(Minghui.org) Antes de practicar Falun Dafa me gustaba comer crisálidas de gusanos de seda, hervidas o fritas, y las encontraba muy sabrosas. Una noche, en un sueño después de empezar a practicar, me aterrorizó ver cientos de gusanos de seda verdes arrastrándose por el techo, encima de mi cabeza. Mi corazón seguía latiendo con fuerza, después de despertarme. Comprendí que el Maestro me estaba diciendo que era hora de eliminar mi apego a comer las crisálidas, así que prometí que dejaría de hacerlo. También me di cuenta que esto también es matar vidas.
Después de muchos años, olvidé mi promesa. Un día, en un supermercado, volví a ver las crisálidas de gusano de seda amarillas. Compré tres cuartos de kilo y las freí en cuanto llegué a casa. Olvidé por completo mi promesa y disfruté de su delicioso sabor.
Poco después de comer, sentí calor en la cara y una opresión en el pecho. Tenía dificultad para respirar. Me apareció un sarpullido en la cara y rápidamente se extendió al cuello y los hombros. Me picaba y resultaba incómodo. Inmediatamente miré hacia dentro ante esta repentina tribulación, pero no pude encontrar la causa. Pensé que podía ser alérgico a las crisálidas.
Le pedí ayuda a Shifu. Abrí el libro Zhuan Falun y el primer párrafo que leí fue:
“Siendo nosotros genuinos practicantes que refinan gong, debemos considerar los asuntos desde un nivel muy alto y no podemos considerar los asuntos utilizando la perspectiva de la gente común. Cuando consideras que tienes alguna enfermedad, probablemente esto cause que tengas la enfermedad. Eso es porque una vez que piensas que tu cuerpo tiene alguna enfermedad, tu xinxing está a la misma altura que el de una persona común. El refinamiento de gong y el xiulian verdadero, particularmente en este tipo de estado, no causan enfermedades” (Sexta Lección, Zhuan Falun).
Entendí inmediatamente. Soy un verdadero practicante, un ser que no está restringido por los principios de los Tres Reinos. Los que no son practicantes tienen alergias a los alimentos, lo que está en consonancia con los principios mundanos, pero yo soy un cultivador.
De repente recordé la promesa que hice hace muchos años y comprendí que la causa principal de todo esto consistía en que la había roto. Le pedí perdón a estas vidas por haber roto mi promesa, por haber violado el principio de la Verdad y por haber creado mucho yeli al matar. Les pedí perdón y me ofrecí a enterrar al resto para que pudieran tener paz en sus vidas posteriores.
Enterré el resto de las crisálidas de gusano de seda en una maceta. En el momento en que las enterré, la erupción dejó de extenderse y mi respiración volvió a la normalidad. En menos de 20 minutos, volví a estar completamente bien. Una vez más me sorprendió el poder de Dafa.
Lo más sorprendente fue que el medio kilo de crisálidas de gusanos de seda enterradas en la maceta desapareció al cabo de dos días. La tierra estaba muy seca, así que no podían haberse podrido tan rápidamente. Incluso si se hubieran podrido, debería haber quedado alguna sustancia putrefacta. Resultaba extraño que no hubiera quedado ni un solo rastro de crisálida de gusano de seda.
Me di cuenta, profundamente, de la seriedad de la cultivación a través de esta lección. Los practicantes deben ser sinceros y cumplir sus promesas. También soy más estricto conmigo a la hora de eliminar mi apego a la comida.
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