(Minghui.org) Soy una estadounidense que comenzó a practicar Falun Dafa en la primavera de 2018. Sé que estoy entre los seres más afortunados, y estoy muy agradecida por esta rara y preciosa oportunidad.
Las cosas están cambiando rápidamente en el mundo, y cada vez más personas están interesadas en aprender sobre Falun Dafa. En honor al Maestro Li Hongzhi que presentó Falun Dafa al público el 13 de Mayo de 1992, para conmemorar este 30.º aniversario, me gustaría compartir un poco de mi historia de cultivación. Tal vez ayude a otros a conocer las maravillas de Falun Dafa.
Descubriendo un tesoro
La primera vez que leí Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa, pensé: "Esto es algo que siempre seguiré".
Aunque había estudiado diferentes religiones y filosofías durante mi larga carrera universitaria, e incluso investigué algunas de primera mano, nada encajaba ni tenía sentido del todo. El budismo fue el que más resonó, pero me dejó con muchas preguntas sin respuesta. Pero después de leer Zhuan Falun, supe que detrás de su portada sencilla y sin pretensiones, estaba el tesoro de los tesoros, que contenía las respuestas que había estado buscando.
Por supuesto, al principio tenía una comprensión muy superficial. No era capaz de ver mis muchos apegos y pensaba: "Menos mal que no tengo que preocuparme por este apego, porque no me pongo envidiosa", o "a este lo tengo controlado, porque nunca he sido competitiva".
Mirando hacia atrás, sonrío a mi antiguo yo. Por aquel entonces yo pensaba: "Verdad-Benevolencia-Tolerancia no serán difíciles de seguir, porque ya hago algunas de estas cosas de todos modos". No podía entender por qué el Maestro hacía repetidos comentarios sobre que la cultivación no es fácil. No sabía que una cosa es entender los conceptos del libro y otra muy distinta es ponerlos en práctica.
Aprender a mirar hacia dentro
Al principio, leí todas las conferencias del Maestro en orden cronológico, de principio a fin, esto ayudó mucho a mi comprensión.
Aun así, al principio me costaba ver mis propios apegos. Sabía que los tenía, pero no sabía cómo identificarlos. Cuando escuchaba a otros practicantes hablar de sus propios apegos, me sorprendía la facilidad con la que compartían estas cosas sobre ellos mismos. Pensaba: "Si tuviera esos malos apegos, no creo que pudiera admitirlos ante otras personas".
Aunque no podía ver mis propios apegos, podía ver los de los demás con bastante claridad. Incluso a veces me preguntaba por qué una persona no podía ver su propio apego o noción, cuando era tan obvio lo que era. Entonces, un día, ¡me di cuenta! Los apegos que veía en los demás eran, de hecho, un reflejo de los apegos que yo tenía. Fue una "bombilla" que me ayudó a aprender a mirar hacia dentro.
El otro obstáculo era no querer admitir que tenía apegos, ni siquiera a mí misma, especialmente si los consideraba realmente malos o vergonzosos. Si los admitiera, significaría dejar de lado las nociones que me había formado de que era una determinada clase de persona, de que quería parecer buena a los ojos de los demás. Sería mirar las partes oscuras de mí que realmente no quería examinar y que normalmente pasaba por alto. Pasaron meses antes de que me diera cuenta de que tenía ese fuerte apego a la fama y la reputación.
Una vez que me di cuenta de esto, pude mirar más profundamente hacia adentro. Fui capaz de admitir mis defectos ante los demás cuando me disculpaba, o cuando hablaba con otros practicantes sobre mis experiencias de cultivación.
Gracias al estudio de las lecciones de Falun Dafa, mi deseo de convertirme en una persona mejor se hizo más fuerte que mi deseo de aferrarme a estas cosas malas. No solo estaba dispuesta a dejarlas ir, sino que después de experimentar lo ligera que me sentía mental y físicamente, y cómo las cosas mejoraban a mi alrededor, vi lo insensato que era aferrarse a ellas.
Reconocer mis apegos
Me resulta bastante divertido que el primer apego que descubrí fue el que estaba más seguro de no tener: el apego a la competitividad. A lo largo de los años, he tenido conversaciones con amigos sobre cómo la gente de la facultad de medicina era muy competitiva, pero yo no lo era. Incluso me enorgullecía de este "hecho". De hecho, este apego estaba tan profundamente arraigado, tan enterrado bajo otros apegos y las falsas creencias que tenía sobre mí, que estaba oculto a mi conciencia.
Recuerdo el día que descubrí este apego y lo sorprendida que me quedé. Me di cuenta de que tenía que vigilar mis pensamientos y acciones para ver si se manifestaba en otras áreas, ¡y así fue! Me sorprendió descubrir cuántas veces al día tenía pensamientos de tratar de superar a otra persona, aunque fuera de una manera pequeña y mezquina. Me di cuenta de que quería ser mejor que los demás, e incluso despreciaba a otros por sus supuestas deficiencias. Al indagar un poco más, me di cuenta de que tenía otro apego que había creído que no tenía: los celos. Me di cuenta de que los apegos de la competitividad y los celos van de la mano, tal y como describe el Maestro.
Estos apegos se me revelaron una y otra vez, mientras trabajo para deshacerme de sus muchas capas. También he llegado a ver muchos otros apegos, como el de ostentar, la pereza, la comodidad, el de tener cosas bonitas, el de querer evitar las dificultades, del resentimiento, del sentimentalismo (sobre todo por mi hijo) y el de la conflictividad, por nombrar algunos.
Otro gran apego que tengo es algo de lo que siempre me he enorgullecido: ser práctica.
El Maestro dijo:
"…como él es astuto, sabe cómo complacer y puede obtener más beneficios, por lo tanto, otros tienen que sufrir más desventajas; por ser astuto, tampoco puede sufrir pérdidas ni llega a perder fácilmente, así que los otros tienen que salir perdiendo. Él le da cada vez más y más importancia a estos pequeños beneficios prácticos, entonces su corazón se hace más y más estrecho; él siente cada vez más que los intereses materiales de la gente común son justamente cosas que no se pueden soltar y entonces considera que él mismo le da importancia a la realidad material; él no sufre pérdidas" (Novena Lección, Zhuan Falun).
Ahora me doy cuenta de que "ser práctica" es una forma de evitar sufrir pérdidas o tener que soportar dificultades. Mantiene la mentalidad atascada en la ganancia personal y la mezquindad, en lugar de ver las cosas de forma amplia y desinteresada, y es una manifestación de estar apegada a la comodidad y querer que las cosas vayan bien y fácilmente.
También he descubierto que los pensamientos por querer una vida fácil y cómoda pueden pasar fácilmente como mis propios pensamientos, aunque son mis nociones y apegos los que hablan. A menudo parecen bastante inofensivos, y a veces incluso pasan desapercibidos o se dejan de lado. De hecho, es por estas razones que estos apegos son algunos de los más peligrosos, y pueden llevarnos fácilmente por el camino de la ruina.
El encuentro con las pruebas
Las pruebas tienen muchas formas y tamaños, pero ya sean grandes o pequeñas, todas forman parte de nuestro proceso de cultivación. Una de mis primeras pruebas de xinxing (carácter moral) me dejó una impresión indeleble y duradera.
Mientras realizaba una visita de bienestar a domicilio para una pareja, el anciano marido dijo que no podía oírme. Intenté hablar más alto, pero se enfadó mucho y me dijo que era una profesional y que debía actuar como tal. Me quedé cada vez más ronca al intentar hablar más alto, y él se irritó cada vez más al no poder oírme. Exasperada, finalmente dije que tal vez deberíamos cancelar la visita y dejar que viniera otra persona porque no podía hablar más alto. Cuando me contestó enfadado: "No, quiero hacer la visita ahora", respiré profundamente y recordé los principios de Dafa.
El Maestro dijo:
"Siendo alguien que refina gong debes, ante todo, ser capaz de no devolver el golpe al ser golpeado ni devolver la injuria al ser injuriado, tienes que ejercer Ren. De otro modo, ¿qué clase de cultivador eres? Alguien dice: «Es difícil llevar a cabo este Ren, tengo mal temperamento». Si tienes mal temperamento, entonces cambia; quien refina gong tiene que ejercer Ren" (Novena Lección, Zhuan Falun).
Mientras él continuaba reprendiéndome acerca de todo, desde mi falta de profesionalismo, hasta pensar que lo sabía todo pero no lo sabía, que era una mala madre y un mal ejemplo para mi hijo, tuve una experiencia que fue igual a la que el Maestro describió en una conferencia de Fa: las palabras del hombre pasaron a través de mí, como una brisa. Pensé: "Podría gritarme todo el día y no me molestaría". Mientras continuaba durante casi cinco minutos, me limité a escuchar pacientemente con una sonrisa, y cuando terminó, simplemente dije: "De acuerdo".
Y entonces, sucedió algo sorprendente. Gracias a que me mantuve impasible y dejé de lado mis apegos a la fama, a escuchar cosas bonitas, a que no me faltaran al respeto, a las discusiones, a la reputación y al ego, la situación a mi alrededor cambió casi instantáneamente. De repente, el hombre pudo escucharme y ya no tuve que gritar durante el resto de la visita.
También cambió completamente su actitud hacia mí y empezó a hablarme con mucha amabilidad. Incluso se quedó conmigo después de la visita médica para compartir historias y fotos de su familia. Experimenté de primera mano el asombroso poder de Dafa, cómo el cambio en mí creaba un cambio en lo que me rodeaba.
Otra prueba llegó cuando, de repente e inesperadamente, me quedé sin trabajo. Al ser el principal sostén de la familia, la situación se prolongó durante muchos meses, lo que supuso una gran presión financiera y causó mucho estrés a mi marido. Mi marido y yo solemos llevarnos muy bien, pero cada vez estaba más irritado y de mal humor conmigo, y me presionaba mucho para que encontrara un trabajo. Finalmente, llegó a un punto en el que posiblemente íbamos a perder nuestra casa y a tener que separar a nuestra familia para ir a vivir con unos parientes.
Fue en ese momento cuando mi coche tenía que ser revisado. Debido a un problema menor con una luz, no pasó la inspección, dejándome sin coche para conducir. Arreglarlo sería muy caro. Un conocido nos dijo que podía ayudarnos a solucionar el problema, ahorrándonos mucho dinero y estrés. Pero yo sabía que había que manejarlo de forma recta y honesta, y me mantuve firme.
Fue una prueba muy difícil porque no sabíamos de dónde íbamos a sacar el dinero para pagarlo. Al final, encontramos a alguien que lo arregló por una fracción de lo que iba a cobrar el concesionario, y pasó la inspección. Como elegí hacer lo correcto, al final se abrieron las puertas adecuadas para resolver la situación.
He tenido muchas otras pruebas, como que mi padre dejara su patrimonio de varios millones de dólares a mi primo, mientras que a mí no me dejó nada. Todo el mundo a mi alrededor decía que era mío por derecho, y que debía contratar a un abogado para luchar por él.
Reconocí esta prueba, y recordé lo que dijo el Maestro:
"Por eso hablamos de seguir el curso natural; a veces piensas que esa cosa es tuya e incluso los demás te dicen que esta cosa es tuya, pero en realidad no es tuya. Probablemente consideres que es tuya, pero en última instancia no es tuya y, en medio de esto, se te pone a prueba para ver si puedes dejarlo o no; si no puedes dejarlo, entonces es un corazón de apego y se tiene que emplear este medio para quitarte este corazón de búsqueda de beneficios, es precisamente esta cuestión" (Séptima Lección, Zhuan Falun).
Esforzarse hacia adelante
La cultivación no es fácil, pero en realidad, es solo que no queremos abandonar nuestros apegos, eso es lo que encontramos difícil.
El Maestro dijo:
"Siendo una persona que realmente tiene el corazón decidido a hacer el xiulian, él es capaz de aguantar; frente a todo tipo de beneficios e intereses, puede dejar este corazón de apego y tomarlo muy ligeramente; mientras pueda realizar esto, no será difícil. La gente dice que es difícil porque simplemente no puede abandonar estas cosas. El método de gong del xiulian en sí mismo no es difícil, y la elevación del nivel en sí misma no tiene dificultad; es simplemente por no poder abandonar el corazón humano que él dice que es difícil. Estando en medio de beneficios prácticos es muy difícil dejarlos, pues este beneficio está justamente aquí" (Novena Lección, Zhuan Falun).
Cuando me encuentro con algo que conmueve mi corazón, o que siento que no puedo dejar pasar, trato de dar un paso atrás y recordar estas palabras. También trato de recordar que debo preguntarme cuál es mi motivación y abordar las cosas con un corazón puro, en lugar de corregir un apego con otro.
A veces me va mejor, pero siempre me recupero y sigo intentándolo, eso es cultivación.
Sé que a medida que más personas aprendan Dafa, también experimentarán su magnificencia. Ellos son los afortunados, porque es un camino para regresar a su verdadero ser, y regresar a su verdadero hogar.
Gracias al benévolo Maestro todos los seres del universo están recibiendo esta oportunidad sin precedentes. Asegurémonos de no desperdiciarla.
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