(Minghui.org) El último día de 2022 y el primer día de 2023, el público chino encendió fuegos artificiales en todo el país para celebrar el Año Nuevo y expresar su enojo por las estrictas políticas de confinamiento por el COVID en los últimos tres años, a pesar de las protestas en todo el país por la prohibición de fuegos artificiales desde 2019.
Un funcionario del gobierno dijo: “No nos atrevemos a intervenir. El público ha despertado. No hay forma de que los detengamos. Hay muchos de ellos. Con el alto número de muertos por la pandemia, el público ya no cree en el gobierno ni en los llamados expertos”.
Lanzar fuegos artificiales ha sido durante mucho tiempo una importante tradición de celebración en China. Pero el régimen comunista chino prohibió los fuegos artificiales en 2019 y, desde entonces, muy pocas personas se han atrevido a lanzar fuegos artificiales durante el Año Nuevo Lunar, y algunos de los que lo hicieron fueron detenidos y multados.
Con el reciente movimiento del “libro blanco” y otras protestas por el estricto confinamiento por el COVID que amenazaba fundamentalmente los medios de subsistencia básicos de las personas, se ha llegado a un punto de inflexión en el que el público chino ya no le teme al régimen y está dando un paso al frente para protestar.
Un oficial de policía bromeó diciendo que el gobierno prohibió los fuegos artificiales porque les preocupaba que los fuegos artificiales pudieran asustar de muerte al exlíder del Partido Comunista, Jiang Zemin. Ahora está muerto y la prohibición sigue vigente. El oficial dijo que tal vez el aumento de casos de COVID se deba a la prohibición de los fuegos artificiales, ya que se cree que los fuegos artificiales tienen el poder de ahuyentar a los malos espíritus y la mala suerte.