(Minghui.org) Aunque tengo más de sesenta años, tengo mucha energía y mi cuerpo está relajado y ligero. Antes de que nuestro apartamento tuviera un sistema de calefacción, quemábamos carbón en invierno. Así que durante más de diez años subí carbón desde el sótano hasta el tercer piso todos los días. Todos los vecinos me admiraban por mi buena salud. Esto era algo que no podía hacer antes de practicar Falun Dafa. Todos mis vecinos fueron testigos de lo maravilloso y sobrenatural que es Dafa, y dijeron: "Falun Dafa es bueno".
Mi vida, sin embargo, era muy diferente antes de practicar Dafa. Era débil desde niña y tenía un sistema inmunológico débil, por lo que enfermaba a menudo. Mis padres me malcriaban debido a mi mala salud. Todos estos factores me convirtieron en una persona obstinada y egoísta.
Después de casarme, me metí en muchos problemas por mi mala salud y mi personalidad egocéntrica. Mi trabajo me cansaba física y mentalmente, por lo que no quería hacer nada al llegar a casa. Además, no era buena haciendo las tareas domésticas y me quejaba cuando tenía que hacerlas. A mi marido no le gustaba oírme quejarme porque él también estaba cansado después de un día de trabajo. Así que a menudo nos peleábamos por estas cosas triviales.
En aquella época yo era muy dominante. No me importaban los sentimientos de los demás cuando me enfadaba, y a menudo decía cosas hirientes. Mi marido me dijo: "Si seguimos discutiendo así, tendremos que divorciarnos. Olvídalo. Haré más tareas domésticas para hacerte feliz". Sin embargo, la tolerancia de mi marido sólo alimentaba mi egoísmo. Sentía que había ganado y que era capaz.
Aunque llevaba una vida mimada, mi salud empeoró. Sufría dolores de cabeza, mareos, la enfermedad de Ménière, insomnio, problemas ginecológicos, hernias discales, dolor de estómago y arritmia cardíaca.
Los hospitales no podían curar mis enfermedades y no me divertía en la vida. Rara vez iba a los viajes organizados por mi empresa. Cuando tenía que ir, me ponía enferma al llegar al destino. Así que tenía que quedarme en el coche cuando mis compañeros se iban de excursión.
La mayoría de los días estaba de mal humor por mis problemas de salud. Mi hija no tenía un vínculo cercano a mí porque no podía sacarla a jugar. También me tenía miedo porque mi carácter era muy malo. Cuando no estaba contenta con ella, perdía los nervios y le gritaba. Yo no le gustaba a nadie ni en mi casa ni en el trabajo.
Me arrepentía cada vez que perdía los nervios, pero no podía cambiar. Me deprimía. También era muy competitiva y celosa. Estaba dispuesta a jugar duro para conseguir lo que quería. Sentía que mi vida era agotadora y sin esperanza.
Una compañera me prestó un ejemplar de Zhuan Falun en noviembre de 1996. Me dijo que me enseñaría los ejercicios si quería empezar a practicar después de leer el libro. Ojeé el libro y no entendí de qué hablaba. Pero quería aprender los ejercicios, así que le pedí a mi colega que me los enseñara. Cuando se enteró de que no había terminado de leer Zhuan Falun, me dijo que tenía que leerlo primero.
La segunda vez, no pude dejar el libro. Llegué a comprender el verdadero sentido de la vida y aprendí a ser una buena persona. También experimenté milagros al leer Zhuan Falun. Por ejemplo, el pasaje que estaba leyendo se hacía grande y a veces brillaba. Quería estudiar el Fa siempre que pudiera, así que estudiaba en un pequeño almacén durante mi descanso para comer. No tenía ventanas y el interior era frío, con solo una pequeña bombilla. Leía el Fa allí todos los días porque era muy tranquilo. Sorprendentemente, sentía calor mientras leía. Las líneas brillaban como si estuvieran iluminadas por una linterna.
Mientras estudiaba el Fa y hacía los ejercicios, mi cuerpo se liberaba gradualmente de las enfermedades y todos mis problemas físicos desaparecieron. Me sentí muy feliz. No pude expresar mi alegría con palabras.
En aquella época, mi empresa organizó un evento social para subir al monte Tai y ver el amanecer. Condujimos unas siete horas para llegar allí y empezamos a escalar hacia las tres de la madrugada. Yo era una de las tres mujeres del personal que llegó primero, y las otras dos eran más de diez años menores que yo. Volvimos por la noche y trabajamos al día siguiente como de costumbre. Todas mis compañeras decían estar agotadas y se quejaban del dolor de piernas y pies. Pero yo no estaba cansada en absoluto.
Zhuan Falun respondió a todas las preguntas que tenía sobre mi vida. En el pasado, yo era egocéntrica. Nunca pensaba en los sentimientos de los demás. Después de estudiar las enseñanzas, comprendí que debía dejar de lado mi egoísmo y pensar primero en los demás. Me convertí en una persona de trato fácil y me llevaba bien con la gente. Mis amigos, mi familia y mis colegas decían que me había convertido en una persona diferente. Empecé a sentir que mi vida tenía sentido porque podía aportar alegría y felicidad a los demás.
También seguí los requisitos de Dafa en casa. Me volví enérgica, amable y paciente. Hice todas las tareas domésticas que pude. El ambiente se volvió muy armonioso. Después de ver los cambios en mí, mi marido y mi hija me apoyaron en la práctica de Dafa.
Mi hija me dijo: "Ahora me gustas, mamá". Le dije: "Tu madre no era buena en el pasado, ¿verdad?". Mi hija respondió: "Sí, en el pasado te tenía miedo porque eras muy dura conmigo e hiriente, así que te evitaba". Me alegré de que mi hija abriera por fin su corazón y hablara conmigo. Sin embargo, no sabía que, como madre, había causado tanto dolor a mi hija. Si no hubiera aprendido Falun Dafa, ¿cómo habría sido mi vida?
El Maestro salvó mi vida y mi alma. ¡El Maestro es grandioso! ¡El Fa es inmenso! ¿Cómo puedo pagar la bondad del Maestro? Quería que más personas conocieran Dafa y empezaran a practicarlo para que ellos y sus familias pudieran beneficiarse. Empecé a hacer los ejercicios con otro practicante en el parque de nuestra comunidad. Poco a poco, unas 18 personas vinieron y aprendieron Dafa.
También seguí los estándares de Dafa en mi lugar de trabajo, y me tomé los intereses personales a la ligera. Una vez perdimos una caja que costaba 300 yuanes después de que un cliente viniera a recoger su mercancía. Así que puse en secreto 300 yuanes de mi propio dinero para reemplazarla.
Después, el empleado de envíos y recepción vino a verme y me dijo: "¿Por qué has pagado esto de tu bolsillo? Puedo cambiar el disco fácilmente y nadie se dará cuenta". Le dije: "Olvidas que practico Verdad-Benevolencia-Tolerancia. No voy a mentir". Me dijo: "¿Quién no lucha hoy en día por el beneficio material? Solo ustedes, los practicantes de Falun Dafa, pueden hacerlo. ¡Falun Dafa es increíble! Aprenderé más sobre esto". Le presenté Dafa y le presté un ejemplar de Zhuan Falun.
Durante ese tiempo, todo el mundo declaraba más gastos de los que realmente gastaba en sus viajes de negocios. A mí nunca me reembolsaron más de lo que gasté, y siempre me esforcé por ahorrar dinero para la empresa. Iba a pie si el destino estaba a poca distancia. Tomaba un autobús cuando podía, en lugar de un taxi. Así que mis formularios de reembolso eran siempre sencillos. Todo el mundo reconocía mi carácter, y los dirigentes me elogiaban a menudo.
Falun Dafa me hizo pasar de ser una persona egoísta a una persona de alto carácter moral. Después de practicar Dafa, mi temperamento mejoró significativamente. Mis excelentes capacidades, mi tolerancia hacia los demás y mi entusiasmo atrajeron a mis colegas. Ahora la gente está dispuesta a relacionarse conmigo y soy muy popular en mi empresa.
Incluso el jefe de nuestra junta directiva se acercó a mí para saber más sobre Falun Dafa. Le di un ejemplar de Zhuan Falun y él pidió a todos los directivos de mi empresa que lo leyeran. Dijo: "Si todos practicaran Falun Dafa, nuestra empresa tendría más éxito".
Esto es una manifestación de que "La luz de fo ilumina todo, volviendo todo recto, perfecto y brillante" (Tercera Lección, Zhuan Falun).
El Maestro me transformó y me hizo ver la luz y la esperanza en la vida. Quiero compartir mi alegría con todos para que más personas puedan beneficiarse de Falun Dafa.
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