(Minghui.org) He notado un fenómeno: aunque algunos compañeros practicantes, incluyéndome a mí, nos hemos cultivado durante muchos años, no llegamos ni siquiera a ser tan bondadosos como la gente que no practica. Y a menudo también nos mostramos sumamente egoístas.
¿A qué se debe este fenómeno? Creo que las personas tienen diferentes bases de cultivación y de educación, y los criterios y nociones que han formado desde su infancia también son diferentes. Una vez que se forma un criterio egocéntrico, es difícil cambiarlo. La sustancia egoísta que se ha formado puede mostrarse como la punta de un iceberg, por lo que va a requerir mucho trabajo descartarla completamente.
Cada vez soy más consciente de la gravedad del egoísmo y de la falta de bondad, que se desvían en grado sumo de las características del universo.
Es imposible entrar en el futuro sin desprenderse de estas cosas, porque el nuevo universo exige que uno sea altruista. El viejo universo –en el que uno mismo se centraba en sí mismo– está condenado a la eliminación. Si uno no trabaja duro para eliminar el egoísmo y cultivar la compasión, no importa lo bien que lo haga en otros aspectos de su cultivación, todavía tiene brechas bastante serias.
Algunos de mis compañeros practicantes que se cultivaron diligentemente, comenzaron a sufrir graves tribulaciones, que revelaron las brechas de su egoísmo y de la falta de bondad que mostraban a veces al manejar las cosas. Debemos tomar esto como una advertencia de que necesitamos eliminar todos y cada uno de nuestros apegos, para tener éxito en nuestra cultivación.
Abandonar la crueldad
La practicante Fang se mostraba introvertida y callada, debido a su baja autoestima. Hace varios años, durante una reunión, la practicante An y yo la ignoramos. La tratamos como si fuera invisible. Sin embargo, Hui se le acercó con calidez y ternura, y mantuvieron una conversación encantadora. Fang se sintió aceptada y reconocida, y se mostró agradecida con Hui.
Ahora me doy cuenta de que le hice daño a Fang, ya que la gente puede ser sensible a la actitud de los demás. No se merecía que la ignoráramos. Me sentí culpable por no compadecerla. Lo sentí profundamente. Desde entonces, empecé a prestar más atención a mi comportamiento.
Lo que descubrí el año pasado me inspiró aún más. Yo tenía algunos puntos de vista diferentes que otra practicante, sobre ciertas cosas. Era tan arrogante que no dejaba de tratar de convencerla. Gracias al estudio del Fa, me di cuenta de que era yo quien tenía nociones humanas obstinadas y que debía respetar las opiniones de los demás. Le pedí sinceras disculpas.
Por aquel entonces, tenía un bulto en el cuerpo que no dejaba de crecer desde hacía meses. Y estaba duro. Cuando me disculpé, el bulto se redujo y desapareció en pocos días. Me quedé asombrada y me di cuenta de la importancia de ser bondadosa con los demás.
Mi actitud despectiva era una falta de respeto. No podía imaginar que algo que yo consideraba tan trivial fuera en realidad tan importante. El bulto tenía algo que ver con mi falta de amabilidad, y durante meses no había sido consciente, en absoluto, del motivo.
Estamos en la ilusión del mundo humano, para ser más específicos, en el período del último estrago del cosmos. El mundo se ha corrompido bastante, y yo he ido a la deriva con la marea. Lo que yo pueda creer que no es una gran cosa puede serlo a los ojos de la Divinidad. Hay una gran distancia entre lo que percibimos como bueno y lo que exige la Divinidad.
En el pasado, no soportaba el ruido de los hijos de los demás practicantes y pensaba que debían quedarse en casa cuidando de sus hijos, en lugar de llevarlos a los eventos de los practicantes. ¡Qué idea tan egoísta y cruel tenía!
No es que la intolerancia que mostraba al ruido de los niños en sí trajera consecuencias graves, sino que reflejaba lo mal que me iba en mi cultivación.
Durante los estudios del Fa en grupo, algunos compañeros practicantes mayores tomaban la palabra y hablaban durante mucho tiempo. Algunos les interrumpían brusca y groseramente, mientras que otros escuchaban pacientemente. Esto también mostraba la diferencia en los niveles de xinxing de los practicantes.
Cultivar el habla
Me di cuenta de que antes no cultivaba el habla. "Lengua venenosa" en chino es un homófono de "serpiente venenosa" por una razón. Es venenosa: como reñir, regañar, usar palabras duras y culpar.
Ahora me he dado cuenta de que el discurso debe centrarse en la virtud, como decían los antiguos. Cuando alguien critica a los demás, cuanto mayor sea la injuria y más duras sean las palabras, mayor virtud hay que darle a la otra parte, porque más daño le causamos.
A menudo escucho los comentarios de los demás: "Él es demasiado vago", "Ella sólo habla por hablar, pero no puede hacerlo" o "Esa pareja se pelea mucho". Yo mismo solía ser así, pensando que me limitaba a decir la verdad.
El Maestro nos dijo:
"Cuando están comentando quién está bien o quién no lo está, los dioses no los miran" (Exponiendo el Fa en la conferencia de estudiantes de la región Asia-Pacífico, Colección de Enseñanzas del Fa, Vol. VI).
Me avergüenzo de que después de que el Maestro enseñó este Fa durante muchos años, yo seguía comentando quién era bueno y quién no. En el pasado, no sólo hice comentarios negativos sobre algunos compañeros practicantes, sino también elogié a algunos que yo pensaba que eran buenos. De hecho, esto también era un corazón humano. Cuando elogiaba a alguien delante de los demás, en realidad estaba dando a entender que los oyentes no lo hacían tan bien como el elogiado. Era astuto porque no señalaba directamente sus problemas.
Dejar ir los pensamientos desagradables
Gracias al estudio del Fa, entiendo que la Divinidad ve el panorama general de los pensamientos de las personas, y puede ver lo que hay en nuestra mente incluso antes de que lo digamos en voz alta. Así que cuando miramos hacia adentro, necesitamos hacerlo cuidadosa y minuciosamente para que no pasemos por alto ningún apego oculto.
En el pasado, no prestaba atención a buscar dentro de mis pensamientos cotidianos. Esos apegos pasados por alto a menudo hacían que los conflictos con otros compañeros se prolongaran.
Los apegos se manifiestan en muchos aspectos, no sólo durante los conflictos. Un pensamiento a menudo provoca muchos apegos. Tengo que estar alerta a los apegos que se manifiestan en mi interacción con los demás y enviar pensamientos rectos para eliminarlos siempre que los perciba.
Por ejemplo, en el pasado tenía mucha envidia. Cuando veía que otros ganaban fama o dinero, era como si yo los hubiera perdido. No tenía suficiente compasión cuando ayudaba a los demás. En lugar de sentir compasión por los demás, tenía un sentimiento de superioridad cuando otros tenían problemas.
Incluso cuando envié pensamientos rectos por un compañero que estaba luchando con tribulaciones, en lugar de preocuparme por su bienestar, me fijé en sus problemas. Cuando su situación empeoró, me sentí como si mis pensamientos estuvieran siendo validados y confirmados. Sentí que resultaba una pérdida de tiempo visitarle. Incluso cuando falleció, en lugar de sentir pena, me sentí aliviado porque ya no teníamos que hacer nada más por él.
Ahora me doy cuenta de que mi objetivo básico de ayudar a los demás era el egoísmo. El propósito era hacer buenas acciones y acumular virtudes para mí mismo. Lo mismo ocurría con la participación en los proyectos de Dafa. Estaba ávido de crédito y virtud y no estaba dispuesto a dedicar más de mi tiempo ni de mi esfuerzo, y me sentía infeliz si me resultaba un poco molesto. Mis pensamientos hablaban mucho de mi pobre xinxing.
Solía resentirme con los compañeros que tenían fuertes nociones humanas, pero en realidad, resultaba que esa otra parte tan solo devolvía mi reflejo. Eso me indicaba que, en realidad, era yo el que tenía fuertes apegos y corazones humanos, y que debía tratar de ser más comprensivo con ellos.
Inspirado por la cultura tradicional
Me di cuenta de que muchos de mis problemas reflejaban los restos de "materialismo" y "ateísmo" que me inculcaron cuando era joven.
Según Mencio, el filósofo chino (372-289 a.C.): "El sentido de la preocupación por los demás, es compasión; el sentido de la vergüenza y el desagrado, es rectitud; el sentido de la humildad y la deferencia, es corrección; el sentido de lo correcto y lo incorrecto, es sabiduría". Después de compararme con estos valores, sé que aún me queda mucho por hacer.
Mi cónyuge, que no se cultiva, señaló una vez que mi problema fundamental era el egoísmo y la falta de amabilidad. Era desagradecido e insatisfecho. Sólo quería recibir, pero no dar. Solíamos pelearnos tanto que estuvimos a punto de divorciarnos. Pero después de tomar conciencia de mis problemas y trabajar en mi xinxing, mi familia se volvió armoniosa. En realidad es una persona muy amable y considerada, aunque en el pasado no me diera cuenta de ello.
Sólo eliminando el egoísmo se puede cultivar la verdadera bondad
En el pasado, tenía la idea errónea de que el egoísmo era el problema fundamental de todo el mundo y que sólo podría ser desinteresado cuando alcanzara un nivel muy alto. Olvidé que la diferencia fundamental entre el viejo y el nuevo universo radica en si uno primero piensa en sí mismo o en los demás. Si no me cultivo para alejar el egoísmo, equivale a dar un rodeo en el camino de la cultivación.
Antes me exigía levantarme temprano, estudiar una gran cantidad del Fa, hacer los ejercicios diariamente y participar en proyectos de aclaración de la verdad. Pensaba que eso era ser diligente en la cultivación. Descuidé cultivar el xinxing y la bondad. A menudo me comparaba con otros practicantes en cuanto a las cosas que hacíamos y los resultados, pero no miraba cómo cultivaban su xinxing.
Por ejemplo, cuando oía que otros estudiaban el Fa y hacían mas los ejercicios, me sentía presionado y quería alcanzarlos; cuando oía que otros persuadían con éxito a más personas a renunciar al Partido Comunista Chino, me sentía celoso y temía quedarme atrás, como si compitiéramos.
Trataba la cultivación como si fuera algo humano y lograría mi meta trabajando duro en ello, pero descuidaba la esencia fundamental de la cultivación del xinxing. Pero la cultivación es algo más allá de lo humano, se trata de desprenderse de uno mismo y poner a los demás en primer lugar.
Cuando los cultivadores no son capaces de desprenderse del egoísmo, es difícil que aflore su bondad. Algunos de mis compañeros practicantes se preocupaban menos por proyectos que consideraban insignificantes. Sólo se implicaban en lo que consideraban valioso o importante. Algunos se impacientaban y se frustraban cuando otros necesitaban su ayuda. Algunos rara vez tenían en cuenta los sentimientos y dificultades de los demás, y sólo se preocupaban de sus propios intereses.
Deberíamos intentar ser empáticos y aprender a complacer a los demás cuando necesitan ayuda y apoyo. También debemos aprender a perdonar a los demás cuando cometen errores. También es importante animar y elogiar las mejoras y los logros de los demás.
Comprender la esencia de la bondad
Mientras yo me fijaba en los defectos de los demás, otro compañero era todo lo contrario a mí. Veía a los demás como buenos. Incluso si alguien tiene algunos problemas, sigue considerándolo una buena persona con algunos defectos menores. Ahora entiendo que evalúa a las personas con un corazón compasivo.
Yo cambié mucho después de darme cuenta de mis problemas. Cuando en el pasado me disgustaban ciertas personas, sabía que mi amabilidad no estaba a la altura. Cuanto más amable es una persona, más tolerante es. Ahora, si tengo objeciones respecto a ciertas personas, sé que ha llegado el momento de cultivar mi amabilidad y elevar mi nivel.
Tardé veinte años en darme cuenta de mi principal problema en la cultivación. Lamento no haberme dado cuenta antes. Pero gracias a la guía del Maestro y al recordatorio de mis familiares y compañeros, estoy seguro de que mejoraré mi cultivación en el futuro.
Esto es lo que entiendo a mi nivel. Por favor, tengan la amabilidad de señalar cualquier cosa inapropiada.
Nota del editor: Este artículo sólo representa la comprensión del autor en su estado actual de cultivación destinado a compartir entre los practicantes para que podamos "… comparte en el aprendizaje y comparte en la cultivación…" (Cultivación sólida, Hong Yin)