(Minghui.org) ¡Saludos Shifu! ¡Saludos compañeros practicantes!
He practicado Falun Dafa durante cinco años y medio. Gracias a la guía de Shifu, mi vida cambió significativamente, especialmente después de convertirme en coordinadora local del grupo vietnamita en Melbourne.
Cultivándome mientras trabajo como coordinadora
Había practicado por un año, cuando una coordinadora china se puso en contacto conmigo y me invitó a ser coordinadora. Después de que me explicara cuáles serían mis responsabilidades, acepté. Yo era proactiva y hablaba inglés y vietnamita, y sentí que podía ayudar a los practicantes vietnamitas transmitiéndoles información.
Los primeros meses traduje mensajes y no hice nada más. Más tarde se me acercaron algunos coordinadores y me pidieron ayuda para otros proyectos. Me sentí un poco abrumada cuando vi la lista. Me quejé en silencio, pensando que estaba tan ocupada con mi trabajo, que sólo tenía tiempo para traducir información al vietnamita. Sin embargo, a medida que cultivaba y leía las enseñanzas de Shifu, me di cuenta de que coordinarme con otros grupos de practicantes era el camino que Shifu había arreglado para mí, y era parte de mi cultivación.
Empecé a aceptar más proyectos y los practicantes vietnamitas cooperaron muy bien. Esto hizo que muchos proyectos se completaran sin problemas y que los practicantes me elogiaran. Pasó el tiempo y, cuando me di cuenta de que otros practicantes no conseguían buenos resultados, tuve pensamientos negativos de los demás coordinadores e incluso los menospreciaba. Sentía que yo podía hacerlo mejor que ellos.
Entonces recordé lo que dijo Shifu:
"Un encargado de los Dafa dizi es en realidad una persona que coordina, una persona de contacto, un mensajero. No lo tomen como si fuera Shifu, poniendo tanta esperanza en él, convirtiéndolo en un bastón de vuestra cultivación y pensando que él tiene que hacer todo bien. No es así, si este asistente realmente fuera como Shifu o supiese considerar un asunto desde todos los lados y no se equivocara para nada, entonces muchos practicantes en esta región ya no podrían cultivarse. Porque si él pensara muy bien en todo, no quedaría nada para que tú pienses. Si hace todo de la mejor manera, no quedaría nada bueno para ti mismo” (Exponiendo el Fa en la conferencia de estudiantes de la región Asia-Pacífico, Colección de Enseñanzas del Fa, Vol. VI).
Con frecuencia Shifu arregla para que yo escuche lo que los practicantes comparten o que lea artículos cada vez que afloran mis apegos, como recordatorio o guía para ayudarme a identificarlos. ¡Gracias, Shifu!
Cultivándome en mi familia
Mi familia estaba muy influenciada por la cultura del Partido Comunista: era una parte integral de nuestras vidas. En apariencia, yo parecía tranquila y educada, pero a menudo era gruñona en casa, especialmente con mi marido y mis hijos. Tenía tendencia a dominar a mi marido, y este comportamiento persistió incluso después de empezar a practicar Falun Dafa. Intenté persuadirle de que estudiara el Fa conmigo, creyendo que esto sería altamente benéfico. Sin embargo, él insistió en que si el Fa era realmente bueno, primero debía concentrarme en mi mejoramiento. Dijo que primero necesitaba ver un cambio positivo en mi comportamiento.
Yo era una buena coordinadora para los practicantes vietnamitas, pero no podía decir lo mismo de mi papel como coordinadora de mi familia. Pensé que si hacía un buen trabajo en casa, mi familia empezarían a practicar. No fue fácil, sobre todo porque mi marido tiene un doctorado en ciencias y cree en la evidencia basada en el razonamiento. Sin embargo, me recordé que debía cultivarme bien en el entorno familiar. Con la orientación de Shifu, debería ser capaz de hacerlo.
Empecé a hacer cambios, incluso en cosas pequeñas, como abstenerme de ser agresiva o de levantar la voz para apurar a mis hijos por la mañana, mientras se preparaban para ir al colegio. Empecé a concederles entre 5 y 10 minutos más para ponerse los zapatos. A pesar de recibir sugerencias de los compañeros practicantes, de que podríamos llegar tarde al trabajo o al colegio y si no les metíamos prisa, me di cuenta de que la impaciencia era un apego de mi egoísmo. Mientras que los adultos solemos apresurarnos para completar las tareas, a veces carecemos de la paciencia necesaria para dar a nuestros hijos el tiempo que necesitan. Cuando los practicantes le hacen preguntas a Shifu, él siempre responde con compasión y paciencia.
Mis hijos seguían cometiendo los mismos errores y necesitaban más tiempo, así que les di el tiempo que necesitaban. Les recordaba suavemente con un tono de voz paciente y compasivo. Poco a poco, desarrollaron hábitos excelentes y ya no tuve que planear mi agenda en función de ellos.
Mi hija tiene ahora 17 años. Cuando empecé a practicar hace cinco años y medio, ella escuchaba las lecciones de Shifu. Sin embargo, como yo no entendía el contenido en inglés y ella no podía leer la versión vietnamita, no pudimos continuar. A lo largo de los años, quise inspirarla para que volviera a estudiar Fa, pero se negó.
Un día, hace poco tiempo, se sentía abrumada y angustiada por las tareas escolares. Le conté ejemplos de cómo Shifu y el Fa me ayudaron a superar numerosos retos. Sé que en la mayoría de los países occidentales los niños no aceptan fácilmente que sus padres les digan lo que tienen que hacer. Así que le di ejemplos de cómo yo integro el Fa en mi vida diaria y le dije que sólo Shifu y el Fa pueden ayudarla de verdad. Aceptó retomar la lectura del Fa, y ahora leemos juntas una vez a la semana. Aunque no parezca mucho, es mejor que nada. Ha empezado a contar a sus amigos lo maravilloso que es Falun Dafa.
Después de que empecé a practicar Falun Dafa, mi marido y yo notamos una notable mejoría en nuestra relación. Durante un tiempo le insté a practicar Falun Dafa, y él lo intentó tres veces.
Al principio, lidié tratando de armonizar mi entendimiento del Fa con las exigencias de la vida familiar. Cuando mi marido intentó practicar, me encontré yendo a los extremos, y le impuse altos estándares. Incluso dictaba su conducta y me sentía frustrada si no estudiaba el Fa todos los días o no practicaba los ejercicios diario. Aunque en la superficie nuestra relación parecía amistosa, apareció una brecha.
Durante este período, me mostré severa y distante con mi marido. Mi actitud se acentuó especialmente durante los encierros de COVID. Cuando mi marido decía que quería ir a un parque o de excursión con la familia, yo sentía que estas actividades no tenían sentido y me negaba a participar. Como obstinadamente me negaba a ir, mi marido y mis hijas se iban. Nuestra relación se deterioró hasta el punto en que ambos hablamos de divorcio.
Sigo recordándome las enseñanzas de Shifu:
"...tú refinas gong pero quizás tu cónyuge no, entonces tampoco va si se divorcian a causa de esto" (Sexta Lección, Zhuan Falun).
Decidí cambiar yo, para mejorar la relación de nuestra familia. Ya no expresaba mi descontento cuando mi marido no hacía los ejercicios conmigo por las mañanas, o si leía el Fa cuando a él le convenía. Cultivé mi manera de hablar y dejé de hacer comentarios sobre su cultivación. Me volví más abierta y compasiva hacia él. Sólo le animaba a participar en actividades para hablar a la gente sobre Falun Dafa, donde él conocía a otros practicantes y escuchaba sus experiencias. Noté su mejoría cuando dejé de ser dominante.
Recientemente me ha dicho que se siente mucho mejor porque tiene la libertad de elegir su propia forma de cultivarse. Aprecia que interfiera menos y que haya dejado de intentar empujarle hacia un camino concreto. Por fin he comprendido que sólo Shifu puede guiarle y cuidarle de verdad, no yo.
Después de mejorar mi cultivación, mi madre y mis dos hermanas en Vietnam empezaron a practicar. Mi padre aún no ha obtenido el Fa, pero siempre anima a mi madre y a mis hermanas a que sean más diligentes, porque ha visto cómo ha mejorado su salud. La relación entre la familia ha mejorado mucho.
Convirtiéndome un una mejor líder de empresa
Creo que Shifu me preparó para mi papel de coordinadora, a través de varias experiencias en mi vida. De niña, fui líder de un grupo musical. En la universidad, a pesar de ser una de las seis mujeres de una clase de 50 estudiantes varones, fui la capitana de la clase. Después de mudarme a Australia, abrí mi propia empresa. En el trabajo solía tener mal genio y ser autoritaria. Después de empezar a practicar Falun Dafa, mi carácter mejoró significativamente. Esto ha sido de gran ayuda a la hora de dirigir una empresa, especialmente en el sector de la salud, donde trabajamos con clientes discapacitados. Pasé de ser una jefa irascible a saber escuchar y ser una líder empática.
Nuestra empresa ofrece servicios de terapia ocupacional, terapia del lenguaje y psicología. Nuestros médicos clínicos se iban por diversas razones. Me considero afortunada de que todos ellos me hayan informado al menos seis meses o un año antes de irse, aunque requerimos sólo cuatro semanas de antelación. A menudo mencionan que soy muy diferente de otros propietarios de empresas. Nunca me enfado cuando el personal expresa sus preocupaciones o critica a la empresa. Les explico que practico Falun Dafa y que nuestra empresa sigue los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, que manifiesto claramente en el perfil público de nuestro sitio web.
Como muchos propietarios de empresas, yo también me enfrento a numerosos retos. Shifu dijo:
“Si siempre eres misericordioso, tratas a los demás benevolentemente, consideras a los demás al hacer cualquier cosa, y cada vez que se presenta un problema piensas primero si los demás podrán aguantar o no y si dañas a otros o no, entonces no surgirá ningún problema” (Cuarta Lección, Zhuan Falun).
Entiendo que cuando el personal decide irse, es porque necesita encontrar un lugar que se adapte mejor a sus necesidades.
Hace poco, un par de médicos clínicos se fueron a trabajar a una empresa internacional, o a una empresa en la que el líder tenía más de 30 años de experiencia. Sin embargo, más tarde dijeron que deseaban volver a trabajar para nosotros, porque valoraban los principios únicos de nuestra empresa que no podían encontrar en otras compañías. Me di cuenta de que todas las funciones que desempeñé, las que Shifu arregló para mí, tenían por objetivo ayudarme a ser mejor coordinadora. Para lograrlo, necesito estudiar diligentemente el Fa y convertirme en una coordinadora compasiva para que podamos salvar a más seres conscientes.
Gracias Shifu. Gracias, compañeros practicantes.
(Presentado en la Conferencia de Intercambio de Experiencias de Cultivación de Falun Dafa de Australia 2023)