(Minghui.org) Durante un tiempo, siempre me sentía somnoliento o mi mente se alejaba mientras estudiaba el Fa. Era difícil para mí ver al Fa con mis ojos, leer al Fa en voz alta o escuchar el Fa concentrado. Pasaba mucho tiempo estudiando el Fa todos los días, pero en realidad, no entendía el Fa.
Mientras estudiaba el Fa esta mañana, sentí sueño y estaba a punto de dormirme. Me dije a mi mismo: "No puedo seguir así, hoy quiero leer bien el Fa". Con sólo este pensamiento, recuperé el ánimo. Aunque la somnolencia volvió varias veces, me animaron los pensamientos rectos que tuve al principio, y mi confianza se había reforzado, por lo que pude obligarme a concentrarme mientras leía el Fa.
La maravillosa sensación que tuve cuando recién empecé a practicar volvió, y todo mi cuerpo parecía vibrar de vez en cuando mientras leía el Fa. Comprendí que esto reflejaba cambios en mi cuerpo microscópico. Cada vez que sentía las vibraciones, sentía que mi cuerpo se hacía más ligero y flotaba. Y podía sentir cómo, masas etéreas negras salían de mi cuerpo.
Cuando llegué a la parte en la que Shifu dice:
“Mira esa manera en la que ese maestro de qigong con futi de zorro come el pollo: simplemente lo devora como un lobo y lo traga como un tigre, ni quiere escupir los huesos”. (Zhuan Falun, Séptima Lección)
Sentí que mis intestinos se movían con fuerza y mi vientre se ondulaba. Experimenté el poder de estudiar el Fa concentradamente por primera vez, y entendí la seriedad de estudiar el Fa. Acostumbraba estudiar el Fa todos los días, pero en realidad no entendía el Fa. Me di cuenta de que las malas sustancias que se habían originado por mi apego a la comida fueron limpiadas.
Me di cuenta de que la razón por la que no había podido estudiar la Ley con una atención sin división, además de los malos pensamientos, nociones y deseos de la gente común, era la interferencia de los seres de otras dimensiones. Cuando estos seres interferían conmigo, los tomaba como a mí mismo. Así que no los rechazaba, sino que les seguía la corriente y los consentía. Estos seres tenían miedo de ser destruidos o transformados, así que hacían todo lo posible por confundirme. Me dije que no me dejaría engañar más, porque ellos estaban allí para destruirme.
Miré más hacia dentro y busqué las razones por las que no podía concentrarme mientras estudiaba el Fa. Me remonté a mi infancia, cuando tenía el deseo de ser reconocido y alabado, por lo que quería hacer las cosas rápido para terminar antes que los demás. Tenía el deseo de presumir y buscar fama, así como envidia, mentalidad de pelea, vanidad, etc. Estos malos hábitos que me formé en la infancia los había traído sin saberlo a mi estudio del Fa.
Escribí mi experiencia personal para recordarme, que debo estudiar el Fa con una mente recta y una atención sin divisiones y mantener pensamientos rectos en todo momento.
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