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Mi creencia en el Maestro y en Dafa me ayudó a superar la prueba de vida y muerte

Sept. 22, 2022 |   Por Baiyun una practicante de Falun Dafa en la provincia de Shandong, China

(Minghui.org) Tengo 74 años y comencé a practicar Falun Dafa en 1996. En los últimos 20 años, he pasado por serias tribulaciones. Dos de ellas implicaron la prueba de vida y muerte.

La primera tribulación ocurrió en el año 2000. Aunque mi hija y yo solo llevábamos cuatro años practicando, teníamos una gran fe en el Maestro Li Hongzhi (fundador de Falun Dafa) y en Dafa.

Un día, de repente, sentí que el cielo y la tierra se daban vuelta. Sufrí una parálisis facial y no pude hablar. A continuación, caí al suelo sin poder moverme. En ese momento, sentí que me estaba muriendo.

Me esforcé por gritar en mi corazón: "¡Sálvame, Maestro! ¡Sálvame, Maestro! ¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno!". Después, perdí completamente la conciencia.

Mi hijo y mi marido, que no eran practicantes de Dafa, estaban por casualidad en casa y se pusieron en contacto con mi hermano, que vino rápidamente. Insistieron en llevarme al hospital.

Mi hija también estaba en casa y con fuertes pensamientos rectos, dijo firmemente: "Mamá no está enferma, está experimentando la eliminación del yeli (karma). Los médicos no pueden salvarla, ¡solo Shifu puede!".

Los demás familiares se enfadaron mucho al oír esto. Mi hermano le dijo a mi hija: "Está bien si tu madre se recupera. Pero si le pasa algo, no te lo perdonaré".

Mi hija respondió: "No te preocupes. Mi madre es cuidada por Shifu, ¡y es seguro que se pondrá bien!".

Entonces mi hija me puso el audio con las enseñanzas del Fa del Maestro, y en tres días estaba completamente despierta.

Me senté y seguí escuchando las conferencias del Maestro, y luego empecé a hacer los ejercicios gradualmente. Una semana más tarde, podía caminar y decir algunas palabras sencillas.

Para validar la grandeza de Dafa, me dirigí poniendo todas mis energías en un triciclo hasta la casa de mis padres, situada a pocos kilómetros. Cuando mi hermano me vio, exclamó: "¡Falun Dafa es grandioso! No has ido al hospital y te has recuperado en una semana".

La segunda tribulación fue durante el verano de 2019. Una noche, de repente, volvieron a aparecer los mismos síntomas. Me sentí mareada, sufrí una parálisis facial, no podía hablar y ni ver nada. Sentí que había llegado al final de mi vida.

Entonces grité en mi corazón una y otra vez: "¡Maestro, sálvame! ¡Maestro, sálvame!". También recité "¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno!".

Sabía que las viejas fuerzas querían quitarme la vida. Pero me aferré al pensamiento: "Solo seguiré el camino arreglado por Shifu. No reconozco ninguna tribulación del mal. Si hay algo que no hice bien, lo corregiré cultivándome en Dafa. Niego los arreglos de las viejas fuerzas".

Sabía que tenía brechas en mi cultivación que estaban siendo aprovechadas por las viejas fuerzas. Inmediatamente miré hacia adentro y descubrí que no lo había hecho bien cuando aclaraba la verdad.

Además, no estaba lo suficientemente concentrada cuando estudiaba el Fa y a menudo añadía u omitía palabras. También me di cuenta de que guardaba resentimiento hacia mi hijo y mi marido.

Estaba determinada a cultivarme diligentemente y a convertirme en una discípula cualificada de Dafa. Mi hija estaba en casa, y continuamente enviaba pensamientos rectos para eliminar los elementos malignos que me perseguían.

Otros practicantes también ayudaron en el envío de pensamientos rectos. Sabía que este yeli (karma) de enfermedad había sido creado por las viejas fuerzas. También sabía que no podía aceptar esos arreglos y que debía eliminar esos factores malignos.

Enviamos continuamente pensamientos rectos y, en tres días, pude sentarme y estudiar el Fa con los demás practicantes. Al principio, no podía ver las palabras claramente y me limitaba a escuchar como leían los demás practicantes.

Empecé a leer lentamente, y luego, poco a poco, pude leer con normalidad. Mi familia volvió a ser testigo de la grandeza de Dafa.

Después de pasar dos veces por la prueba de vida y muerte, me doy cuenta profundamente de que Shifu cuida de todos los verdaderos discípulos en todo momento. Mientras creamos firmemente en Shifu y en Dafa y sigamos los requisitos de Dafa, podremos pasar todas las tribulaciones.