(Minghui.org) La Dra. Ewa Ernst-Dziedzic, miembro del Parlamento del Partido Verde de Austria, junto con la Fundación de Bienestar Público (COMÚN) organizaron una ceremonia de apertura el 1° de marzo de 2023 para una exposición fotográfica en el edificio del Parlamento austriaco que abordó el tema del "Trabajo Forzado Global". Durante la ceremonia, que consistió en una mesa redonda en la que participaron oradores invitados, miembros del Parlamento austriaco y organizaciones no gubernamentales plantearon una serie de cuestiones relacionadas con el trabajo forzado.
La Sra. Zhao Lijun, practicante de Falun Dafa, fue invitada como testigo para dar su testimonio de primera mano sobre la persecución y los trabajos forzados en China.
La Sra. Zhao, de Shanghai (China), huyó a Austria hace unos tres años. En una ocasión estuvo detenida ilegalmente en el Campo de Trabajos Forzados para Mujeres de Shanghai. Relató personalmente su encarcelamiento en "campos de reeducación". La Sra. Zhao fue condenada entonces a tres años en la Prisión de Mujeres de Shanghai. El Partido Comunista Chino (PCCh) utiliza brutales métodos de tortura y duras condiciones de vida para obligar a los practicantes de Falun Dafa a renunciar a sus creencias.
La historia de Zhao conmovió a muchos asistentes. Charlaron con ella cuando terminó la actividad. Otros practicantes de Falun Dafa que estuvieron presentes durante la actividad contaron a los asistentes más cosas sobre las atrocidades cometidas por el PCCh.
Un reportero de un conocido periódico dijo: "Lo más destacado del evento de hoy ha sido el discurso de la Sra. Zhao. Ha sido realmente conmovedor". Dijo que tiene previsto publicar las entrevistas que realizó a los practicantes.
La Dra. Ewa Ernst-Dziedzic, parlamentaria del Partido Verde austriaco (tercera por la izquierda) y la Sra. Zhao Lijun, practicante de Falun Dafa (segunda por la derecha), en el debate.
A continuación, un extracto del informe de la Sra. Zhao:
"Me levantaba a las 5 de la mañana todos los días en el Campo de Trabajos Forzados para Mujeres de Shanghai. Realizaba trabajos penosos de 7.00 a 22.00. A veces, tenía que trabajar hasta las 12.00. La mayor parte de lo que hacía eran trabajos manuales. Mis ojos y mis manos se lesionaron gravemente debido al laborioso trabajo.
"Algunas de mis labores eran: atornillar bombillas, enhebrar cuentas, montar bolsas de papel, sobres, tarjetas de felicitación y adornos navideños, hacer llaveros, montar diodos y bombillas de colores. Se me formaban ampollas en las manos y me sangraban. El trabajo más duro que tuve que hacer fue ensartar 18 bombillas en cada cable. Teníamos que ensartar 4.800 bombillas cada día. Si no cumplíamos el requisito, nos golpeaban y torturaban.
"La persecución a los practicantes de Falun Dafa siempre se hizo en secreto en los campos de trabajo. Los policías guardaban todas las herramientas y materias primas cuando llegaban visitas. Hacían que los reclusos se sentaran ordenadamente en sus celdas y nos hacían ver programas culturales en la televisión. A los practicantes de Falun Dafa que eran torturados haciéndoles permanecer de pie les decían que se sentaran. De este modo, nadie sospechaba nada ni hacía preguntas. Ocultaron deliberadamente la persecución a los practicantes de Falun Dafa en los campos de trabajo para poder engañar al mundo exterior.
"Nuestra comida también era terrible. Rara vez nos servían arroz y las verduras que comíamos eran insípidas. El dinero que nos enviaban nuestros familiares era confiscado, por lo que no podíamos comprar alimentos ni otros artículos de primera necesidad. Nuestro día consistía principalmente en trabajos o en asistir a clases de lavado de cerebro. Además, teníamos que pedir permiso para ir al baño o ducharnos. A menudo oía ruidos de picanas eléctricas y gritos desgarradores procedentes de la sala de tortura. Esos gritos procedían de practicantes de Falun Dafa que estaban siendo estrictamente vigilados. En esa sala sólo existía el mal y el miedo.
"Luego fui condenada a tres años y encarcelada en la Prisión de Mujeres de Shanghái de 2013 a 2016. Me torturaron y me obligaron a someterme a lavados de cerebro todos los días. Las condiciones de vida y sanitarias eran extremadamente malas. El agua que salía del grifo tenía gusanos. No podía lavarme los dientes. Durante mi estancia en la cárcel se me cayeron cuatro dientes.
"Cuando llegué a Austria vi muchos adornos y regalos de Navidad. Esos adornos eran exactamente iguales a los que hice una vez mientras estuve en el campo de trabajo. Me recordaron las terribles experiencias y sufrimientos que experimenté.
"Los practicantes de Falun Dafa han sido perseguidos en China durante más de 20 años. He experimentado personalmente esta brutal persecución. No creo que esta persecución sea ampliamente reconocida y abordada en la comunidad internacional. El PCCh también persigue a los uigures y reprime a la población de Hong Kong. Espero que más gente se levante valientemente y detenga la persecución del PCCh. Gracias".
Antecedentes: ¿Qué es Falun Dafa y por qué lo persigue el PCCh?
Falun Dafa (también conocido como Falun Gong) fue presentado al público por primera vez por el Sr. Li Hongzhi en Changchun, China, en 1992. Actualmente, esta disciplina espiritual se practica en más de 100 países y regiones alrededor de todo el mundo. Millones de personas que han adoptado las enseñanzas, basadas en los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, y han aprendido los cinco ejercicios, han experimentado una mejora de su salud y bienestar.
Jiang Zemin, el difunto exlíder del Partido Comunista Chino (PCCh), percibió la creciente popularidad de la disciplina espiritual como una amenaza para la ideología atea del PCCh y, el 20 de julio de 1999, emitió una orden para erradicar la práctica.
Bajo la dirección personal de Jiang, el PCCh estableció la Oficina 610, una organización de seguridad extralegal con poder para anular los sistemas policial y judicial y cuya única función es llevar a cabo la persecución a Falun Dafa.
Minghui.org ha confirmado la muerte de miles de practicantes como consecuencia de la persecución durante los últimos 24 años. Se cree que la cifra real es mucho mayor. Innumerables practicantes han sido encarcelados y torturados por su fe.
Existen pruebas concretas de que el PCCh avala la sustracción de órganos a los practicantes detenidos, que son asesinados para abastecer a la industria china de trasplantes de órganos.