(Minghui.org) Empecé a practicar Falun Dafa cuando tenía 23 años, en 1998. Antes de eso, tosía mucho, tenía dificultad para respirar y mi corazón latía de forma irregular. El ejercicio intenso también aumentaba tanto mi ritmo cardíaco que sentía que el corazón se me iba a salir del pecho. Tomé muchos medicamentos diferentes, pero ninguno me aliviaba. Sin embargo, poco después de empezar a practicar la cultivación, todas mis enfermedades desaparecieron. Experimenté la sensación de sentirme sin enfermedades. No he tomado ninguna medicina durante más de 20 años.
Comprendí el sentido de la vida después de empezar a cultivarme. Empecé a seguir los principios de Falun Dafa de Verdad-Compasión-Tolerancia, para ser una buena persona. Soy camionero. Algunos de los conductores de mi flota se llevaban a casa anticongelante y aceite de motor para su propio uso. También se llevaban tornillos, bombillas y otros artículos del almacén. Se los quedaban para su propio uso o incluso los vendían. Yo nunca hice esas cosas ni me aproveché de mi empresa. Entiendo que los practicantes debemos ser buenas personas dondequiera que estemos.
En la flota, cada camión tenía asignados dos conductores, repartidos en dos turnos. El turno de la mañana empezaba a las 2:00 a. m. y terminaba a las 12:00 del mediodía; el de la tarde empezaba al mediodía y terminaba a las 22:00.
En verano, a los conductores les gusta trabajar en el turno de mañana. Llegamos al almacén a las 2 de la mañana y ya ha amanecido cuando empezamos a conducir el camión. La conducción por la mañana, comienza con temperaturas frescas y los conductores salen del trabajo al mediodía, antes de que el día se vuelva caluroso.
Las tardes de verano son calurosas, por lo que la gente es propensa a adormecerse. Cuando oscurece, los conductores no ven tan bien y, con el complicado sistema de carreteras de la zona minera, los accidentes son propensos a ocurrir. Por eso, muchos conductores prefieren el turno de mañana. Había muchos conductores que se disputaban el turno de mañana. Las continuas disputas le provocaban un incesante dolor de cabeza al jefe de la flota.
El Maestro Li nos enseñó: "Si siempre eres misericordioso, tratas a los demás benevolentemente, consideras a los demás al hacer cualquier cosa..." (Cuarta Lección, Zhuan Falun). Le dije a mi compañero de trabajo: "Si quieres el turno de la mañana, es tuyo; si quieres el de la tarde, es tuyo. Estoy bien de cualquier manera". Durante los nueve años que trabajé en la flota, casi siempre hice el turno de tarde. Los conductores de otros camiones decían con envidia: "¡Sería estupendo que me emparejaran con este tipo!".
Nuestro salario se basa en la paga "a destajo", lo que significa que cuantos más viajes se hacen, más se gana. Algunos conductores conducían tan rápido como podían para ganar más dinero. Yo seguía las enseñanzas de Dafa y nunca competía con ellos. Cuando me alcanzaban por detrás, reducía la velocidad y me hacía a un lado para dejarles pasar. Como conducía con cuidado, mi camión rara vez se averiaba. Así que, aunque hacía menos viajes al día que ellos, no ganaba menos. El propietario y el jefe de la flota estaban contentos con mi forma de conducir. Decían que conducía bien, que mi camión tenía mucho menos tiempo de inactividad y que los costes de reparación eran mucho menores. Cuando llegaban los camiones nuevos, siempre me asignaban uno de los primeros.
En invierno, una vez volví al almacén para reparar los neumáticos. Llevaba mucha ropa de abrigo por el clima y caminaba con precaución debido a lo accidentado del camino. De repente oí un "chasquido"; me torcí el tobillo. Me senté para acomodarme el pie sin dejar de decir: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Compasión-Tolerancia es bueno". Al rato, me dije: "¡Estoy bien! Mi tobillo se ha recuperado en tan poco tiempo".
En otra ocasión, perdí el equilibrio al bajar del autobús de cercanías y me torcí el tobillo. Volví a recitar "Falun Dafa es bueno, Verdad-Compasión-Tolerancia es bueno", y mi tobillo volvió a la normalidad; no me retrasé y llegué a mi hora a trabajar. Si no hubiera practicado Falun Dafa, estos dos incidentes me habrían impedido trabajar durante meses.
Situaciones similares me han sucedido muchas veces. Me siento afortunado de practicar Falun Dafa. He experimentado personalmente la belleza y la naturaleza milagrosa de Dafa. Espero que todos puedan aprender la verdad sobre Dafa y ser tan afortunados como yo.
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