(Minghui.org) Una mujer de 77 años de Chongqing ha sufrido un acoso constante en los últimos seis meses por su fe en Falun Dafa, una disciplina milenaria espiritual perseguida por el régimen comunista chino desde julio de 1999. La policía también la amenazó con condenarla a prisión si no renunciaba a Falun Dafa.
El acoso a la Sra. Zhu Jingrong comenzó cuando fue detenida en junio de 2023. Por distribuir material informativo sobre Falun Dafa el 5 de junio de 2023, fue denunciada a la policía y detenida dos días después por seis agentes del Departamento de Policía del distrito de Beibei y dos funcionarios del Barrio de Mingju. Los policías saquearon su casa sin mostrar sus identificaciones y confiscaron sus libros de Falun Dafa, el retrato del Fundador de Falun Dafa y algunos billetes impresos con información sobre Falun Dafa (como forma de concienciar sobre la persecución dada la estricta censura en China).
Zhu fue conducida a la Estación de Policía de Caijia para ser interrogada. Intentó aclarar a la policía algunos hechos relacionados con Falun Dafa, como por ejemplo que se había convertido en una persona mejor y que había visto desaparecer su enfermedad cardíaca y estomacal y su artritis reumatoide después de empezar a practicar Falun Dafa en diciembre de 1998. Instó a la policía a no participar en la persecución y se negó a firmar las actas del interrogatorio.
Más tarde, la policía la llevó al Hospital de Medicina China de Beibei para un examen físico. Le detectaron presión arterial peligrosamente alta y la llevaron de nuevo a la estación de policía. La policía la mantuvo esposada toda la noche y no le dio comida.
Cuando la policía la llevó al centro de detención local al día siguiente, se le denegó la admisión debido a su alta presión sanguínea. Quedó en libertad bajo fianza el 8 de junio.
El 18 de julio, la policía volvió a llevar a la Sra. Zhu a la Estación de Policía de Caijia y la interrogó sobre dónde había conseguido el material de Falun Dafa y quién había impreso los mensajes en los billetes. Ella se negó a responder a las preguntas. Finalmente, la policía la obligó a firmar un reconocimiento de los objetos que le habían confiscado antes de permitirle irse a casa.
Un agente de policía llamó al marido el 24 de noviembre, preguntándole si estaba en casa. Ella se puso al teléfono y preguntó a los policías si tenían alguna pregunta para ella. El agente respondió que necesitaban que fuera a la estación de policía a firmar un documento, que luego se remitiría al Tribunal local. La Sra. Zhu expresó que tenía que quedarse en casa para cuidar de su marido enfermo y que no iría.
Al día siguiente, la policía se presentó en casa de la Sra. Zhu y siguió pidiéndole que firmara el documento (no está claro de qué documento se trataba exactamente). Cuando se negó a firmarlo, la policía le aseguró: "No importa si lo firmas o no. El Tribunal te condenaría igualmente sin tu firma. No seremos tan amables contigo la próxima vez que vengamos". Y la policía se marchó.