(Minghui.org) Fui arrestada en 2008 por distribuir materiales informativos de Falun Dafa, y luego sentenciada a siete años de prisión. Como me negué a renunciar a Dafa, me sometieron a torturas incesantes que me provocaron un estado de salud crítico y riesgo de muerte.
Al principio, los guardias hicieron la vista gorda. Pero al ver que mi estado seguía empeorando y que me estaba muriendo, finalmente me llevaron al hospital de la prisión. El médico de la prisión dijo que no podían tratarme y ordenó a los guardias que me llevaran a un hospital externo. Le pidieron a mi familia que se hiciera cargo de mis gastos médicos.
Tras examinarme y revisar el informe de la resonancia magnética, el médico del hospital externo se alarmó: "¿Por qué han traído a esta mujer aquí en vez de a urgencias si se encuentra en un estado tan crítico? Los presos también son seres humanos". El guardia preguntó: "¿Qué pasa, qué le ocurre?". "Su estado puede causar parálisis en la parte superior de su cuerpo, afectando a sus extremidades y a su respiración, y su vida estará inmediatamente en peligro. Es muy fuerte de mente y el dolor es insoportable; no mucha gente puede soportarlo", dijo el médico.
Como no querían cubrir mis gastos médicos ni que muriera bajo custodia, la prisión accedió finalmente a ponerme en libertad condicional por motivos médicos tres semanas después. Para entonces, había cumplido dos años y siete meses de prisión.
Al volver a casa reanudé los ejercicios de Falun Dafa y el estudio diario del Fa, a pesar del enorme dolor. Con la protección de Shifu, poco a poco mejoré. Fue un proceso largo y arduo, pero lo logré. No morí ni quedé paralítica, ¡sino que me recuperé completamente!
Muchas personas que me conocían y sabían de mi estado se asombraron y elogiaron mi asombrosa recuperación como un milagro. Yo digo que Dafa hizo posible lo imposible.