía tener miedo cuando tenía a Shifu y al Fa? Así, se reforzaron mis pensamientos rectos.
Al tiempo, me encontré con una practicante que conocía de años atrás. Comparamos nuestras experiencias, y ella me contó que iba a casa de su hijo para cuidar de su nieto y que aclaraba la verdad a la gente en el autobús y en las paradas. Inspirada por sus experiencias, empecé a aclarar la verdad a la gente en las paradas de autobús. Era más fácil conocer gente en días de lluvia y nieve.
Un día vi a una pareja que esperaba el autobús y la mujer llevaba una bolsa de medicinas. Los saludé y charlamos. La mujer me contó que tenía todo tipo de enfermedades y que tenía que tomar diferentes medicinas. Se quejaba de que era caro y sufría mucho. Le dije que teníamos una relación predestinada desde que nos conocimos y que si decía repetidamente "Falun Dafa es bueno" y "Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno", mejoraría. Falun Dafa es la ley de Buda y los seres divinos bendicen a quien crea en ellos. También le dije que, a pesar de mi edad, gozo de buena salud porque practico Falun Dafa. Ella dijo que el PCCh no permite que la gente practique. Entonces le aclaré la verdad en detalle. Le dije que más de 400 millones de personas ya habían renunciado al PCCh. Estuvieron de acuerdo en renunciar a la Liga de la Juventud. Les insté a repetir las dos frases todos los días. Me dieron las gracias, subieron al autobús y se despidieron saludándome con la mano.
A veces no respondía bien a las preguntas de la gente, entonces, para mejorar compartía con otros practicantes sobre esto o escuchaba los artículos del podcast de Minghui. Shifu me fortaleció y me dio sabiduría. Ahora siento que puedo aclarar mejor la verdad a la gente. Sé que si quiero salvar a más seres conscientes, debo estudiar más el Fa y estudiarlo bien y cultivarme mejor. Debo cultivarme para tener compasión.
Mi agenda está llena todos los días. Si quiero estudiar más el Fa o pasar más tiempo aclarando la verdad a la gente, tengo que dormir menos. A veces duermo menos de cuatro horas, pero no me siento cansada. Voy a pie a distintos sitios, ya sean pueblos, paradas de autobús o caminos peatonales. Tengo mucho ánimo y me siento con energía todos los días. Cuanta más gente habla conmigo, más fluido hablo. Antes ayudaba a 7 u 8 personas a renunciar al PCCh cada día. Ahora puedo ayudar a 20 personas, a veces incluso a 29, a renunciar al PCCh y a sus organizaciones afiliadas en un solo día.
Un día llovía mucho y no quería salir. Pensé, si Shifu arregló que hubiera gente para salvar y yo no salí, ¿no fue en vano el arreglo de Shifu?
Shifu dijo:
“Todo está pavimentado, lo que falta es lo que tú haces; pero simplemente no puedes dar ese paso”. (Los Dafa dizi tienen que estudiar el Fa, Colección de Enseñanzas del Fa, Vol. XI)
Tomé mi paraguas y caminé hasta la parada del autobús. Allí aclaré la verdad a la gente y mi paraguas les ayudó a protegerse de la lluvia. Inesperadamente, el paraguas desempeñó un papel importante. Ese día ayudé a seis personas a renunciar al PCCh. Ese día, después de llegar a casa, vi un gran carácter chino que significaba felicidad ante mis ojos cuando estaba enviando pensamientos rectos. Sabía que Shifu me estaba animando. Una corriente cálida se extendió por todo mi cuerpo. Desde entonces, salí a aclarar la verdad todos los días, lloviera o hubiera sol.
Lo más difícil para mí es recordar los nombres de las personas. No sé escribir, pero tengo que recordar sus nombres. Al principio sólo recordaba dos o tres nombres y tenía que pedir a la gente que me ayudara a escribirlos. Luego volvía a aclarar la verdad, con lo cual perdía mucho tiempo. Más tarde pude recordar unos 5 nombres, entonces encontré una manera, le di a la gente un alias; de esta manera podía recordar más nombres a la vez. Le pedí a Shifu que reforzara mi memoria. Gracias a la ayuda de Shifu, ahora puedo recordar 10 nombres a la vez.
Algunas personas me preguntan si me canso después de caminar durante horas. Cuando miro el papel lleno de nombres y recuerdo sus caras felices, ¿cómo puedo sentirme cansada? Estoy haciendo lo que me pidió Shifu. No tengo ninguna razón para no salir a contar los hechos a la gente. Sé que no aclaraba bien la verdad y a veces le preguntaba a Shifu por qué no era inteligente, ya que sólo podía decir unas pocas palabras. Pero, una vez, oí una voz que decía: "Haz lo que estás haciendo". Me sentí muy conmovida. Sabía que Shifu me estaba animando.
Un día, mientras distribuía DVD de aclaración de la verdad, me di cuenta de que el cielo estaba lleno de hadas celestiales. Me emocioné mucho y supe que Shifu me estaba animando. Sabía que tenía que cultivar con diligencia y no defraudar a Shifu. Otra noche caminé hasta la carretera fuera de la ciudad y puse un gran cartel con las palabras "El Cielo Elimina al PCCh". De camino a casa, vi el cuerpo de ley del Shifu sentado sobre una flor de loto. Oí una voz que decía: "¡Notable!" Junté mis manos para expresar mi agradecimiento a Shifu. ¡Gracias Shifu!
Disolviendo las interferencias mediante la fe en Shifu y el Fa
La policía me denunció y detuvo varias veces. Debido a la compasiva protección de Shifu, las pruebas se disolvieron. Me gustaría compartir tres experiencias.
En mayo de 2010 fui a una ciudad para distribuir materiales de aclaración de la verdad. Un policía de civil me descubrió sobre las 10 de la mañana, me detuvo y me llevó a Estación de Policía. Me preguntaron de dónde había sacado los materiales. No se lo dije. Me esposaron y enviaron a varios guardias para vigilarme. Cerraron la puerta. Pensé que no debía estar allí. Debía marcharme porque tenía que salir a salvar a la gente. Pedí a Shifu que me ayudara y me fortaleciera, y me cubrí para que nadie pudiera verme.
Al mediodía envié pensamientos rectos para que los guardias se durmieran. Y así fue. Sabía que Shifu me había ayudado. Le pedí a Shifu que abriera las esposas. Saqué lentamente una mano de las esposas y me dirigí a la puerta en silencio y rápidamente con las esposas en las manos. La recepción estaba vacía. Vi las llaves sobre el escritorio. Tomé las llaves y probé una de ellas para abrir la puerta. Se abrió. Salí por la puerta y corrí hacia un campo de trigo.
El trigo era tan alto como la mitad de mi estatura. Me tumbé y no me moví. Pronto oí gritos y maldiciones procedentes de la Estación de Policía. El ruido se acercaba cada vez más. Oí a un policía decir que si me atrapaba, me encerraría durante años. En mi interior me dije que él no tenía la última palabra, que mi destino estaba en manos de Shifu y que no podían encontrarme. Al cabo de 40 minutos ya no los oía. Permanecí en el campo casi 4 horas. Tenía calor, sed y miedo de moverme. Quería marcharme. Entonces recité,
“Un gran ser iluminado no teme a las penalidades
Su voluntad está formada de diamante
Sin apego a la vida ni a la muerte
Camina abierta y majestuosamente su sendero en la rectificación del Fa”
(Pensamientos rectos y acciones rectas, Hong Yin (II))
Recité este poema muchas veces hasta las cinco de la tarde, entonces envié pensamientos rectos para que los policías no pudieran verme. Me quité la chaqueta y me la puse sobre la cabeza. Salí del campo y tomé un taxi hasta la casa de un practicante.
Después, me fui de casa durante tres meses. Me quedé con una practicante cuya casa era un lugar de estudio del grupo Fa. Hice las tres cosas con ellos.
Un día de 2011 fui a un pueblo a distribuir materiales de aclaración de la verdad con otros practicantes. Cuando estábamos listos para volver a casa, nos denunciaron a la policía, pero no lo sabíamos. Volví al coche y esperé a los demás practicantes. Llegaron, pero no subieron al coche. Los policías me interrogaron y me llevaron a la Estación de Policía.
Me quedé en la Estación de Policía media hora, pero nadie vino a preguntarme nada. Les dije que iba al baño. Salí de la habitación y le dije a Shifu en mi mente: "Shifu, siento no haberlo hecho bien y haberte causado problemas. No debería estar aquí. Debo volver a casa. Tengo que salvar a los seres conscientes. Shifu, por favor, fortaléceme y no dejes que me vean". Caminé directamente hacia la puerta. No estaba cerrada. Las lágrimas rodaron por mi cara. Shifu volvió a ayudarme. Salí lentamente de la verja y tomé un taxi para volver a casa.
Una vez en el pueblo, fui con otros cuatro practicantes a distribuir materiales de aclaración de la verdad. De camino, nos denunciaron a la policía. La policía nos detuvo a la vuelta. Un policía me abofeteó y me dijo: "Casi pierdo mi trabajo porque te escapaste la última vez. A ver adónde huirás esta vez". Pensé que esta vez no tendría tanta suerte. Las viejas fuerzas se aprovecharon de mi noción humana. Me detuvieron durante cuatro meses. Me exigieron que traicionara a Dafa y vendiera a los practicantes. Me negué a decirles nada.
No perdí el tiempo en el centro de detención. Pensé todo el tiempo en salvar a los seres conscientes. Pedí a Shifu que me diera sabiduría. Aclaraba la verdad a todo aquel con quien me cruzaba. Me comporté según los principios de Dafa. Hice la mayoría de las tareas de la celda y cuidé de las reclusas. Las iluminé con los principios de Dafa. Me preguntaron por qué estaba allí. Les dije que practicaba Falun Dafa. Luego les aclaré la verdad. Les dije que dijeran: "Falun Dafa es bueno" y "Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno" y serían bendecidas por seres divinos. Todas me creyeron y sabían que quería lo mejor para ellas. Me liberaron tres meses después con una lista de docenas de reclusas que aceptaron renunciar al PCCh y a sus organizaciones afiliadas.
Mi hijo se preocupó por mi seguridad y me pidió que viviera con él en otra ciudad. Aunque el ambiente fue diferente, mi corazón para cultivarme no cambió y mi responsabilidad para salvar a la gente tampoco. No podía leer los libros de Dafa, así que escuchaba las conferencias de audio de Shifu. Como no podía hablar el dialecto local, distribuía materiales de aclaración de la verdad.
No pude encontrar practicantes locales y no pude conseguir más materiales. Volví a mi casa para conseguir los materiales. Iba por la noche y esperaba a que los practicantes me hicieran los materiales y volvía esa misma noche. Volvía cada 20 días. Viajaba cientos de kilómetros y me costaba cientos de yuanes cada vez. Vivía de rentas. Me quedé con mi hijo más de seis meses antes de volver a casa.
Shifu siempre me protege
Tuve varios accidentes de auto cuando salía a hablar con la gente. Nunca resulté herida gracias a la protección de Shifu.
Un incidente ocurrió el año pasado. Una pareja me golpeó con su auto. Salieron del vehículo y me ayudaron a levantarme. No paraban de disculparse y de preguntarme si estaba bien. Querían llevarme al hospital. Mi único pensamiento fue que era una oportunidad para aclararles la verdad. Les dije: "Estoy bien porque practico Falun Dafa y me protege nuestro Shifu. Nuestro Shifu nos dijo que pensáramos primero en los demás. No te culpo. No me golpeaste a propósito". Estaban muy contentos. Entonces les aclaré la verdad y también les expliqué que millones de chinos ya habían renunciado al PCCh. Estuvieron de acuerdo y renunciaron al PCCh y a sus organizaciones afiliadas con sus nombres reales.
Comentarios finales
Soy una simple ama de casa y soy tímida por naturaleza. Para salvar a los seres conscientes, aprendí poco a poco de los compañeros practicantes. Siempre recuerdo lo que dijo Shifu:
"Si preguntas qué quiero, sólo quiero ver ese corazón tuyo –el corazón para cultivarse y el corazón que anhela la bondad". (Enseñando el Fa en la Ceremonia de Fundación de la Asociación de Falun Dafa en Singapur, Colección de Enseñanzas del Fa, Vol. I)
Escucho y hago lo que Shifu nos pide que hagamos. Sólo hago lo que debo hacer. Shifu lo ve y me ha animado mucho y me ha protegido. Soy la persona más feliz del mundo. Estudiaré más el Fa, me cultivaré más diligentemente y salvaré a más personas para corresponder a la gracia salvadora de Shifu.
Yo narré esto, y otro practicante escribió este artículo por mí. Por favor, ten la amabilidad de señalar cualquier cosa que no esté en línea con el Fa.