(Minghui.org) Recuerdo que en la época en que me detuvieron ilegalmente, pese a que la policía y los prisioneros me maltrataban físicamente, no dejé de practicar los ejercicios de Falun Dafa, de leer Zhuan Falun y de hablarle a la gente sobre la persecución. Sin embargo, después de que me liberaron y mi situación se hizo más fácil, aparecieron la holgazanería y la pereza en mi cultivación.
Sobre todo buscaba la comodidad de quedarme en casa aprovechándome de las restricciones de los confinamientos del COVID-19. Pensé que estaba bien si podía estudiar más el Fa en casa. Me inventaba la excusa de que debía mirar el teléfono para informarme de cuándo terminarían los confinamientos o de lo que ocurría en otros lugares, pero acababa viendo un vídeo tras otro. Este apego a la comodidad puede hacer caer incluso a los que se cultivaron muy bien.
Sin embargo, ya se trate del cierre de una ciudad o de un pueblo, o del cierre de una carretera, ¿pueden estas cosas bloquear a un ser divino, en realidad? De hecho, ¿puede un montículo a la entrada de un pueblo o una barrera en la carretera principal detener a un ser divino? De hecho, fueron mis propios apegos humanos los que causaron el bloqueo.
El Maestro Li afirmó esto sobre las tribulaciones:
"Siempre y cuando eleves el xinxing, podrás atravesarlas; lo único preocupante es si tú mismo no quieres atravesarlas, pero si quieres, puedes lograrlo" (Cuarta Lección, Zhuan Falun).
Durante ese periodo, sabía que mi estado no era el adecuado, pero me resultaba difícil salir de él. En mis sueños recibí varias pistas de que no lo estaba haciendo bien. En un sueño, los demás alumnos ya iban por la mitad de una clase a la que yo debía asistir cuando me desperté de una cabezada y empecé a correr frenéticamente por una escalera hacia el aula. En otra ocasión, vi la sustancia de la lujuria colgando delante de mis ojos como un trozo de heces apestosas.
Cuando realmente tenía el deseo de salir a salvar a la gente, encontraba que las cosas me salían bien. Recuerdo que cuando le pedí a un practicante que saliera conmigo a pegar adhesivos y a pintar mensajes sobre Dafa, se negó, diciendo que ni había estudiado bien el Fa ni practicado los ejercicios últimamente. Debido a que uno se siente cómodo en su casa, uno puede fácilmente holgazanear. Y esa es, exactamente, la razón por la que debemos salir, para cooperar, cumplir nuestra misión, y encontrar nuestras deficiencias y motivos para cultivarnos diligentemente. Si permanecemos en un ambiente demasiado cómodo, ¿no nos volveremos menos diligentes en la cultivación?.
De hecho, cuando reuní el valor para salir a la calle, me encontré con que el ambiente era muy bueno. Había menos vehículos en la calle, lo que facilitaba la colocación de adhesivos y mensajes. La gente del pueblo no salía, así que también era un buen momento para distribuir folletos en sus buzones.
Antes de la pandemia, la gente estaba ocupada ganando dinero. Sin embargo ahora se quedaban en casa y tenían tiempo para leer nuestros folletos. Me pareció una buena idea colocar algunos carteles, así que los hice y los pegué en las vitrinas donde se muestran los anuncios públicos, a la entrada del pueblo y en el borde de la carretera. También los colgaba entre dos árboles.
De un vistazo, la gente que pasaba podía informarse de los hechos sobre Falun Dafa, ver fotos de como se ha difundido Dafa por todo el mundo, la historia de la tiranía del PCCh, o cómo renunciar a las tres organizaciones del Partido comunista. Cuando termine el bloqueo, más gente verá las cosas que he ido colocando.
Queremos ser auténticos discípulos del Maestro, regresar a casa con Él y ser capaces de cumplir con nuestras misiones. No obstante, primero, debemos cultivarnos de verdad. La verdad es el primer componente de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, y también contiene la firmeza, no solo la firmeza frente a las tribulaciones, sino también la firmeza para no dejarse llevar por la comodidad. Bajo cualquier circunstancia, debemos mantenernos firmes en nuestra cultivación.