(Minghui.org) En octubre de 2022, algunas zonas de mi ciudad fueron bloqueadas. Debido a que el hermano de mi marido nos visitó desde Xinjiang, las autoridades de nuestra comunidad residencial nos notificaron que toda nuestra familia debía permanecer en casa durante 15 días. Instalaron una cámara de seguridad en nuestra puerta, para tratar de disuadirnos de que saliéramos de casa. Me di cuenta de que las viejas fuerzas estaban intentando detener mi actividad diaria de aclarar la verdad sobre Falun Dafa a la gente.
Planeaba aprovechar la oportunidad de sacar la basura para recorrer las calles, pero mi familia me obligó a quedarme en casa cuando se dieron cuenta de los volantes aclaratorios de la verdad que llevaba conmigo. Me decidí a no seguir la disposición de las viejas fuerzas. Supliqué a Shifu que me diera fuerza y valor y tuve la firme idea de que la cámara no sería capaz de captar mi imagen.
Llovió durante todo el día. Salí de casa hacia las tres de la madrugada del día siguiente. La lluvia cesó cuando llegué a casa de una compañera practicante de mi barrio. Estudiamos el Fa, hicimos los ejercicios y salimos como de costumbre para aclarar la verdad. Negué los arreglos de la vieja fuerza con acciones concretas, y no me enfrenté a ningún problema por parte de las autoridades.
Toda nuestra región entró en bloqueo en diciembre de 2022. El barrio donde vivimos mi compañera practicante y yo estaba bajo el control más estricto debido al número de casos de COVID en nuestra comunidad. Estábamos ansiosos por aclarar la verdad.
Shifu nos ha enseñado:
“Sin importar en cual estrato de la sociedad viven, esto no será afectado, si bien la sociedad está en un tumulto, tampoco puede cambiar la misión de los Dafa dizi. Cultívense bien ustedes mismos, salven a la gente del mundo” (Al Fahui de Taiwán 2021).
Me di cuenta de que las viejas fuerzas habían utilizado la pandemia para impedir que la gente escuchara la verdad, pero nosotros teníamos un deseo genuino de aclarar la verdad y ofrecer la salvación a la gente. Un día, oí accidentalmente que una pequeña puerta en la parte trasera de nuestro barrio estaba abierta. Mi compañera practicante lo comprobó por la noche y lo confirmó. Tomamos una gran bolsa de calendarios con información sobre Falun Gong y salimos por la noche. Pedimos a Shifu que nos pusiera gente en nuestro camino. Sorprendentemente, encontramos a mucha gente cada noche. Les dimos a cada uno un calendario y ayudamos a por lo menos una decena de personas a renunciar a las organizaciones comunistas diariamente.
No hay palabras para describir lo que sentí aquellos días. A pesar de mis diversos apegos, tenía el claro objetivo de recorrer el camino que Shifu había dispuesto para mí pasara lo que pasara. Estaba decidida a hacer bien las tres cosas y a no detenerme nunca en mi camino de salvar a más gente.
Una noche volvimos tarde y encontramos la pequeña puerta cerrada. No había forma de volver a casa. Mientras deambulábamos sin rumbo por las afueras de nuestro barrio, nos alegró encontrar un agujero en la valla, y apenas había espacio suficiente para que pasara nuestro triciclo eléctrico. Agradecimos la ayuda de Shifu. Seguimos utilizando la valla rota para entrar y salir desde entonces y no dejamos de hacerlo ni un solo día. Nuestra aclaración de la verdad funcionó bien.
He aprendido de mi experiencia de cultivación que la única manera de mantener el ritmo de la rectificación del Fa es ver a través de cualquier trampa tendida por las viejas fuerzas a pesar de las diversas instancias ilógicas que han creado en nuestra sociedad y familias, y mantener siempre nuestra misión en mente.