(Minghui.org) Nací en 1944 en la zona rural de la ciudad de Changchun, en la provincia de Jilin. Mi abuelo tenía algunas tierras y una planta de procesamiento de grano. Después de que el Partido Comunista Chino (PCCh) tomara el poder en 1949, fue clasificado como terrateniente y capitalista. Toda la propiedad familiar fue confiscada por el gobierno. Para ganarse la vida, mi familia se vio obligada a mudarse y nos instalamos en la provincia de Hebei.

Debido a la pobreza, no podía permitirme ir a la escuela. Los demás niños se burlaban de mí porque mi estilo de vida y mi acento eran diferentes a los suyos. Me sentía molesta y no hablaba mucho. Mis padres no podían entenderlo y me llamaban "pequeña tonta". Para empeorar las cosas, tenía una enfermedad que los lugareños llamaban "cuello hinchado". Más tarde supe que la enfermedad se llamaba en realidad hipertiroidismo. Después de casarme, la enfermedad empeoró y afectó a mi corazón, lo que me provocaba un shock de vez en cuando. Una intervención quirúrgica en el hospital no ayudó y, en cambio, casi me quita la vida. Pero al final sobreviví.

Entonces se produjo el terremoto de Tangshan en 1976. Aunque los científicos habían detectado señales con dos semanas de antelación, los funcionarios de varios niveles decidieron ignorarlo siguiendo una orden de Beijing. Unas 240.000 personas perdieron la vida, incluido mi marido. Yo sobreviví, pero acabé con fracturas óseas en la parte baja de la espalda, la pelvis izquierda, el brazo y el cuello. También me quedé ciega del ojo derecho.

Un ejemplo viviente

Aunque el terremoto me dejó semidiscapacitada, todas las enfermedades desaparecieron cuando empecé a practicar Falun Dafa en 1997.

Ahora, a los 78 años, estoy en plena forma y saludable. La gente a menudo me confunde con alguien de solo 60 años por mi agilidad al caminar. Cuando voy en bicicleta, parece tan fácil como si alguien me empujara desde atrás.

Sigo practicando los ejercicios de Falun Dafa por la mañana temprano, salgo a concienciar sobre la persecución a la práctica por parte del PCCh después del desayuno, preparo materiales para su distribución después del almuerzo y estudio las enseñanzas de Dafa por la tarde, para alinearme mejor con los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. La vida es sencilla y productiva.

Cuando hablo con la gente, a menudo explico lo que es Falun Dafa y cómo el PCCh inventó mentiras para difamar la práctica. La gente a menudo se sorprende por mi edad, ya que parezco mucho más joven. Les cuento cómo Falun Dafa me hizo pasar de ser una persona semidiscapacitada a alguien totalmente sana.

Por ejemplo, la práctica curó mi hipertiroidismo y nunca he necesitado medicación en los últimos 25 años. Además, los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia ayudan a las personas a ser mejores ciudadanos y a que nuestra sociedad sea un lugar mejor.

A lo largo de los años, nadie me dijo malas palabras ni me denunció a la policía. Por supuesto, hubo algunos que no creyeron lo que dije. Pero no me desanimé en mis esfuerzos por concienciar sobre la persecución.

Cada vez que salgo a hablar con la gente, siempre me visto bien y con pulcritud, y actúo como dijo el Maestro Li (fundador de Falun Dafa): "Si mantienes en todo momento un corazón misericordioso y una actitud serena y pacífica, al encontrarte con problemas podrás actuar bien, porque eso da espacio para amortiguar" (Cuarta Lección, Zhuan Falun) De este modo, no tengo miedo y hablo con la gente suavemente como si fuéramos buenos amigos. Empezando por los asuntos de la vida cotidiana, normalmente puedo descubrir las cosas que les interesan para hablar de ellas y luego llevarlas gradualmente al tema de Falun Dafa. El efecto ha sido bueno.

Comentarios positivos

Un día hablé con una mujer en un supermercado. Al enterarse de la brutalidad y las mentiras del PCCh, decidió renunciar a las organizaciones del régimen.

Nos volvimos a encontrar más tarde y se alegró mucho de verme.

"Después de hablar contigo la última vez, cuanto más pensaba en lo que me dijiste, más sentido tenía para mí", me dijo: "También he hablado de lo que me dijiste con mi hijo, que es piloto y miembro del PCCh. ¿Podrías ayudarle a renunciar al PCCh también?".

En otra ocasión, la compañera practicante Ling y yo salimos de unos grandes almacenes. Yo estaba delante y ella hablaba sobre Falun Dafa y la persecución con una compradora.

"Yo ya renuncié al (PCCh) hace mucho tiempo", me señaló la compradora mientras decía: "Ella [yo] me lo contó y me explicó muy bien las cosas".

Un día del mes de enero vi a un hombre eligiendo unas manzanas para comprar en un supermercado. Me acerqué a él y entablé conversación. En ese momento, una mujer joven también se acercó a nosotros. Después de elegir unas manzanas, me las dio y me dijo: "Estas son buenas". Luego se alejó.

Después de charlar con el hombre, encontré a la mujer en la tienda y le di las gracias por haber escogido manzanas para mí.

Justo cuando estaba a punto de mencionar a Falun Dafa y al PCCh, la mujer sonrió y dijo: "Tía, ¿recuerdas que hemos hablado de esto antes y que me diste el seudónimo de Xin Yu para renunciar a las organizaciones del PCCh?".

"Por eso elegí las manzanas para ti", añadió. "Sé que estabas concentrada en hablar con el hombre y no prestabas mucha atención a las manzanas...".

"Por cierto, ¿renunció ese señor a las organizaciones del PCCh?", preguntó.

"Sí, lo hizo", respondí.

Nos miramos y ambas nos reímos: la vida es tan amable.

Hay muchas historias de este tipo. Cuando explico lo que significan para mí los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, la gente puede identificarse con los principios y ver que el PCCh no debería perseguir a un grupo pacífico como Falun Dafa. Algunos de ellos me pidieron mi información de contacto para seguir en comunicación.

"Recuerden las frases 'Falun Dafa es bueno' y 'Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno', entonces serán bendecidos con salud y seguridad", les digo a menudo.

"¡Claro que sí! Seguro que lo guardaré en mi corazón", responden muchas personas.

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