(Minghui.org) La prisión de la provincia de Shandong, situada en la capital Jinan, se ha utilizado para encarcelar y torturar a practicantes masculinos de Falun Gong desde que el régimen comunista chino comenzó su brutal persecición en 1999 a Falun Gong, una ancestral práctica de cultivación de cuerpo y mente. El pabellón 11 de la prisión se creó especialmente como centro de lavado de cerebro para obligar a los practicantes de Falun Gong a renunciar a su fe. Está bajo la supervisión directa de la Oficina 610 de la provincia de Shandong.
El pabellón 11 tiene su propio edificio de cinco plantas con patio. En la primera planta hay salas de aislamiento. Las ventanas están cubiertas con persianas selladas, por lo que no entra la luz del sol.
Para obligar a los practicantes a renunciar a su fe, los guardias de la prisión propinaban a los reclusos torturas físicas y mentales, como puñetazos, patadas, bofetadas, descargas eléctricas, inmovilización en sillas metálicas, ataduras con cuerdas, ahorcamientos, privación del sueño y largas permanencias de pie.
Los guardias de la prisión y los reclusos afirmaban abiertamente que si los practicantes se negaban a renunciar a sus creencias y eran golpeados hasta la muerte, su muerte no sería un gran problema.
Practicantes recién admitidos torturados con métodos atroces
Cuando los practicantes llegaban a la prisión, primero eran conducidos al sótano o a una pequeña sala sin cámaras de vigilancia donde se les ordenaba escribir declaraciones para renunciar a Falun Gong. Cualquiera que se negara a obedecer era sometido a las torturas que se detallan a continuación.
Esta tortura fue bautizada como "puntear la pipa". La Pipa es un instrumento musical de cuatro cuerdas punteadas. Con esta tortura, se ataba a la víctima a una silla y dos reclusos utilizaban un palo del tamaño de un dedo para frotarle violentamente las costillas una a una. Tras una o dos horas de tortura, la piel de la víctima se amorataba e hinchaba, y empeoraba al día siguiente, lo que le causaba más dolor. La zona frotada se desprendía al cabo de unos días.
"Puntear la pipa”.
Los reclusos usaron un palillo para clavarlo en la clavícula de la víctima.
Picadura de clavícula.
Aplicación de descargas eléctricas con picana eléctrica
La víctima fue atada a una silla de madera y, a continuación, dos guardias de la prisión le propinaron descargas con picanas eléctricas de la cabeza a los pies, especialmente en la raíz de la oreja, el lugar más sensible. Al cabo de un rato, los guardias se marcharon y entre dos y cuatro reclusos siguieron aplicando descargas eléctricas frenéticamente a la víctima, al tiempo que abusaban verbalmente de él.
Aplicación de descargas eléctricas con picana eléctrica.
Torcer los dedos con palos
Los reclusos colocaron el palo entre los dedos de la víctima. A continuación, un recluso agarraba los dedos para impedir que se movieran y otro giraba el palo con fuerza. La tortura lastimaba seriamente los dedos y dejaba a la víctima muy dolorida. Los dedos se le hinchaban inmediatamente y la hinchazón duraba al menos tres meses. Los dedos tardaban hasta seis meses en curarse, ya que el hueso quedaba dañado.
Torcer los dedos con palos.
Mantener sentada a la víctima por largo tiempo en un pequeño taburete
Bajo la dirección de los guardias de la prisión, los reclusos obligaron a la víctima a sentarse en un pequeño taburete de plástico en una posición fija, con las manos sobre las rodillas, la espalda recta y los talones juntos. Al principio, el tiempo de estar sentado era de unas ocho horas al día. Pero más tarde se prolongó hasta las 9 de la noche, 12 de la noche e incluso hasta las 3 de la madrugada del día siguiente.
A la víctima se le privaba del descanso del mediodía, se le obligaba a comer en su asiento y se le limitaba el agua potable para evitar que fuera al baño. La carne de sus nalgas estaba desgarrada y sangraba al cabo de unos días. El dolor era insoportable.
Mientras tanto, la víctima era obligada a ver vídeos que difamaban a Falun Gong, o los reclusos se turnaban para bombardearle con propaganda calumniosa que difamaba a Falun Gong. La víctima sufrió enormemente tanto física como mentalmente.
Casos anteriores de tortura en la prisión
Más de diez practicantes han sido perseguidos hasta la muerte en esa prisión desde 2002, y muchos más han quedado discapacitados a causa de las torturas.
Lu Zhen, golpeado hasta la muerte
Nacido el 25 de julio de 1976, Lu Zhen, residente en el condado de Mengyin, Shandong, fue condenado a 11 años de prisión en diciembre de 2004 por su fe en Falun Gong.
A principios de junio de 2009, el entonces director de la prisión, Zhang Leiguang, el instructor Li Wei y el funcionario de prisiones Chen Yan dieron instrucciones a los reclusos para que persiguieran al Sr. Lu. Los reclusos Xie Xiaogang, Li Dapeng, Cai Hejie y otros, le metieron en la sala de control estricto y lo torturaron con diversos medios durante más de diez días. Fue torturado hasta la muerte el 20 de junio de 2009, a la edad de 33 años.
Se informa de más casos de muerte en la prisión, en el artículo: En la prisión de la provincia de Shandong, los reclusos amenazan a los practicantes de Falun Gong con "una vida peor que la muerte”.
El calígrafo Liu Xitong gravemente torturado
El Sr. Liu Xitong, de 62 años, renombrado calígrafo de la ciudad de Qingdao, Shandong, fue condenado a cuatro años en mayo de 2008 tras su detención en noviembre de 2007. Fue sometido a terribles torturas en el Pabellón 11 de la Prisión de la Provincia de Shandong durante más de ocho meses, de septiembre de 2008 a mayo de 2009.
El Sr. Liu estuvo atado durante casi 80 días y a menudo privado de sueño durante más de 10 días seguidos. Lo golpearon tan salvajemente que se desmayó más de 50 veces.
Le ataron, lo empujaron al suelo y lo pisotearon. Los reclusos le habían golpeado la cara como si estuvieran practicando boxeo y la tenía tan hinchada que apenas podía abrir los ojos. En una ocasión, los reclusos le quitaron la ropa, le echaron agua salada en las heridas y luego se las frotaron. Le desnudaron en invierno y le rociaron con agua fría.
Los reclusos torturaron al Sr. Liu con una amplia variedad de métodos, como pincharle las axilas con el mango de un cepillo de zapatos; golpearle la cabeza y la cara con la suela del zapato; golpearle los huesos y las articulaciones de todo el cuerpo con un palo de madera; colgarlo de una cama; herirle los ojos con luz fuerte y brillante; pincharle los dedos de las manos y de los pies con agujas; quemarle con colillas de cigarrillos o mecheros, y frotarle sus partes íntimas con agua con pimienta.
Le humillaron públicamente poniéndole un gorro de papel blanco, colgándole del cuello carteles difamatorios y pegándole papelitos en la cara, lo que recordaba las tácticas utilizadas contra los "enemigos" durante la Revolución Cultural. Le obligaron a inclinarse, con las manos colgando delante del cuerpo. Enrollaron papel higiénico para metérselo en las fosas nasales, empujándolo hasta el estómago.
Pueden leerse más detalles de su calvario en este artículo en inglés, Calígrafo consumado presenta una querella criminal contra Jiang Zemin por tortura.