(Minghui.org) Llevo 20 años practicando Falun Dafa y experimenté muchos altibajos en mi camino de cultivación. Gracias a la protección de Shifu Li y a la guía de Dafa, permanezco firme y sin arrepentimientos.
Me gustaría compartir algunas historias de personas que se beneficiaron de Dafa, y de que les aclarara la verdad sobre la persecución.
También deseo expresar mi infinita gratitud a Shifu, revisar mi proceso de cultivación y motivarme para ser más diligente en el futuro.
Mi camino comenzó cuando caí enferma durante el Año Nuevo Chino del 2000. Había estado enferma desde que era una niña. Dejé la escuela antes de terminar la secundaria. Esta vez, la situación fue más problemática porque mi familia creía que si iba a un hospital al principio del Año Nuevo Lunar, estaría maldito y me quedaría allí todo el año.
Así que me pidieron que fuera al médico a partir del segundo día del Año Nuevo Lunar. No podía ni siquiera mantenerme de pie debido al dolor que sentía en el bajo vientre. Cuando necesitaba ir al baño, tenía que doblar la espalda 90 grados. Me resultaba difícil caminar, dar cada paso. Así que le rogué a mi esposo que me llevara al hospital ¡No podía esperar ni un día más!
Después de una ecografía, el médico dijo que tenía un fibroma del tamaño de un pulgar en el apéndice. Me aconsejaron que no me operara hasta que el tumor creciera. Pregunté si era posible evitar la operación y eliminarlo tomando medicamentos. El médico me dijo que era imposible y me pidió que volviera a hacer una revisión para ver cuando el fibroma estaba listo para la cirugía. Como este hospital era famoso en toda China, el diagnóstico era preocupante, sobre todo porque yo solo tenía 32 años en ese momento.
"¡Practico Falun Dafa!"
Después de una semana de tratamiento intravenoso, aunque el dolor en el bajo vientre disminuyó, continuaba. Después de las vacaciones del Año Nuevo Lunar, me visitó mi hermana mayor. Llevaba muchos años practicando Falun Dafa. La detuvieron varias veces en un centro de lavado de cerebro. Sin embargo, siempre se había mantenido firme en su fe. Al ver que yo estaba mal, trató de convencerme de que estudiara Dafa, diciendo que podría ayudarme a recuperarme y a mantenerme en forma. Sin embargo, como no creía en realidad en los dioses los ni en los fo, le dije que estaba demasiado ocupada con mi trabajo.
Unos días más tarde, vino de nuevo y trajo un ejemplar de la Vía de la Gran Perfección y me contó historias de muchas personas que habían recobrado la salud después de empezar a practicar Falun Dafa. Así que acepté, aunque fuera solo por complacerla. Pensaba que de todas formas también estaba haciendo ejercicios físicos, así que no estaba de más probar otro. Me enseñó los ejercicios y vino dos veces a ver si los hacía correctamente.
Lo que más recuerdo es algo que me dijo: "Solo tienes que practicar, no pensar en la enfermedad y conformarte con no desear nada". Me tomé muy en serio sus palabras.
Mi lugar de trabajo exigía que los empleados se sometieran a un examen físico anual, en abril. Cuando me hicieron una ecografía, le pedí al médico que comprobara si el tumor había crecido. El médico dijo que no había ningún fibroma. Le contesté: "Eso es imposible. Me diagnosticaron un tumor fibroso en su hospital hace solo dos meses".
El médico llamó a dos profesores y, tras más exámenes ecográficos, confirmaron que no tenía ningún fibroma. Me preguntaron qué medicamentos estaba tomando. Aunque en ese momento, Falun Dafa estaba siendo cruelmente perseguido, exclamé: "¡Practico Falun Dafa!". Se miraron y uno de los médicos murmuró en voz baja: "¿Practicas Falun Dafa?".
Me sentí muy aliviada cuando llegué a casa. También me di cuenta de que mi insomnio crónico había desaparecido, así como la hiperplasia ósea de la columna cervical. Muchas de mis enfermedades y dolores menores habían desaparecido sin que me diera cuenta.
Mi hija da un giro a su vida
Empecé a practicar Dafa cuando la persecución del Partido Comunista Chino (PCCh) estaba en su peor momento. Mi esposo era un funcionario del gobierno; tenía miedo, así que no me dejaba practicar Dafa. Recuerdo que una vez, cuando estaba leyendo el Fa, me dijo enfadado: "No puedes leer eso. No se permite practicar Falun Dafa ya, ¿no lo sabes?".
Cuando intentó agarrar mi libro no se lo permití. Mi hija, que estaba a mi lado, inmediatamente me quitó el libro de la mano y salió corriendo por la puerta. La encontré fuera y le pregunté por qué lo había hecho. Me dijo que tenía miedo de que su padre rompiera el libro. Todavía no tenía 10 años.
Mi hija tenía un carácter suave y era buena en la escuela, pero su salud era relativamente mala. Se resfriaba a menudo. Sufría de bronquitis y rinitis alérgica. Luego le diagnosticaron asma. Una vez, que tenía una tos muy fuerte, que le impedía dormir, le dije que iba a leerle el Fa. Inesperadamente, después de leerle apenas dos o tres páginas, la frecuencia de su tos disminuyó. Luego se durmió sin toser aunque le leí menos de 10 páginas. Entonces, cada vez que se sentía mal, me pedía que le leyera el Fa. Decía que después de escuchar el Fa, se sentía cómoda y dormía profundamente.
Mi vida se volvió caótica cuando mi esposo anunció que tenía una aventura. En aquel momento, no entendía bien el Fa y me sentía abrumada por un golpe tan repentino. Perdía completamente la razón cuando discutía con él. No me consideraba una practicante. No sabía cómo manejarme correctamente y no conseguía superar la tribulación. Mi esposo se marchó de casa. Se fue a vivir con la otra mujer. Un año después, me pidió el divorcio y se ofreció a criar a nuestra hija.
Como vivíamos con sus padres, después del divorcio, me mudé y mi hija se quedó en casa de su abuela. Iba a verla todas las semanas. Pero, descubrí que mi alegre y vivaz hija se había vuelto reservada. Su abuela me llamaba a menudo y se quejaba de que faltaba al colegio. Su padre rara vez iba a casa. Mi hija decía que incluso cuando iba a casa de vez en cuando, la ignoraba. Pensé que su padre había ido demasiado lejos. Solía cuidar de nuestra hija de todas las maneras posibles y la consideraba la joya de la corona. Pero, ahora, la había abandonado por esa mujer.
Decidí asumir toda la responsabilidad cuando mi hija tenía 12 años. Si la situación en que se encontraba continuaba, las consecuencias serían irreversibles. Propuse a su abuela que la dejara venir a vivir conmigo. Cuando se mudó, descubrí que había cambiado mucho. Era reacia a hablar, ignoraba a la gente y no quería escucharme. A menudo solía dar portazos y se encerraba en la habitación cuando no estaba contenta. Aunque no había estudiado bien el Fa, sabía que debía ayudarla a comprender, correctamente, el divorcio de sus padres. Así que me comuniqué con ella con paciencia. Después de algunos meses, los cambios se volvieron evidentes. Se volvió más alegre y habladora, y empezó a recitar de memoria conmigo el Lunyu de Shifu, como hacíamos antes. También me escuchaba cuando leía el Fa y, a menudo, me recordaba que tenía que hacer los ejercicios.
Las calificaciones de mi hija tanto en la escuela básica como en la secundaria eran promedio. Cuando estaba a punto de graduarse en la escuela secundaria, su profesor me dijo que tal vez no iba a poder entrar en la universidad. Pero pensé que mientras estuviera sana física y mentalmente, debía dejarla en paz. La noche anterior al examen, nos alojamos en un hotel cerca del lugar del examen. Estaba muy nerviosa porque había suspendido todos los simulacros de examen. Le dije que recitara "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno", porque la ayudaría a calmarse. En cuanto a las calificaciones de los exámenes, no tenía ninguna pretensión.
Mi hija creía en Shifu y lo respetaba mucho. Cuando tenía buena comida o fruta, le ofrecía primero un trozo a Shifu. Después del examen de acceso a la universidad, le pregunté si estaba nerviosa. Me dijo que estuvo recitando la frase auspiciosa hasta que empezó el examen y que se sintió bien. Cuando se anunciaron las calificaciones del examen, llamó y gritó emocionada que había aprobado. Me alegré mucho por ella.
Con mucho esfuerzo, aprobó su licencia de conducir, el de maestra y el de secretaria. Después de graduarse, consiguió un trabajo en el gobierno. El año pasado se casó con su compañero de universidad y ahora está embarazada. Su supervisor y sus colegas me hablaron muy bien de ella. Me dijeron que había criado a una hija excelente, que tiene una buena personalidad, es bondadosa y responsable.
De hecho, antes de practicar Dafa, yo era una persona muy sentimental que no podía soportar ninguna queja. Era impaciente y estrecha de miras. Incluso un pequeño contratiempo me perturbaba y hacía que no pudiera dormir bien durante días. Si no hubiera practicado Dafa, no habría sido capaz de educar bien a mi hija, y tal vez ni siquiera habría llegado hasta aquí. Agradezco a Shifu que ayudara a mi hija a convertirse en una joven sana y optimista. También agradezco a Dafa que me guiara en esos momentos difíciles.
"Si no puedo confiar en ti, ¿en quién más puedo confiar?"
Hace más de 10 años, conocí por casualidad a un joven empresario. Acababa de llegar a mi ciudad para abrir un negocio, lo que no era una tarea fácil para un forastero. Le ayudé en todo lo que pude. Como es natural, nos hicimos muy amigos. Ahora tiene una empresa de más de 10 millones de yuanes (151.000 dólares).
Me llamó para decirme que necesitaba guardar algunas cosas en mi casa, porque la suya estaba en reformas. Le dije que no había problema. Poco después, me trajo un gran bolso sin cerrar. Me lo entregó y me dijo que ya vendría a recogerlo. Me pareció que el bolso pesaba un poco así que le pregunté despreocupadamente: "¿Qué contiene?". Me dijo que eran sus objetos de valor. Contenía cientos de miles de yuanes en billetes, las llaves de los coches, las llaves de las puertas, los sellos de las empresas, los certificados de la propiedad inmobiliaria y toneladas de pagarés.
Inmediatamente le dije: "Esto es demasiado valioso, ¿te sientes realmente cómodo dejándomelo?". Me contestó: "Te conozco desde hace más de 10 años. ¿Quién es más bondadosa y más fiable que tú? Si no puedo confiar en ti, ¿en quién voy a confiar? Ustedes, los cultivadores, son muy diferentes a todos los demás". Le encontré un lugar seguro para guardarlo, porque pensé que eso era lo que debíamos hacer los cultivadores.
Hace dos años, conocí a una de mis nuevas inquilinas. Tenía mi edad, así que ambas congeniamos. Se acababa de jubilar. Aunque había trabajado mucho toda su vida, no tenía casa propia. Su marido estaba desempleado y vivían de los ingresos de su jubilación. Le gustaba charlar conmigo y nos hicimos amigas. Le conté la verdad sobre el Partido Comunista Chino (PCCh) y aceptó hacer las tres renuncias. También hacía la meditación sentada conmigo todos los días, y recitaba "Falun Dafa es bueno. Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Sufría síntomas de menopausia e insomnio. Pero, dijo que cada vez que recitaba la frase auspiciosa, podía dormir bien. La estuvo recitando todos los días, durante dos años.
El año pasado participó en un proyecto vendiendo edificios residenciales junto al mar. A menudo me preguntaba cómo podía hacerlo bien. Aunque no trabajaba en ventas, le dije que, como trabajaba en un sector de servicios, la atención al cliente era la prioridad. Así que le aconsejé que le explicara a los clientes los pros y los contras de cada unidad, y le hablé de la importancia de ser honesta. Ella estuvo de acuerdo.
Durante todo el proceso de la venta, ella anteponía los intereses de sus clientes. Todos sus clientes se convirtieron en sus amigos. Luego le presentaron a nuevos clientes. También les decía a sus clientes que recordaran que Dafa es bueno y que recitaran "Falun Dafa es bueno. Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno", y que así todo iría bien. El año pasado, con la pandemia, el ambiente en general no era bueno. Sin embargo, vendió más de 90 unidades. Se convirtió en toda una celebridad en el centro de ventas. Dijo que fue un milagro y que Shifu la ayudó. También dijo que después de terminar ese proyecto de ventas, iba a practicar Dafa conmigo. A menudo decía que quien es mi amigo tiene suerte y se hace rico. Y sí, si nos conformamos a los principios del universo, Verdad-Benevolencia-Tolerancia, ¡todos van a acabar siendo bendecidos!
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