(Minghui.org) En enero de 2022 experimenté síntomas del virus del PCCh (COVID-19). Tres meses después de superar esta prueba de vida o muerte, decidí escribir y compartir mi experiencia con todos.
Me desperté una mañana con fiebre y tos tan fuerte que me empezó a doler el pecho. Perdí el apetito y mi cuerpo se sentía flácido y débil. Mi boca permanecía seca, sin importar cuánta agua bebiera. Caminar distancias cortas me dejaba sin aliento, y mis pantorrillas y pies se hincharon. Las úlceras comenzaron a crecer en mi boca y perdí la fuerza para masticar incluso verduras. Eventualmente, me tragaba entero todo lo que comía.
Enfrentado a esta prueba repentina, estaba perdida. Pensé: “Estoy tan incómoda. Necesito recuperarme rápido. De lo contrario, ¿no me impedirá hacer bien las tres cosas que debe hacer una practicante de Falun Dafa?”. Mi hija sugirió: “Puedo darte un medicamento para aliviar la tos”. Inmediatamente acepté, pero dos días después supe que no estaba bien tomar medicamentos y que tenía que parar. Sentí que no podía manejar esta situación de la misma manera que una persona común. Estos pensamientos y nociones humanos fueron la raíz del problema.
En el momento en que entramos en la práctica de cultivación de Falun Dafa, Shifu limpia y elimina las enfermedades de nuestros cuerpos. Cualquier yeli de enfermedad grave que ocurra a partir de entonces proviene de las viejas fuerzas. Si miramos hacia adentro y eliminamos nuestros apegos humanos, las viejas fuerzas no tendrán brechas que aprovechar.
Se dice que debemos creer en el Maestro Li y el Fa, y negar los arreglos de las viejas fuerzas, que de todos modos son todas ilusiones. Sin embargo, los pensamientos y acciones reales pueden no reflejar nuestras palabras. En el fondo, seguía considerando mi condición como la enfermedad de una persona común.
La clave para pasar esta prueba fue elevar mi carácter. Sin eliminar los defectos de carácter, tolerar ciegamente esta tribulación de enfermedades era una forma de reconocer la persecución dispuesta por las viejas fuerzas. Cuanto más persiste la situación, más difícil es sobrepasarla.
Como no entendí esto, mis síntomas persistieron durante un mes. Le supliqué al Maestro: “Esta discípula no ha entendido. Maestro, por favor ilumíname”. Esperaba que Shifu me guiara a la solución de mi situación mientras estudiaba el Fa y me cultivaba.
Después de calmarme, leí algunos artículos de intercambio de experiencias de compañeros practicantes y reflexioné. Gradualmente, encontré algunos de mis apegos humanos. Solía pensar que, como cultivadora, nunca me infectaría con el virus COVID-19. Este pensamiento, ligado a mi apego al miedo y la ostentación, no estaba bien. Comencé a cultivarme en Dafa para curar mis enfermedades, por lo tanto, desde el principio ya había desarrollado la noción de que, “Después de cultivarme en Dafa, no habrá enfermedad ni muerte”. Solo ahora me doy cuenta de que estos eran apegos fundamentales que debían eliminarse.
La felicidad por la ganancia material, el resentimiento contra los miembros de mi familia, mi aceptación de solo comentarios positivos, el apego a la belleza, la comodidad y la codicia, tales apegos continuaron aflorando a pesar de muchos años de cultivación. Una vez expuestos, los rechacé firmemente. Estos apegos solo me agobiarían en mi camino de cultivación.
Inmediatamente me sentí más fuerte después de reconocer que mis síntomas eran ilusiones, negando por completo estos arreglos y eliminando mis apegos. Después de veinticuatro días de tormento, mi apetito volvió y pude dormir bien.
Como ya no tosía ni sufría de los síntomas del yeli de enfermedad, pensé en reanudar mi trabajo regular de clarificación de la verdad en el sitio turístico. Sin embargo, pronto me di cuenta de que reconocer la realidad de estos síntomas, incluso de esta manera, también se consideraba admitir los arreglos de las viejas fuerzas.
Mi esposo no es practicante de Falun Dafa. Tres días después de mis primeros síntomas, él también comenzó a mostrar signos similares de infección y creyó que yo le había pasado la infección. Le dije que, según nuestro Maestro:
"Los verdaderos Dafa dizi todos tienen energía, y ellos mismos son los que eliminan el ye, eliminan las bacterias; son los emisarios que salvan al final,…" ("Raciocinio").
Le dije a mi esposo que los virus no pueden sobrevivir en los cuerpos de los practicantes de Falun Dafa. Solo mostramos la falsa apariencia de estar infectados. Le dije que su enfermedad no se la había transmitido. Mi esposo aceptó mis palabras. Después de tomar la medicina y recitar “Falun Dafa es bueno. Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”, se curó por completo en diez días.
Esta tribulación me hizo apreciar aún más el tiempo limitado que me queda para la cultivación. He comenzado a prestar más atención a la eliminación de mis pensamientos negativos y apegos humanos. Estoy más preocupada por si mis acciones, mi habla y mi mente se ajustan a los principios del Fa. Soy más diligente en cuanto a concentrarme mientras estudio el Fa, y me concentro intensamente cuando envío pensamientos rectos. Aprovecho cada oportunidad para salvar seres conscientes. Hacia el final, se exigen estándares cada vez más altos de los practicantes. Debemos ser estrictos con nosotros mismos y enfrentar nuestros apegos directamente. La clave es descubrirlos a tiempo y deshacerse de ellos.
Estoy agradecida con Shifu por darme esta oportunidad de identificar y abandonar mis apegos y nociones humanas. También entiendo cuán seria y sagrada es la cultivación.