(Minghui.org) Como periodista de Euronews en Afganistán, Maryam Shahi vivió muchas situaciones peligrosas. Aunque no resultó herida físicamente por las explosiones y los disparos que la rodeaban, quedó traumatizada psicológicamente durante años. Para agravar su estrés, cuando llegó la pandemia de COVID, tuvo síntomas de gripe durante tres meses.

Durante esos días más difíciles, Maryam oyó hablar de Falun Dafa a través de un vídeo que circulaba por las redes sociales. La historia de la milagrosa recuperación de una persona con COVID la hizo sentir curiosidad por la práctica. "La historia me inspiró mucho", recuerda. "Fue como si al final de la vida viera una puerta a un nuevo futuro".

Maryam quiso compartir su historia.

Maryam Shahi trabajó como periodista de Euronews en Afganistán.

Experiencia traumática

Para informar sobre una concentración y una marcha de protesta en Kabul, la capital de Afganistán, Maryam fue a una plaza pública para grabar un vídeo. "Recibí una llamada telefónica de un editor francés de noticias", recuerda. "Me pidió que entrevistara a un miembro del consejo supremo de una organización que participaba en la manifestación".

Ella no lo sabía, pero esa llamada le salvó la vida. "Para poder entrevistar al miembro del consejo tuve que salir de la multitud y situarme en un lugar menos ruidoso", explicó Maryam. "Pero a los dos minutos de la entrevista, se produjo una explosión y luego una segunda explosión en el lugar exacto donde me encontraba antes".

Mientras se apresuraba hacia una pared para protegerse, las ametralladoras comenzaron a disparar a los manifestantes desde un lugar oculto no muy lejos de ella. "Pensé que los terroristas podrían dispararme", añadió, "pero de alguna manera sobreviví al incidente".

Pero la trágica escena le causó un trauma duradero, tanto física como mentalmente. "Dos meses después empecé a tener una grave falta de aire", dijo. "Luego empecé a tener síntomas de enfermedad cardíaca y graves dolores abdominales que duraron meses".

Estos síntomas subían y bajaban de intensidad. Los médicos de Kabul dijeron que eran causados por el estrés y recetaron sedantes. Los medicamentos solo aliviaban el dolor, pero no lo hacían desaparecer. En 2018 fue a Irán para recibir tratamiento. "Un psiquiatra dijo que tenía un trastorno de estrés postraumático (TEPT) y tuve que tomar antipsicóticos durante seis meses", cuenta.

Una voz desde el corazón

Maryam sigue sufriendo depresión, aunque no tan grave como antes. "Cuando leí sobre la contaminación de los recursos naturales y cómo se está deteriorando el sistema ecológico de la Tierra, sentí que la Tierra se estaba muriendo", explicó. "Estaba muy preocupada por el futuro y las generaciones futuras".

Sin embargo, en su corazón siempre tuvo un sentimiento, como si tuviera algo importante que hacer. "Tuve ese pensamiento durante años, aunque no sabía exactamente qué debía hacer. Pero las principales decisiones de mi vida se tomaron basándose en esa voz que venía desde mi corazón".

Quería seguir la voz, pero no sabía exactamente cómo. Los amigos que la rodeaban compartieron sus experiencias. Le sugirieron que se centrara en el trabajo y aprendiera inglés para poder ganar más dinero o encontrar un trabajo como funcionaria del gobierno. "Pero no entendieron que eso no era lo que yo quería", explicó Maryam.

Con el paso del tiempo, se encontró a la deriva. Sentía que estaba perdiendo el control de sí misma. "Cuando me sentía triste, perdía fácilmente la paciencia", dijo: "me volvía irritable y a menudo descargaba mi ira sobre las personas cercanas a mí".

Un día, a principios de 2020, Maryam tuvo un sueño. "Era como si me deslizara sobre ruedas. La velocidad aumentaba y perdía el control", recuerda. "Luego, en un punto de inflexión, una fuerza me empujaba hacia atrás y me detenía. Me desperté asustada: si esa fuerza no me hubiera detenido, habría caído por ese precipicio".

No supo el significado de ese sueño hasta varios meses después.

Encontrar la esperanza en los días más difíciles

Cuando la primera oleada de COVID-19 llegó a Afganistán en marzo de 2020, Kabul aplicó medidas de aislamiento. "Estaba preparando mi tesis de graduación para el máster, por lo que estaba sometida a una intensa presión mental", continuó.

Durante los tres meses siguientes, todos los días se despertaba tosiendo y le dolía la garganta. Esto sucedía todos los días hasta la noche, lo que la dejaba exhausta. Tomó medicamentos, incluso de origen chino, pero no le sirvieron de nada. "Mi hermana menor tenía vacaciones de verano y se fue con mis padres", cuenta Maryam. "Me quedé sola en casa, me sentí sola y deprimida. Afortunadamente mi enfermedad no era COVID; de lo contrario, podría haber muerto".

Durante esos días difíciles, solía navegar por las redes sociales. Un día vio un vídeo en persa (farsi) sobre la persecución a Falun Dafa en China, pero no terminó de verlo.

Entonces se fijó en un post sobre cómo la gente se recuperaba del COVID recitando "Falun Dafa es bueno" y "Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". "Aunque no tenía el virus, sentí curiosidad y me pregunté si esto podría ayudarme: llevaba meses sufriendo así, pero ninguna de las medicinas que tomaba hizo alguna diferencia". Maryam pensó: "Probaré esto porque no hay nada que perder".

Esa mañana empezó a recitar las frases en persa. "Después de unos minutos, empecé a estornudar y sentí que mi cuerpo ya no era tan pesado", explicó. "Cuando recité las frases por la tarde empecé a estornudar de nuevo. Mi cuerpo se volvió más ligero y me sentí muy cómoda".

Para saber más sobre Falun Dafa, se puso en contacto con un practicante cuya información encontró en un sitio web de Falun Dafa. "Con su ayuda, me descargué Zhuan Falun y la música para los cinco juegos de ejercicios", dijo.

Nuevos entendimientos

La primera noche que leyó Zhuan Falun fue memorable y Maryam dijo que estaba demasiado emocionada para dormir. "Mi mente se purificó. El contenido del libro también me hizo replantearme los conocimientos que había aprendido en la escuela, así como las religiones", dijo. "De hecho, descubrí que algunos principios que había aprendido en la vida coincidían con las enseñanzas de Falun Dafa".

Durante esos días bajo la política de permanecer en casa, pasó muchas horas leyendo Zhuan Falun y haciendo los ejercicios todos los días. "A veces, incluso cuando estaba medio despierta, podía sentir que el Maestro Li (fundador de Falun Dafa) estaba purificando mi cuerpo y ayudándome a mejorar en la cultivación", recordó Maryam.

(Continuara)

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