(Minghui.org) Una residente de 55 años de la ciudad de Daqing, en la provincia de Heilongjiang, se enfrenta a un proceso judicial por su fe en Falun Dafa, una disciplina espiritual perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.
La Sra. Tang Zengye, de 55 años, fue detenida en su domicilio el 12 de julio del de 2022 a las 4 de la mañana y le confiscaron sus libros de Falun Dafa. Hizo una huelga de hambre después de ser llevada al Centro de Detención Nro. 2 de Daqing. Los guardias la alimentaron a la fuerza con agua salina concentrada. Se encuentra en estado grave, pero los guardias se han negado a liberarla.
Persecución anterior
La Sra. Tang trabajó anteriormente como contable en la planta de producción de petróleo N.º 3 de Daqing. Ha sido detenida en múltiples ocasiones por defender su fe, y sometida a implacables torturas.
Detenciones por apelar al derecho a practicar Falun Dafa
La Sra. Tang fue a Beijing el 1 de marzo de 2000 para apelar al derecho a practicar Falun Dafa. Fue detenida y llevada de vuelta a Daqing. Tras dos meses de detención, la policía intentó obligarla a escribir una declaración de renuncia a Falun Dafa a cambio de su liberación. Ella se negó a hacerlo. La policía obligó entonces a su familia a escribir la declaración en su nombre. También le exigieron 10.000 yuanes (1.510 dólares) a su familia antes de ponerla en libertad.
La Sra. Tang fue detenida el 18 de junio de 2000 por realizar los ejercicios de Falun Dafa fuera de la Oficina de Administración de Petróleo de Daqing, y recluida en el Centro de Detención de la ciudad de Daqing. La policía le confiscó los 600 yuanes que tenía y la obligó a ponerse de pie contra la pared, con los brazos levantados por detrás. Más tarde, fue retenida en el Centro de Detención de Taikang durante 52 días y, posteriormente, en la Cárcel del Distrito de Sartu durante 8 días.
Ilustración de la tortura: de pie con los brazos levantados por detrás.
La Sra. Tang volvió a Beijing para apelar a finales de octubre de 2000. Fue detenida en la plaza de Tiananmen y golpeada por funcionarios del gobierno. Aunque escapó mientras la llevaban de vuelta a Daqing, fue detenida en el tren el 30 de diciembre de 2000, mientras regresaba a Beijing.
Ella y otros veinte practicantes que también fueron a Beijing para apelar fueron llevados a una habitación oscura y húmeda. La policía esposó a los que se negaron a revelar sus nombres de manera que uno de sus brazos fue estirado por encima del hombro para encontrarse con el otro brazo estirado por detrás de la espalda (véase la recreación de la tortura más abajo). Las esposas cortaron las muñecas de los practicantes y les causaron un tremendo dolor.
Recreación de la tortura: esposada por la espalda.
Los policías colgaron a la Sra. Tang por las muñecas, le cubrieron la cabeza con una chaqueta de plumas y le pisotearon los pies. Le gritaron: "Te torturaremos hasta la muerte si no nos dices (tu nombre). Nadie tendrá que rendir cuentas y nos limitaremos a informar de tu muerte como un suicidio. Tiraremos tu cuerpo como un ratón y nadie lo sabrá".
Tortura brutal en el centro de detención
Más tarde, la policía averiguó el nombre de la Sra. Tang y la llevó de vuelta a Daqing. Volvió a escaparse y fue obligada a desplazarse.
Siete meses después, en la noche del 3 de julio de 2001, fue detenida una vez más. Fue golpeada e interrogada durante la noche en la Comisaría de Fuqiang. Al día siguiente por la noche la llevaron al Centro de Detención de la ciudad de Daqing. Como hacía los ejercicios de Falun Dafa, la golpearon y la colgaron de las muñecas durante un día. Durante los cuatro días siguientes, la policía la encadenó a una silla metálica y se turnó para interrogarla.
La Sra. Tang hizo una huelga de hambre para protestar, y fue alimentada a la fuerza. Vomitó sangre cada vez. El médico que la alimentó a la fuerza le golpeó la cara con unas tijeras y la amenazó por mantener la huelga de hambre.
Treinta días después, fue llevada al calabozo del Distrito de Sartu. Hizo otra huelga de hambre durante tres semanas y fue alimentada a la fuerza casi todos los días. Como seguía vomitando grandes cantidades de sangre, la policía la puso en libertad, temiendo que pudiera morir allí.
Solo dos días después de su liberación, la policía cambió de opinión y la volvió a detener. Pero debido a la prolongada huelga de hambre de los meses anteriores, no superó el examen físico y se rechazó su admisión en el Centro de Rehabilitación de Drogas de Harbin, por lo que la policía tuvo que liberarla.
Para evitar futuras persecuciones, la Sra. Tang volvió a vivir fuera de casa.
Tres años de trabajos forzados
La Sra. Tang fue detenida por un agente de paisano el 14 de abril de 2002, mientras distribuía materiales de Falun Dafa en un autobús. El agente le quitó el bolso, el teléfono móvil, el localizador y más de 1.000 yuanes en efectivo. La Comisaría del Distrito de Sartu creó un grupo de trabajo especial para tratar su caso. Los policías la colgaron por las muñecas a un tubo de calefacción y la golpearon. Como resultado, vomitó sangre.
La llevaron a la Cárcel del Distrito de Sartu al día siguiente y dos días después la trasladaron al Centro de Rehabilitación de Drogas de Harbin para cumplir tres años de trabajos forzados.
La mantuvieron en confinamiento solitario en el centro de rehabilitación de drogas. La sometieron a constantes torturas, como descargas eléctricas, permanecer de pie en posiciones insoportables y la administración involuntaria de drogas. Los guardias también la alimentaban a la fuerza cuando hacía huelgas de hambre. La sangre cubría a menudo su cuerpo después de la alimentación forzada. Más tarde, los guardias incluso se ahorraban el viaje a la sala médica y la sujetaban directamente al suelo para alimentarla a la fuerza, o la arrastraban al baño, también para alimentarla a la fuerza, y facilitar la limpieza.
En una ocasión, el guardia Zhao Wei le propinó una descarga en la cara con una picana eléctrica, mientras la amenazaba: "Tengo curiosidad por ver si te atreves a volver a hacer una huelga de hambre".
En otro incidente, los guardias Tong Meiguang y Wang Yinghui obligaron a la Sra. Tang a permanecer de pie durante largas horas y la privaron de ir al baño. Ella protestó y gritó: "¿Por qué no me permiten usar el baño?". Los guardias la sacaron a rastras, la ataron a una silla metálica, le quitaron los calcetines y se los metieron en la boca. Cuando finalmente le quitaron los calcetines, estaban manchados con su sangre.
Ante el temor de que muriera bajo custodia, las autoridades la dejaron en libertad condicional por motivos médicos y exigieron 7.000 yuanes (1.057 dólares) a su familia.
Acoso incesante por su fe
Durante las dos décadas siguientes, la Sra. Tang siguió sufriendo un acoso constante por defender su fe y fue detenida varias veces más. Una de ellas el 6 de marzo de 2004 por asistir al funeral de un practicante, otra el 23 de septiembre de 2005 durante una redada policial y otra el 2 de abril de 2006 por dar clases de pintura en su casa.
Después de su detención en septiembre de 2005, los guardias la encadenaron a una silla de metal y abrieron la ventana para que el viento frío y la lluvia soplaran sobre ella. Hizo una huelga de hambre para protestar por la persecución, y fue alimentada a la fuerza y abofeteada. Una reclusa también le golpeó la cabeza con una palangana metálica utilizada para la alimentación forzada. Vomitó sangre por la paliza.
Fue detenida dos veces más, el 26 de febrero de 2010 y el 9 de noviembre de 2018. En ambas ocasiones fue interrogada y golpeada.