(Minghui.org) Solía ser una persona de carácter fuerte y mal temperamento, discutía y confrontaba con los demás para sacar ventaja en todo. Incluso cuando era joven, era conocida en la comunidad por meterme en peleas y hablar mal de los demás.
Cuando me casé, vivíamos con la familia de mi esposo. A mi suegra le costaba soportar mi mal humor y mal comportamiento. A menudo discutíamos, lo que ponía a mi esposo en una situación difícil.
Mi resentimiento provoca disputas familiares
Cuando me quedé embarazada, tuve fuertes náuseas matutinas y más tarde sufrí edema (hinchazón de piernas y pies) que me impedía llevar zapatos. También desarrollé numerosas dolencias, como hemorroides, fisuras anales y anemia. Mi panza creció tanto que no podía verme el ombligo al mirar hacia abajo.
Finalmente, di a luz gemelos, y mi suegra se quejó de la carga adicional. El fuerte edema que sufrí durante el embarazo y el parto de los gemelos hizo que se me hundiera más el abdomen. Tenía manchas marrones por toda la cara y parecía una anciana.
Durante el posparto, nadie de la familia de mi esposo se ocupó de mí, ni de los gemelos, así que no tuve más remedio que lavar los pañales yo misma. El trabajo físico y el estrés mental me hicieron propensa a las enfermedades y tuve un prolapso uterino. Probé remedios chinos y occidentales, pero ni los médicos ni la cirugía pudieron curarme. Casi me derrumbé físicamente. En dos ocasiones pensé en poner fin a mi vida, pero al final desistí de esa idea porque no podía abandonar a mis bebés.
Cuando mis gemelos tenían un mes, me enojé tanto por la falta de apoyo que me fui de casa de mis suegros a vivir con mis padres. Para entonces, estaba tan débil que lo único que podía hacer era quedarme en la cama todo el día adormecida. La salud de mi madre nunca fue buena y tenía artritis en el cuello. Su cuello estaba rígido y no podía bajar la cabeza.
Yo estaba muy resentida con mis suegros porque creía que no me ayudaban con mis problemas de salud.
Falun Dafa me convirtió en una persona diferente
Mi madre comenzó a practicar Falun Dafa en 1997. En poco tiempo, la artritis de su cuello desapareció, junto con sus otras dolencias. Nunca más tuvo que ir al médico.
Una noche, cuando mi esposo vio a mi madre llevando a los dos gemelos a la vez, nuestra hija delante y nuestro hijo en la espalda, se sintió profundamente conmovido. Me sugirió que empezara a practicar Falun Dafa y que él cuidaría de los niños. Así que esa noche fui al sitio de práctica con mi madre. Después de un mes de práctica, ocurrieron milagros: me curé de los mareos, las hemorroides, las fisuras anales y la anemia.
Un día, mientras meditaba, tuve dolor de estómago y náuseas, y luego me desmayé. Cuando me desperté, para mi gran sorpresa, mi útero había vuelto a su posición normal y la piel suelta de mi vientre parecía estar más tensa. Además, mi cara empezó a estar más blanca y joven que antes, e incluso mi voz se rejuveneció.
Mi resentimiento desapareció
Shifu no solo purificó mi cuerpo, sino que también elevó mi moral y mi carácter. Aprendí a tener en cuenta primero a los demás, a mirar hacia dentro ante los conflictos, a ser amable y más flexible. Después de darme cuenta de que mi comportamiento anterior con la familia de mi esposo era incorrecto, pedí perdón a mi suegra. Cada vez que la visitaba, hacía las tareas domésticas y lavaba no solo su ropa y sus zapatos, sino también los de mi cuñado y mi cuñada. El resentimiento hacia mi suegra desapareció.
A veces hablaba de cómo solía comportarme, pero en lugar de discutir con ella, lo trataba como una prueba y una oportunidad para mejorar mi carácter. Nuestros conflictos se resolvieron, y ella incluso empezó a leer Zhuan Falun, el libro principal de las enseñanzas de Falun Dafa.
El 20 de julio de 1999, el Partido Comunista Chino (PCCh) inició una brutal persecución contra los practicantes de Falun Dafa. Mis suegros temían que su hijo se viera implicado, así que intentaron presionarlo para que se divorciara y cortara su vínculo con nosotros. No me enojé ni sentí resentimiento porque comprendía que estaban asustados, ¡y que era el perverso PCCh el que era realmente malvado!
Compartí con ellos la verdad sobre Falun Dafa y les expliqué que quienes repitieran esas falsas acusaciones contra los practicantes de Falun Dafa serían castigados por el Cielo. Los practicantes de Falun Dafa solo quieren ser buenas personas y no cometieron ningún crimen. Comprendieron la verdad y cambiaron su actitud hacia Dafa.
Mi esposo se libra del peligro
Mi esposo es el que más se ha beneficiado de mi fe en Dafa. Es electricista. Un día, mientras arreglaba un cable, pensó equivocadamente que estaba apagado y empezó a trabajar en él. De repente, una gran bola de fuego salió disparada de sus manos con una fuerte explosión, pero él resultó ileso. La gente que presenció este incidente empezó a creer que el poder milagroso de Falun Dafa protegía a mi esposo y que apoyar a Dafa podía traer bendiciones.
Una noche, al regresar a casa, encontré a mi esposo acostado en la cama, empapado en sudor; su cara estaba pálida y no podía hablar. Lo insté a que pidiera inmediatamente a Shifu que lo salvara, y le dije que recitara "¡Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno!". Aunque no podía oírlo, sabía que estaba recitando en silencio estas frases en su corazón.
Después de un rato, abrió los ojos y gritó: "¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad, Benevolencia y Tolerancia son buenas! Debo convertirme en una buena persona". Las lágrimas rodaron por mis mejillas, ¡sabiendo que Shifu había salvado a mi esposo una vez más!
Mi padre se libera de la posesión de un espíritu
Desde que era joven, mi padre sufrió la posesión de varias entidades. A veces, cuando estaba controlado por estas entidades, discutía con mi madre, alternando voces masculinas y femeninas. Esto me aterrorizaba, y me aferraba a la pierna de mi madre, llorando a gritos.
Recuerdo que una vez mi padre derramó alcohol por todo el suelo y quiso prender fuego a la casa. Mi madre se lo impidió, lo que provocó una pelea física entre ellos. Con frecuencia maltrataba físicamente a mi madre.
A poco de que mi madre y yo empezáramos a practicar Falun Dafa, mi madre me llamó una noche y me dijo que volviera rápido a casa porque mi padre acababa de ahorcarse en el baño y había cerrado la puerta con llave. Le dije a mi madre que pidiera ayuda a Shifu. No estaba preocupada porque sabía que Shifu lo ayudaría.
Al día siguiente, mi madre me dijo: "Después de colgar el teléfono, le pedí a Shifu que salvara a tu padre. La cuerda se soltó sola y él se cayó. Abrí la puerta y encontré a tu padre inconsciente. Le leí las lecciones de Shifu hasta que recobró el conocimiento". Mi madre y yo pusimos las palmas de las manos juntas delante del pecho [un gesto tradicional de respeto y gratitud] para dar las gracias a Shifu: "¡Gracias, Shifu! ¡Gracias, Shifu!". Desde entonces, mi padre no ha vuelto a ser atormentado por la posesión de espíritus.
Gracias a la misericordiosa protección de Shifu mi familia y yo nos beneficiamos de buena salud, felicidad y armonía. Estamos agradecidos con Shifu por lo que nos ha dado.