(Minghui.org) Una residente de la ciudad de Qitaihe, provincia de Heilongjiang, fue torturada en la Prisión de Mujeres de la provincia de Heilongjiang mientras cumplía una condena de tres años por practicar Falun Gong, disciplina espiritual perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.
Zhao Chunyang, de 65 años, era ingeniera de diseño en el Equipo de Exploración 204 de la ciudad de Qitaihe. Empezó a practicar Falun Gong en 1999 y se recuperó de muchas de sus enfermedades, incluida la osteonecrosis de la cabeza del fémur. Era conocida por ser una buena colega y una buena hija, esposa y madre.
La Sra. Zhao viajaba en autobús el 7 de mayo de 2016, cuando cinco policías subieron al vehículo y la sacaron a rastras. La llevaron a la Comisaría de Taonan y la interrogaron. La amenazaron con golpearla si se negaba a responder a sus preguntas. También registraron su casa y confiscaron objetos por valor de 60.000 yuanes (9.060 dólares aprox.).
La policía continuó interrogando a Zhao tras llevarla a un centro de detención local. La policía también colaboró con los guardias del centro de detención, tratando de engañarla para que firmara los documentos. Los artículos de primera necesidad que le enviaba su familia se los daban a otros detenidos, a quienes los guardias también instigaban a insultar y humillar a la Sra. Zhao.
El 28 de noviembre de 2016, Zhao fue condenada a tres años de reclusión en la Prisión de Mujeres de la provincia de Heilongjiang. Apeló, pero el Tribunal Superior decidió mantener su veredicto original en abril de 2017.
Recreación de la tortura: Sentada en un pequeño taburete.
Los guardias de la Prisión ordenaron a la Sra. Zhao que viera vídeos de lavado de cerebro y la obligaron a sentarse en un pequeño taburete todos los días de 7 a 22 h. Como el taburete ya era muy pequeño, los guardias le ordenaron además que se sentara en la mitad o un tercio de la superficie, que además era irregular. Las reclusas que la vigilaban la humillaban y la maltrataban verbalmente a voluntad.
En una ocasión, cuando la Sra. Zhao se negó a firmar una declaración en la que renunciaba a Falun Gong, los guardias de la prisión incitaron a cuatro reclusas fornidas a sentarse sobre ella y sujetarle la cabeza, las manos y las piernas. A continuación, presionaron por la fuerza la huella de su pulgar en la declaración.
A Zhao la vigilaban cuando comía, dormía o iba al baño. No se le permitía comunicarse con otras practicantes y no podía cerrar los ojos cuando estaba sentada en la cama, o las reclusas la acusarían de hacer la meditación de Falun Gong.
La Prisión de Mujeres de la provincia de Heilongjiang tiene fama de perseguir a las practicantes de Falun Gong. Según las estadísticas disponibles, al menos 31 practicantes murieron tras ser torturadas allí, y al menos el 90 por ciento de las practicantes que estuvieron detenidas allí resultaron heridas tras ser torturadas.
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