(Minghui.org)
Nombre: Zhao Qunlan
Nombre chino: 赵群兰
Género: Femenino
Edad: 58 años
Ciudad: Yueyang
Provincia: Hunan
Profesión: N/A
Fecha de la defunción: 16 de diciembre de 2022
Fecha de la última detención: Mayo de 2009
Último Lugar de detención: Prisión de Mujeres de la provincia de Hunan
La Sra. Zhao Qunlan padecía una grave afección cardiaca e hipertensión, tras haber soportado cinco años de tortura y administración involuntaria de fármacos en prisión, por su fe en Falun Gong.
Su salud continuó deteriorándose y la Sra. Zhao recibió otro golpe cuando las autoridades le suspendieron la pensión desde 2020. La persecución mental, física y económica hizo mella en su salud. Esta residente de la ciudad de Yueyang, provincia de Hunan, murió el 16 de diciembre de 2022. Tenía 58 años. Incluso el día antes de su muerte, el comité residencial seguía acosándola.
Falun Gong, también conocida como Falun Dafa, es una disciplina espiritual perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.
Varias detenciones por defender Falun Gong
La Sra. Zhao solía sufrir migrañas y dolores lumbares. También sufría constantes resfriados y otras dolencias menores. Aunque medía 1,70 m, solo pesaba 45 kilos (99 libras). Después de empezar a practicar Falun Gong en enero de 1997, recuperó su salud rápidamente.
Debido a la inmensa popularidad de Falun Gong, en julio de 1999, el régimen comunista chino ordenó la persecución a los practicantes en todo el país. Engañados por la propaganda demoniaca, todos los familiares de Zhao se opusieron a que continuara con la práctica. La golpearon y quemaron sus libros de Falun Gong. Sintió que su mundo se hundía.
Por hacer ejercicios de Falun Gong con otros practicantes, Zhao fue detenida el 2 de marzo de 2000 y recluida en la Prisión de Hubin durante más de 40 días.
En mayo de 2000, poco después de ser puesta en libertad, se dirigió a Beijing para peticionar por su derecho a practicar Falun Gong, pero fue detenida por policías vestidos de civil. La retuvieron en una jaula metálica en un Centro de Detención de Beijing. Horas después, la trasladaron de nuevo a Yueyang y permaneció recluida en el Centro de Detención de Yunxi durante un mes. Su familia se vio obligada a sufragar los gastos de su estancia bajo custodia.
Zhao fue detenida de nuevo en noviembre de 2000 por distribuir material informativo sobre Falun Gong. La policía le ató las manos y la colgó de las muñecas al aire. La empujaban, causándole un dolor insoportable en las muñecas. Sudaba profusamente y se desmayó. Cuando la bajaron, había perdido la sensibilidad en las manos. También tenía todo el cuerpo golpeado y muy hinchado, por lo que no podía valerse por sí misma.
Cuando la trasladaron al Centro de Detención N.º 1 de Yueyang, las reclusas se burlaron de ella y dijeron que estaba tan hinchada que parecía un panda. Tras otros 40 días de detención, mantuvo una huelga de hambre en señal de protesta. La policía la liberó tras extorsionar a su familia con 3.000 yuanes (unos 453 dólares).
Durante sus varias detenciones, su marido fue extorsionado con un total de 20.000 yuanes (unos 3.020 dólares). A pesar de que él pagaba los gastos de manutención de la detenida, la comida que le daban era incluso peor que bazofia de cerdo.
Tortura e inyección de drogas tóxicas durante un año y medio en el campo de trabajo
La Sra. Zhao fue detenida de nuevo en enero de 2001 en su casa. Pasó la noche en un cuarto oscuro y al día siguiente fue trasladada al Centro de Detención N.º 1 de Yueyang. Cuando hizo una huelga de hambre en señal de protesta, varios guardias le presionaron las piernas, las manos y la cabeza, antes de abrirle la boca con un destornillador metálico e introducirle en la garganta un tubo de bambú afilado. Su garganta quedó gravemente dañada y tosió durante varios meses.
Cinco días después, la policía la condenó a un año y medio de trabajo forzado en el Campo de Baimalong, sin el debido proceso.
Faltaban pocos días para el Año Nuevo Chino cuando la llevaron al campo de trabajo. Allí vio a muchos compañeros que habían sido enviados a ese lugar tras ser detenidos en sus hogares. Algunos aún llevaban pijama y pantuflas porque no se les había dado la oportunidad de cambiarse de ropa durante la detención.
Después de las vacaciones del Año Nuevo Chino comenzó una campaña de lavado de cerebro. Los guardias utilizaron todo tipo de métodos de tortura con cada practicante en un intento de obligarles a renunciar a Falun Gong.
A menudo esposaban a Zhao a la valla metálica. También la obligaron a permanecer de pie al aire libre en el gélido invierno y en el abrasador verano. Otros métodos de tortura incluían sentarse en un pequeño taburete sin moverse durante horas y alimentarla a la fuerza. Las reclusas la seguían y vigilaban las 24 horas del día, incluso cuando dormía, iba al baño o se duchaba. Tenía el cuerpo cubierto de sarna que le daba mucha comezón y supuraba.
Cuando la condena de la Sra. Zhao terminó en julio de 2002, los guardias se negaron a liberarla. A muchos practicantes también se les prorrogó la condena. Un mes después hicieron huelga de hambre en señal de protesta. Los guardias tomaron represalias inyectándoles drogas tóxicas. Después la Sra. Zhao cayó en un estado de delirio y somnolencia.
Recreación de la tortura: colgada.
Más tarde, la Sra. Zhao fue llevada al "equipo de transformación", una división designada para perseguir a los practicantes de Falun Gong. Tres reclusas se encargaron de torturarla. La colgaron de los brazos a la barandilla superior de una litera, con los pies apenas tocando el suelo. También le pusieron un banco en la espalda, por lo que no podía mantenerse erguida. También la privaron de sueño. Cada vez que cerraba los ojos, las reclusas le echaban aceite esencial de menta en la nariz o en los ojos. A veces la golpeaban y la pellizcaban. En poco tiempo, sus brazos se hincharon gravemente y las esposas le cortaron profundamente las muñecas.
Desde octubre de 2002, las guardias empezaron a obligar a las practicantes a trabajar sin cobrar. La Sra. Zhao no fue puesta en libertad hasta marzo de 2003, cuando ya habían pasado ocho meses desde el final de su condena. Debido a la administración de fármacos, sufrió graves pérdidas de memoria y no podía recordar los nombres de sus familiares y amigos. Permaneció en un estado delirante y también tuvo dificultades para hablar y visión borrosa. Los síntomas tardaron años en desaparecer.
Obligada a divorciarse
Durante la estancia de la Sra. Zhao en el campo de trabajo, su marido, que había sido despedido hacía muchos años, luchaba por encontrar un trabajo para mantener a su hijo adolescente y a su familia. Incapaz de soportar la presión, se divorció.
Mientras tanto, su hijo también pasó de ser un chico alegre a alguien retraído. Abandonó el instituto tras un año de estudios y a los 17 años se marchó de la ciudad con su padre para trabajar.
La señora Zhao se quedó en casa de sus padres tras ser puesta en libertad, pero la policía y los agentes de la Oficina 610 siguieron viniendo a acosarla, incluso registrando la habitación de sus padres en busca de libros de Falun Gong. Para evitar que su familia viviera atemorizada, se vio obligada a trasladarse en 2004.
Otra detención
La Sra. Zhao fue detenida una vez más el 12 de mayo de 2006 con otras dos practicantes, la Sra. Peng Xiaohui y la Sra. Leng Xuefei, que compartían el apartamento de alquiler. Las tres fueron interrogadas. Se les confiscaron 20.000 yuanes (unos 3.020 dólares) en efectivo, ordenadores y otros dispositivos por valor de 50.000 yuanes (unos 7.550 dólares), así como otros 1.000 yuanes en efectivo que la Sra. Zhao llevaba consigo. No se les entregó ninguna lista de confiscación.
Días después, las tres practicantes fueron llevadas al Centro de Detención N.º 1 de Yueyang. Los guardias las desnudaron y les echaron agua fría. Los reclusos también agredieron sexualmente a la Sra. Zhao, la golpearon la insultaron. Cuando su hermano la llevó a casa dos meses después, tenía el cuerpo cubierto de moretones.
Condenada a tres años
La última detención de la Sra. Zhao se produjo en mayo de 2009, cuando caminaba por la calle. Cuatro agentes la agarraron por detrás y la arrastraron hasta su coche. Tras llevarla al Centro de Detención N.º 1 de Yueyang, el agente Cai Dechun la agarró del pelo y le golpeó la cabeza contra el suelo. Se le cayó un puñado de pelo y le apareció un gran chichón en la cabeza. Mientras tanto, los guardias del centro de detención a obligaron a trabajar sin cobrar. La esposaron dos veces por la espalda cuando protestó.
El 4 de agosto d 2009, el Tribunal del Distrito de Junshan celebró una audiencia sobre el caso de Zhao. Sus dos abogados la declararon inocente. Los abogados argumentaron que ninguna ley ha criminalizado nunca a Falun Gong en China y que es valiente y heroico que los practicantes de Falun Gong se levanten contra la tiranía del régimen comunista. Posteriormente, el juez la condenó a tres años en la Prisión de Mujeres de la provincia de Hunan.
Durante más de dos años, estuvo recluida en la celda 4 del sexto pabellón de la prisión. Había seis literas en la habitación de veinte metros cuadrados, lo que apenas dejaba espacio extra. Sin embargo, a la Sra. Zhao y a otras reclusas se les ordenó permanecer en la celda todo el tiempo, incluso para comer, dormir y usar el baño. También realizaban los trabajos forzados en el mismo lugar, desde las 6 de la mañana hasta bien entrada la noche. En la habitación siempre había un olor nauseabundo procedente del baño y de las esteras de bambú que fabricaban.
Las reclusas vigilaban estrechamente a la Sra. Zhao y a otras practicantes de Falun Gong en la celda, impidiéndoles hablar entre ellas o hacer ejercicios de Falun Gong. Ni siquiera podía sentarse en la cama con los ojos cerrados o estirar la mano. Todo lo que hacía era reportado a los guardias.
Debido al encarcelamiento prolongado y al trabajo forzado, la Sra. Zhao sufrió inflamación en todo el cuerpo y disminución de la visión. Empezó a tener dolor en el pecho, palpitaciones y dificultad para respirar desde octubre de 2011. Tras una revisión médica, el médico descubrió que el suministro de sangre al corazón era insuficiente. También desarrolló hipertensión debido a la desnutrición. La prisión se negó a proporcionarle tratamiento y siguió obligándola a trabajar sin remuneración.
Tras quedar en libertad el 20 de marzo de 2012, su salud siguió empeorando, con dolores persistentes en el pecho y dificultad para respirar. Se quedaba sin aliento al subir las escaleras y era incapaz de realizar cualquier trabajo.
Le suspenden la pensión
Después de que la Sra. Zhao alcanzara la edad de jubilación de 55 años en 2019, su hermano menor le pidió prestados 80.000 yuanes (unos 12.080 dólares) para pagar su contribución a la pensión atrasada, para que él pudiera empezar a recibir un pago mensual suficiente, para salir adelante.
A partir de septiembre de 2020, la Oficina de Seguridad Social (OSS) del distrito de Junshan le suspendió la pensión sin darle ninguna explicación. Tras enterarse de la suspensión, acudió una docena de veces a la OSS en busca de justicia, pero fue inutil.
La Sra. Zhao acudió de nuevo a la OSS a finales de diciembre de 2020. Los dos directores, Han Menglian y Xiao, insistieron en que su servicio en el trabajo antes de 1996 y durante su condena de tres años de prisión entre 2009 y 2012, un total de 15 años, serían eliminados del cálculo de su pensión, a pesar de que había trabajado durante más de 30 años antes de jubilarse.
La OSS alegó que, para que volviera a cobrar su pensión, debía devolver toda la pensión que había recibido desde que se jubiló, que ascendía a 134.000 yuanes, y hacer una contribución adicional para compensar los 15 años de servicio anulados.
Su hermano y otros familiares la ayudaron a pagar los 134.000 yuanes (unos 20.234 dólares). La OSS reinició entonces el reloj de su jubilación y recalculó su paga mensual a 1.300 yuanes (196 dólares), solo la mitad de sus prestaciones originales.
Cinco funcionarios, entre ellos Cai Zhongwen, secretario del Comité Residencial local, Kuang Zimu, nuevo director de seguridad, y Yan Dingji, director de seguridad que acababa de jubilarse, así como dos funcionarios del gobierno provincial, acudieron a acosar de nuevo a la Sra. Zhao el 15 de noviembre de 2022.
Un funcionario del gobierno provincial apellidado Yu, dijo que pertenecían al equipo de lucha contra la pobreza y que habían venido a ayudarla. La Sra. Zhao les contó cómo había recuperado la salud practicando Falun Gong, pero luego empezó a sufrir problemas de salud debido a las torturas y a la administración de fármacos en prisión. Se suponía que iba a recibir más de 3.000 yuanes (unos 453 dólares) al mes después de jubilarse, pero las autoridades le retuvieron más de la mitad, lo que le causó tremendas dificultades económicas.
Antes de terminar, Yu la interrumpió y calumnió a Falun Gong. La señora Zhao intentó aclarar los hechos, pero el secretario Cai se lo impidió.
Durante las semanas siguientes, los funcionarios del comité residencial acosaron a la Sra. Zhao varias veces, incluso el 15 de diciembre, un día antes de su fallecimiento.
Informe relacionado: