(Minghui.org) Compañeros practicantes, es un honor estar hoy aquí con todos ustedes. Empecé a practicar Falun Dafa cuando tenía 24 años, y ahora tengo 33. Un año después de comenzar la cultivación, mi novio murió de cáncer, y me llevó tres años recomponerme. Después de eso, solo me centré en el trabajo, ya que parecía que era lo único que daba sentido a mi vida.
El año pasado empecé a preguntarme: "¿Me estoy cultivando de verdad? ¿Qué significa ser un cultivador genuino?". Me gustaría compartir con ustedes cómo un cambio de entorno me ayudó a identificar y a dejar muchos apegos, y a volver de nuevo al camino de la práctica espiritual de forma seria.
Dejando ir el apego a tener una carrera profesional
El proyecto en el que estaba trabajando antes de decidir incorporarme a los medios de comunicación pasó por varios cambios sustanciales a principios de 2021. Mi flujo de trabajo cambió drásticamente: pasé de estar abrumada y hacer varias cosas diferentes a la vez a tener muy poco que hacer. No podía entender por qué, siendo capaz de hacer muchas cosas, ahora ya solo tenía que hacer una sola tarea. Me hacía sentir que perdía el tiempo y me deprimía. Desarrollé un sentimiento de culpa y comencé a preguntarme hacia dónde me dirigía y cuál era mi propósito de estar en ese proyecto.
En Zhuan Falun el Maestro dijo:
"…considera que él es más capaz que otros y que es extraordinario. Él piensa que le han dado este gong para que sea un maestro de qigong y haga grandes fortunas cuando, en realidad, es para que él haga el xiulian" (Tercera Lección, Zhuan Falun).
Me di cuenta de que tenía un entendimiento erróneo, ya que si no lograba algo en el proyecto, no estaba cumpliendo mi papel como discípula de Dafa. Entonces comprendí que todo lo que me es dado -mi rol en el proyecto, los recursos materiales y los recursos financieros- es todo para mi cultivación y no para lograr algo y elevar mi reputación. Empecé a sentir que perseguía algo, pero no tenía claro qué.
Decidí dejar ese proyecto y entrar en los medios de comunicación. Durante el proceso de entrevistas de selección, me dijeron que no había puestos en el departamento jurídico y me ofrecieron otras dos posiciones distintas. Al principio me dije: "Tengo ciertas habilidades, pero me piden que haga algo de lo que no sé mucho, pero que es fácil de aprender". Me costó entender y aceptar por qué no me daban algo desafiante y que, en cambio, tendría que trabajar en algo diferente a mi experiencia acumulada. Mientras leía el Fa, comprendí que, como practicantes, el camino de uno no está dispuesto según sus habilidades, sino en relación a su ye.
Al soltar mi deseo de trabajar en lo que tenía relación con mis conocimientos, vi mi apego a perseguir una carrera y un estatus. Desde que era pequeña, me habían enseñado a seguir mis sueños y a convertirme en alguien importante. Como resultado, toda mi vida perseguí el estatus. Como esta noción se había convertido en parte mía, era difícil de detectar. Aunque después de empezar a practicar Falun Dafa dejé de lado mi deseo de tener una carrera como abogada y elegí trabajar en diferentes proyectos, el apego a perseguir el estatus seguía ahí.
El Maestro dijo:
"No usen sus corazones no limpios para hacer los asuntos de Dafa. La cultivación de los Dafa dizi es solemne. Sin importar cuán lúcidos creen que eran, en realidad, es que al comienzo el apego de búsqueda engañó e ilusionó sus corazones y mentes. A pesar de que lo han atravesado hasta hoy, siempre han sido objeto del ridículo de los dioses. Se han acercado a Dafa pero no pueden entrar, ¡Qué triste!" (Limpiando, Escrituras esenciales para mayor avance (III)).
¿Cómo es posible que no me haya dado cuenta de que todo este tiempo había estado haciendo las cosas con un corazón de búsqueda? Siempre pensé que, como no practicaba Dafa para obtener habilidades sobrenaturales o para curar mis enfermedades y así sucesivamente, lo que el Maestro dijo acerca de "La cuestión de perseguir" en Zhuan Falun no se aplicaba para a mí. Fallé en mirarme durante el proceso de cultivación debido a mi falsa impresión. Fui engañada por las nociones humanas de que lo que estoy haciendo es realmente algo bueno, y que lo que estoy haciendo es para salvar seres conscientes.
¿Qué he cultivado durante todo este tiempo? Lo más importante en mi mente era mi deseo de conseguir esto o lograr aquello. Tenía la falsa impresión de que lo hacía por un proyecto de Dafa, cuando en realidad veía las cosas con mis nociones humanas. Participar en un proyecto para salvar a la gente no es para que subamos en la escala de la carrera con la falsa impresión de que lo que estamos haciendo es por una buena causa. Cuando me di cuenta de esto, me entristeció mucho mi egoísmo y mi intento de obtener cosas de Dafa.
Dejar de lado el orgullo y la competitividad
Después de entrar en los medios de comunicación, comenzaron a suceder cosas inesperadas. Nunca había percibido la diferencia entre mis amigos asiáticos y yo, pero después de empezar a participar en los medios de comunicación me dijeron en diferentes ocasiones: "Tú no eres asiática". Al principio no presté atención. Después de cometer varios errores en una de las tareas que me asignaron, y de que me retiraran de ella, me volvieron a decir que no era asiática y que no entendía la cultura. Fue la primera vez que me dolió escuchar eso, y empecé a sentirme menospreciada. Pregunté: "¿Qué cultura? Todos practicamos el mismo Fa. ¿Existe una forma asiática y otra occidental de mirar hacia dentro? Todos aplicamos los mismos principios en la cultivación, ¿verdad?".
En mi primera reunión de equipo, todos hablaban entre sí en chino. Después me dijeron que no era necesario que yo estuviera en las reuniones. Entendí que, al ser yo la única no asiática, era demasiado difícil que toda la gente hablara en inglés para que yo supiera lo que estaban conversando. Me dije que no permitiría que los pensamientos negativos se colaran y que esto me separara de los miembros de mi equipo.
La misma persona que me dijo esto cambió de repente su forma de hablarme y empezó a hablar de mí con diferentes personas. Noté una y otra vez cómo cambiaba el comportamiento de la gente hacia mí, incluida mi amiga. Me dolió, en primer lugar porque no me esperaba algo así viniendo de ella. No entendía qué había hecho mal para que se comportaran así. En segundo lugar, acabé perdiendo a las únicas personas que mantenía cerca de mi corazón debido a lo que hizo esta persona.
Simplemente quería aclarar la situación o entender qué había hecho mal. Me parecía injusto que ahora pensaran algo de mí que no era la verdad. Pero entonces me di cuenta de que simplemente reaccionaría de la misma manera y empezaría a competir. Incluso cuando esta persona tenía una mala actitud mezquina hacia mí, mi primer pensamiento era responder comportándome de la misma manera. Mi apego a contender salió a la luz.
La situación no era fácil de tolerar. Se prolongó durante semanas, hasta el punto de que sentí que no debía estar allí. Me planteé seriamente sacar un pasaje de avión y volver a mi país. Mi único pensamiento recto fue: "No abandones todo por una ola de emociones". Toda esta situación me mostró otro apego que tenía muy bien escondido: el orgullo. Me di cuenta de que uno recorre su propio camino; no debía importarme lo que los demás pensaran de mí. No importaba que dijeran las peores cosas de mí. Lo importante es que siempre aplique las enseñanzas del Maestro en mi vida diaria. Mientras no haga nada que perjudique al Fa, no importa lo que los demás digan o piensen de mí, debo recorrer mi camino con rectitud. Me concentré en hacer mi trabajo y dejé de preocuparme por lo que los demás pensaran de mí.
Recordé que "Hay un cuento que relata cómo Han Xin fue humillado teniendo que pasar por entre las piernas de alguien" (Lección Novena, Zhuan Falun) ¡Siempre fallaba cada vez que se me presentaba una prueba similar! No podía tolerar que me humillaran.
El Maestro dijo:
“‘Luchar por una bocanada de qi’ son palabras de la gente común. Vivir por esta bocanada de qi, piensen todos, ¿no es agotador vivir así? ¿No resulta sufrido? ¿Vale la pena? Después de todo, Han Xin era un hombre común, pero nosotros somos cultivadores, nosotros debemos ser mucho mejores que él” (Novena Lección, Zhuan Falun).
Después de que el orgullo dejó de afectarme, la situación se estabilizó. También noté cómo el comportamiento de algunas personas hacia mí volvió a la normalidad.
Entendiendo que es realmente la Benevolencia
De los tres principios, Verdad, Benevolencia y Tolerancia, siempre validé con gran énfasis la Verdad. Desde que era una persona común, siempre he sido sincera hasta el punto de decir las cosas directamente sin ser muy diplomática.
Una vez, cuando empecé a practicar, me quedé dormida mientras enviaba pensamientos rectos. Me vi en un mundo oscuro, incluso la hierba era negra. Iba vestida de blanco. De repente me golpeó una ola de energía y me tiró al suelo. Me desperté, herida y asustada. Cuando se lo conté a los demás practicantes, nos dimos cuenta de que, en mi sueño, llevaba una larga túnica taoísta Wudang con los puños abiertos que usan las personas que practican en las montañas. Un practicante exclamó: "¡No es de extrañar que golpees a la gente con la verdad en la cabeza!", lo que significa que no estoy siendo amable cuando digo las cosas directamente. Debido a mi fuerte necesidad de validar mi perspectiva de la Verdad, no podía aceptar a nadie que sintiera que estaba mintiendo o haciendo juegos mentales. Los señalaba por su comportamiento o los evitaba.
Al sentirme herida por la experiencia de que alguien hablara de mí a mis espaldas, me pregunté: "¿Qué es la Benevolencia en realidad?". Lo único que quería hacer era decirle directamente a esa persona todo lo malo que veía de ella, tanto personal como profesionalmente. Me di cuenta de que no tenía ninguna consideración por sus sentimientos. Parecía que no hacía nada malo cuando decía las cosas sin rodeos, porque para mí era simplemente decir la verdad. Pero no es así como se comporta una buena persona y eso solo hará que la gente se ponga a la defensiva y cree barreras entre nosotros.
El Maestro dijo:
“Antes, la sociedad humana nunca tuvo principios rectos para guiarse, así que el hombre no resolvía sus problemas con Shan. Los seres humanos siempre han resuelto las cosas con peleas y conquistas, y así se ha convertido en la norma para el hombre. Si el hombre quiere volverse dios y salir del estado humano, entonces debe abandonar ese tipo de corazón y usar la misericordia para resolver problemas. De hecho, la misericordia es una energía enorme, es la energía de los dioses rectos. Cuanta más misericordia haya, mayor se vuelve esta energía y más puede desintegrar todo lo que no es bueno” (Enseñando el Fa en el Fahui Internacional de Washington DC 2009).
Entendí que como practicantes, todos somos amables y amistosos, pero cuando nos encontramos con una prueba, nuestra verdadera naturaleza se manifiesta y lo que hacemos durante esa prueba determina si somos realmente buenas personas. Como practicantes de Falun Dafa, cultivamos Verdad, Benevolencia y Tolerancia. ¿Cómo podía ser una buena persona si mi insistencia en la forma de ver la Verdad no me permitió ser compasiva justo en el momento que más se suponía debía serlo?
La importancia de enviar pensamientos rectos
Por lo general, cuando experimentaba yeli de enfermedad, simplemente sentía que era una limpieza. No le prestaba demasiada atención y lo soportaba pasivamente. Una noche, cuando volví a la residencia, me sentí muy mal. Todo mi cuerpo ardía. Tosía y me dolía la espalda de pies a cabeza. Mi compañera de cuarto empezó a enviar pensamientos rectos para mí y pidió a nuestros compañeros de la residencia que enviaran pensamientos rectos. Le pregunté por qué lo hacía, ya que yo estaba haciendo una limpieza y eliminando el yeli. Ella respondió que no sabíamos si era eso o una interferencia. No esperaba que ocurriera mucho, ya que para mí era normal pasar por cosas así.
Al día siguiente me sentí mejor, pude sentir el apoyo de mis compañeros de la residencia. Dos días después, el dolor en la parte posterior de mi cuerpo empeoró. Era muy difícil hacer la tercera posición mientras sostenía el Falun durante el ejercicio dos. Ignoré el dolor durante todo el día, considerando que solo era un proceso de eliminación del yeli. Después de acostarme, el dolor se hizo insoportable. Me dije que si lo ignoraba podría quedarme dormida y olvidarme del dolor. De repente, aunque mi cuerpo seguía ardiendo, empecé a sentir mucho frío. Empecé a temblar incontroladamente. No sabía si era por el dolor o por el frío. Me levanté de la cama y me senté frente al calefactor, sin dejar de temblar incontroladamente.
Mi compañera de cuarto aún no estaba dormida. Me oyó y se levantó. Le dije que por favor volviera a la cama y que no se preocupara por mí. Que estaría bien después de eliminar el yeli, pero ella dijo: "¡No, enviaré pensamientos rectos para ti!". Al ver lo decidida que estaba, me uní a ella para enviar pensamientos rectos. Pero no sabía por qué. Solo dije que no aceptaría nada que no viniera del Maestro. Cuando hicimos la segunda parte de los pensamientos rectos, el temblor cesó y el dolor casi desapareció. Estaba sorprendida. Cuando terminamos, me había calmado y el dolor de la espalda había desaparecido. Mi compañera de cuarto me dijo: "Sentí que después de la segunda parte, el Maestro te ayudó porque tus pensamientos rectos se hicieron más fuertes". Le conté cómo había desaparecido el dolor. Me sorprendió, y mi comprensión de los pensamientos rectos cambió.
A partir de esa experiencia me di cuenta de que estaba soportando y aceptando pasivamente algunas dificultades. Estaba validando un camino que no era el correcto, solo porque tenía la impresión de que estaba negando los acuerdos de las viejas fuerzas al no considerar la dificultad como una interferencia.
Semanas más tarde, una amiga en las redes sociales describió su experiencia tras contraer la variante COVID Omicron, y sus síntomas eran exactamente los mismos que los míos. Me pregunté: "¿He contraído el virus?". Pero entonces recordé cómo el dolor de espalda desapareció durante los pensamientos rectos. Vi cómo mi primera reacción fue pensar con nociones humanas. Como cultivadores, si tenemos deficiencias en la cultivación, podemos atraer interferencias, y una de las formas que puede adoptar es el yeli de enfermedad. No debemos pensar en ello, ni tratarlo como un virus o una enfermedad. Debemos enviar pensamientos rectos para eliminar esa interferencia, especialmente si se trata de algo grave.
Pasar por esto me ayudó a experimentar lo poderosos que son los pensamientos rectos. Reforzó mi fe y mi capacidad de concentración mientras los enviaba. También me sentí agradecida por tener una compañera de cuarto tan tolerante y compasiva.
Una persona que se alinea con Dafa
Cuando regresé a mi país de origen, las pruebas de cultivación cambiaron significativamente, de un ambiente muy activo, lleno de gente, a estar sola en casa todo el día frente a un ordenador. Hace unos años decía: "Lo único que deseo es un lugar propio que me permita hacer mi trabajo sin que nadie me moleste". Por aquel entonces pensaba que esa sería la mejor opción. Pero cuando ocurrió, me di cuenta de que no era capaz de hacer bien mi trabajo ni las tres cosas. Todo se debía a que un gran estado de soledad me invadía. En el trabajo, aunque muchos productores y distribuidores de películas querían trabajar con nosotros, al final tuvimos que prescindir de la mayoría debido a nuestro limitado presupuesto. Puse mucho empeño en hacer bien mis tareas y en que nuestros clientes estuvieran contentos con nosotros, pero al final no pasó nada. El trabajo pasó de ser mi única satisfacción en la vida a convertirse en una gran decepción. Lo único que me hacía seguir adelante era saber que llegábamos y aclarábamos la verdad a mucha gente a través de esta empresa.
Me sentía atascada, sin esperanza, y como si la vida no tuviera sentido. Descubrí los reality shows coreanos y empecé a verlos porque eran divertidos y la interacción entre los invitados me daba una sensación de vida. Cada vez que me sentía deprimida los veía, como si tomara una medicina para aliviar el dolor y ayudarme a superar una enfermedad. Empecé a sentir que tenía que empezar a cultivarme de nuevo.
Un día, mientras recitaba el Lunyu, me di cuenta de que "no soy una persona que se asimila a Dafa, solo soy una persona que se alinea con Dafa". Leía el Fa todos los días, pero no durante más de una hora. A veces hacía los ejercicios, a veces no, no obstante, me comportaba según los principios del Fa en mi vida diaria. Vi cómo había caído en la complacencia, pero pensaba que eso era cultivarse. Nada de lo que hacía era porque venía del corazón, sino porque tenía una lista de cosas que sabía que tenía que hacer.
Para el 20 de julio teníamos muchas actividades para presentar Falun Dafa al público, incluyendo una conferencia nacional de Fa. Durante tres días salí de mi rutina diaria. Pasé tiempo con los practicantes de todo el país y escuché sus experiencias. La solemnidad de los eventos encendió mi deseo de volver a cultivarme bien. Sentí un cambio en mi corazón: Empecé a priorizar de nuevo el crecimiento espiritual y la elevación de mi nivel de cultivación.
Con este deseo en mi corazón, vi cómo mi mente estaba llena de intenciones sobre cosas mundanas que tenía que hacer y que todas ellas me impedían crecer espiritualmente. Sin darme cuenta, mi mentalidad se había vuelto mundana en lugar de estar haciendo una cultivación genuina.
Me llevó siete años comprender que a través de la práctica de cultivación necesito alcanzar la pureza que una vez tuve y nueve años para entender cómo cultivarme verdaderamente.
¡Espero que esta conciencia se quede conmigo para siempre y deseo no perderla de nuevo mientras estoy atrapada en hacer cosas!
Este es solo mi limitado entendimiento, por favor señalen amablemente si he dicho algo erróneo, y no de forma brusca o demasiado directa.
¡Gracias compasivo Maestro por darme oportunidad tras oportunidad para iluminarme y mejorar, y por estar siempre ahí!
¡Gracias compañeros practicantes!