(Minghui.org) Soy una practicante de Falun Dafa del pueblo natal del Maestro Li Hongzhi, en la ciudad de Changchun. Han pasado 26 años desde que comencé a practicar. Al principio, el Maestro limpiaba continuamente mi cuerpo. Sabía que la práctica de cultivación era buena, pero estaba ocupada con los negocios y no podía hacer los ejercicios todos los días.
En 1999, cuando Dafa fue objeto de persecución, debido a mi gran miedo, no pude dejar de lado el interés personal y sentí que no podía estar al día con mi práctica. Así que me quedé atrás en la cultivación durante el periodo de la Rectificación del Fa. Sin embargo, cada vez que se publicaba uno de los nuevos artículos de Shifu, los compañeros practicantes siempre me daban una copia. Los llevaba a casa para leerlos. A veces también leía Zhuan Falun.
Shifu nunca se dio por vencido. En 2010, una practicante me visitó y me trajo algunos artículos de intercambio de experiencias del sitio web Minghui. También mantuvo una larga conversación conmigo. Mencionó que todos los seres conscientes de mi mundo celestial estaban esperando que los salvara. Si yo no practicaba más, ¿qué harían ellos? Me sorprendió. En ese momento, decidí retomar la cultivación para cumplir mi voto.
Haciendo una cultivación sólida durante los últimos 10 años
Desde que retorné a la cultivación de Dafa, he estudiado persistentemente dos Lecciones de Zhuan Falun y las nuevas conferencias cada día. Cuando tenía sueño, me ponía de pie o me arrodillaba para estudiar el Fa. A veces, cuando no podía mantener la concentración, repasaba lo que acababa de leer. También me las arreglé para terminar de hacer los cinco juegos ejercicios cada día y enviar pensamientos rectos en los cuatro horarios establecidos.
Como trabajaba y tenía que salir de casa a las 6 de la mañana, me levantaba a las 2:50 para hacer los ejercicios. Me acostaba a las 21:30 y me levantaba de nuevo a las 23:50 para enviar pensamientos rectos a medianoche. Después, volvía a dormir un par de horas antes de levantarme para hacer los ejercicios. He tenido este horario durante muchos años. Aunque solo dormía unas horas, no tenía sueño durante el día, sino que me sentía con mucha energía. Cuando salió la nueva música del segundo ejercicio de una hora de duración, hice los ejercicios por la mañana durante un total de dos horas y media.
Independientemente de que fuese un día entre semana, un fin de semana, un día festivo o durante mis vacaciones, siempre conseguía terminar todos los ejercicios.
También había pruebas de xinxing. A veces, cuando sonaba la alarma, no quería levantarme. Sin embargo, recordaba que soy una practicante; si no puedo soportar esta pequeña dificultad, ¿cómo puedo alcanzar la Perfección (iluminación)? Así que, en cuanto escuchaba la alarma, me levantaba inmediatamente. También podía cumplir con el envío de pensamientos rectos en los cuatro horarios establecidos. Si alguna vez me perdía uno, encontraría el tiempo para compensarlo.
Cada semana, los practicantes me entregaban materiales de aclaración de la verdad. Aprovechaba la tarde o la noche para repartirlos. No importaba lo lejos que tuviera que caminar, o cuántas escaleras tuviera que subir, siempre me sentía muy ligera y nunca me sentía cansada. Independientemente de que hiciera viento, lloviera o hiciera frío, de que las carreteras estuvieran heladas o llenas de nieve, siempre salía a repartir materiales para salvar a la gente.
Mi compromiso de memorizar el Fa
Acudía a un grupo de estudio del Fa una vez a la semana. En 2018, un practicante sugirió que todos recitáramos dos párrafos de Zhuan Falun durante el estudio. Sentí que era un poco difícil memorizar dos párrafos cada semana. Pensé: ¿Cómo puedo memorizar un libro con tantas páginas? Al principio, no puse mi corazón en memorizar el libro; ni me di cuenta de su importancia, ni miré hacia adentro.
No importaba si podía recitar los pasajes correctamente, ya que otros practicantes siempre me lo indicaban. Así que todo lo que hacía era seguir el procedimiento. Al cabo de un tiempo, me di cuenta de que esta mentalidad no era correcta, ya que no trataba la memorización del Fa con la suficiente seriedad. Entonces asumí el compromiso de memorizar cada párrafo y no me permití cometer ningún error.
Consideré cada frase como un pasaje y memoricé Zhuan Falun frase a frase. Tenía que recitar cada frase varias veces antes de pasar a la siguiente. Luego volvía a recitar la(s) frase(s) anterior(es) y las recitaba juntas, hasta que no tenía ningún problema en memorizar todo el párrafo. Al recitar el Fa diligentemente, adquirí un gran entendimiento cuando me encontré con dificultades; sabía cómo mirar hacia dentro y poner a los demás en primer lugar. Este proceso también me ayudó a eliminar muchos apegos.
Dejando de lado el sentimentalismo familiar
Hace unos años, mi hijo y mi nuera planeaban comprar una casa. Como les faltaba el pago inicial, me pidieron que vendiera mi casa para ayudarles y que luego me mudara con ellos. No me lo pensé mucho y acepté. La nueva casa era espaciosa. Tenía mi propio dormitorio y compré muebles nuevos. Incluso ordené la casa. Todo parecía ir bien, y ellos no se oponían a que hiciera las tres cosas.
Sin embargo, tras el brote de COVID-19, se produjeron confinamientos en todas partes y todo el mundo entró en pánico. Les preocupaba que yo saliera a aclarar la verdad y llevara el virus a casa y les afectara. Así que no me permitieron salir más. Les dije pacientemente que los practicantes tenemos al Maestro que nos protege, y que estaríamos bien, pero no me escucharon. Así que, para no dejar que esto afectara con la salvación de las personas y para evitar crearles demasiada presión, decidí mudarme a una pequeña casa que tenían en los suburbios.
Aunque fui yo quien tomó esa decisión, al pensar en ello, seguí sintiéndome molesta por ello. Pensaba: Yo crie a mi hijo con mucho esfuerzo, pero él me trata así. En ese momento, me vino a la mente el Fa del Maestro:
“Otros dicen: «Al venir yo aquí, a la sociedad de la gente común, es como alojarme en un hotel; me quedo solo unos pocos días y me voy deprisa». No obstante, algunas personas simplemente son renuentes a apartarse de este lugar, han olvidado sus propios hogares”. (Novena Lección, Zhuan Falun)
Entonces lo tuve claro, soy una practicante, ¿cómo podía apegarme a los asuntos ordinarios? Mi objetivo final es volver a casa con Shifu. Ahora tengo mi propio entorno de cultivación. Así que me sentí realmente agradecida por ello. Mi resentimiento y mi sensación de malestar desaparecieron inmediatamente.
Eliminando mis apegos mientras salvo a la gente
Cuando la pandemia estalló por primera vez a principios de 2020, todos sentimos la urgencia de salvar a la gente. Para ayudar a las personas a conocer la verdad, intensificamos nuestros esfuerzos. Otra practicante y yo trabajamos juntas repartiendo folletos y pegando notas adhesivas que decían a la gente cómo evitar la pandemia. Recorrimos todas las zonas residenciales con esta información.
Todas las semanas salíamos dos o tres veces, independientemente del tiempo que hiciera. Colocábamos el material informativo en bolsas de regalo de varios colores y en cada ocasión repartíamos entre unas docenas y cien copias cada vez. Íbamos casa por casa y colgábamos las bolsas en los pomos de las puertas o utilizábamos imanes en cada una de ellas. Por el camino, no hablábamos de nada que fuera irrelevante para salvar a la gente. Solo recitamos "Lunyu" y poemas de Hong Yin, y limpiamos el campo dimensional de los lugares que visitamos. También pedimos ayuda a Shifu para que las personas que recibieran los materiales los atesoraran y los compartieran con sus familiares y amigos, a fin de elegir un futuro brillante para ellos.
Cuando salía a repartir materiales de aclaración de la verdad por mi cuenta, vi cámaras de vigilancia instaladas en algunos hogares. Así que, para protegerme, dejé de ir a esas casas. Si veía que alguien salía por la puerta, no me atrevía a repartirlos y corría rápidamente hacia abajo.
Después de comenzar a trabajar con esta compañera practicante, le comenté que había una cámara de vigilancia en una puerta. Ella dijo: "No puede hacernos nada; estamos en una misión divina". Sus palabras me conmovieron mucho. Entonces me di cuenta de que mi labor de salvar a la gente había sido condicionada. Cuando me sentía insegura, dejaba de hacer lo que debía hacer. Si no salvaba a las personas que tenían una relación predestinada conmigo, así como a los seres conscientes que depositaban una esperanza infinita en nosotros, ¿podría seguir siendo considerada una practicante? Aprecié mucho el recto consejo de esta practicante. Por otro lado, vi claramente mi egoísmo.
Hace poco, cuando distribuía folletos, vi un mensaje en la pared que decía: "Ha entrado en una zona de vigilancia". Pero no me preocupé ni me asusté. Sabía que Shifu estaba a mi lado. Cuando terminé, seguí sintiéndome muy tranquila. Una vez, cuando puse los materiales en el pomo de una puerta, vi que un hombre se acercaba a mí. Sabía que me había visto, pero me quedé muy calmada y le dije: "Vengo a traerle bendiciones". No dijo nada y su expresión facial era amable. Luego seguí colgando bolsitas en los pomos de las puertas piso por piso sin sentir miedo.
Los milagros de Dafa se manifiestan en mi vida
Durante los últimos 10 años, siempre he seguido los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia y he continuado elevando mi xinxing. A la vez que estudiaba el Fa y hacía los ejercicios cada día, Shifu limpiaba continuamente mi cuerpo. Así que pasé por transformaciones tanto a nivel mental como físico. Tengo 62 años y parezco más joven que la gente de mi edad. Mi piel es muy delicada y suave, con muy pocas arrugas, y una tez sonrosada.
También me siento muy ligera al caminar. Cuando subí más de 30 pisos sin utilizar el ascensor para repartir folletos, no me sentí cansada. Solo duermo cinco horas al día, pero tengo mucha energía. He experimentado personalmente los tipos de transformaciones que les ocurren a los cultivadores tal como los describe el Maestro en Zhuan Falun, especialmente después de que empezamos a memorizar y recitar el Fa en nuestro grupo de estudio.
En 2019, mi empresa estableció revisiones médicas para todo el personal. Mientras me hacían una ecografía, le dije a la doctora: "¿Cómo está mi vientre?" (me habían hecho una histerectomía hace 20 años). Ella me dijo: "Todo está bien". A partir de noviembre de 2020, empecé a tener la menstruación de forma regular. Ha continuado así durante casi un año. Cuando me operaron hace 20 años, el médico me dijo: "No tendrás la menstruación después de la extirpación del útero". En aquel momento, solo tenía 40 años. Fue un golpe para mí, y sentí mucho dolor. Ahora tengo la menstruación con normalidad. Esto no es solo un milagro para la medicina, sino también la manifestación milagrosa de Dafa en el mundo humano. Dafa va más allá de la ciencia, ¡y nuestro Maestro es omnipotente!
Ahora puedo avanzar diligentemente en mi camino de cultivación gracias a Dafa y a la protección de Shifu. Él me ha salvado del infierno y ha limpiado mi cuerpo para que pueda volver a mi verdadero ser original.
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