(Minghui.org) Soy jubilado de una gran empresa estatal. Aunque he estado practicando Falun Dafa durante 28 años, todavía recuerdo la alegría que sentí cuando entré por primera vez en la práctica de cultivación.
La persecución sin precedentes a Falun Dafa comenzó el 20 de julio de 1999 y ha continuado durante más de 20 años. La crueldad de esta persecución es inimaginable. A pesar de ello, no he renunciado a mi fe. Me he cultivado igual que el primer día que empecé y nunca he vacilado en el camino de la cultivación hasta el día de hoy.
He puesto en práctica los principios de Dafa convirtiéndome primero en una persona amable con altos estándares morales y luego en un cultivador que camina por un sendero divino.
Asistiendo a la clase del Maestro
Yo estudiaba combate en una academia deportiva militar y me entrené en las artes marciales tradicionales del sur durante tres años. Era valiente y despiadado. Contando con el apoyo de los instructores militares, a menudo participaba en peleas externas y hacía muchas cosas malas.
Algunos amigos me aconsejaron que asistiera a la clase del Maestro Li Hongzhi (fundador de Falun Dafa) a principios de 1994. Un amigo dijo que después de practicar Dafa, su ojo celestial se abrió y pudo ver un Falun girando. Tenía mucha curiosidad, así que asistí a la tercera clase del Maestro en Guangzhou.
Antes de que comenzara la clase, me encontré con el Maestro Li en la entrada del auditorio. El Maestro era alto, guapo, tranquilo y compasivo. Me quedé deslumbrado junto al Maestro, y tuve la sensación de que había estado esperando ese momento durante mucho tiempo, que lo había estado buscando una vida tras otra.
Durante la clase, podía sentir un gran Falun sobre mi cabeza que giraba como un ventilador de alta velocidad, pero no podía tocarlo. A veces el Falun se convertía en dos. Daban vueltas desde mi cabeza hasta los dedos de los pies, luego pasaban del cuerpo a los brazos y giraban en el centro de las palmas de las manos. También había un Falun del tamaño de un cuenco girando en mi bajo vientre, y me sentía muy relajado.
Al final de la clase, mi cabeza estaba vacía, y el mundo a mi alrededor parecía estar vacío. Cuando era joven, me encantaba escuchar a mi madre contarme cuentos de hadas, y a menudo pensaba: "¿De dónde viene la vida? Mi madre acabará dejando este mundo algún día. Ni siquiera puedo conservar a las personas más cercanas a mí. ¿Qué estoy esperando aquí?". Lloraba, pero nunca me atrevía a decírselo a los adultos. No era una persona sentimental, pero siempre existía en mí esa tristeza inexplicable. Ese día comprendí de repente que lo que estaba esperando era a Dafa y al Maestro Li.
Cuando empecé a practicar Falun Dafa, la mayoría de los otros practicantes llamaban al Maestro "Shifu". Pero yo siempre lo llamaba Maestro. En realidad no sabía por qué. Yo simplemente quería practicar la cultivación con el Maestro.
Desde que he practicado Dafa, mi salud ha sido buena. Cuando montaba en bicicleta, sentía como si me empujaran por detrás, y no me sentía cansado en absoluto cuando tenía que trabajar en los turnos de noche. Estaba lleno de energía todos los días. Mi corazón estaba tranquilo y ya no era despiadado. No volví a intimidar a nadie y ya no me importaban los beneficios personales.
Muchos de mis compañeros de trabajo vieron los enormes cambios que se produjeron en mí en tan poco tiempo y también empezaron a practicar Dafa.
Estaba en un tren con mi esposa, y había dos jóvenes que ocupaban dos filas enteras de seis asientos. Le pedí amablemente a uno de ellos que se sentara. Él cedió de mala gana medio asiento, pero maldijo en voz baja. Yo solía ser muy agresivo y competitivo, y mi ira empezó a hervir. Justo cuando estaba a punto de ir contra él, me vino a la mente el Fa del Maestro:
“¿Qué es un corazón de gran Ren? Siendo alguien que refina gong debes, ante todo, ser capaz de no devolver el golpe al ser golpeado ni devolver la injuria al ser injuriado, tienes que ejercer Ren. De otro modo, ¿qué clase de cultivador eres?” (Novena Lección, Zhuan Falun)
Pensé: "Ahora practico Falun Dafa y debo considerar la tolerancia. No es bueno luchar". Me contuve y me sentí muy relajado cuando bajé del tren. Aprendí que al dar un paso atrás, efectivamente todo se abría.
Cultivar Dafa a pesar de la persecución
Por celos, Jiang Zemin, exjefe del Partido Comunista Chino (PCCh), utilizó los recursos de todo el país para iniciar la persecución a Falun Dafa el 20 de julio de 1999. Innumerables familias han sido destrozadas y los practicantes han sido recluidos en centros de lavado de cerebro, campos de trabajo forzado y prisiones.
Yo también fui muy perseguido. En el trabajo, por ser firme en mi creencia en Falun Dafa, me trasladaron de un puesto muy fácil a otro duro, sucio y agotador. El secretario del PCCh me dijo que tendría suerte si lo soportaba durante tres meses. Luego iría a verlo y admitiría mi error. Permanecí en ese departamento hasta que me retiré.
En los primeros días de la persecución, fui muchas veces a Beijing para hacer una apelación en favor de Dafa y cada vez fui detenido. Los dirigentes donde trabajaba fueron criticados por sus superiores, y tuvieron que acompañar a la policía a Beijing para traerme de vuelta. Sabía que el secretario estaba bajo mucha presión.
Me dijeron que fuera a su despacho y me obligó a presentarle la renuncia. Después de entregarle mi carta de renuncia, discutió conmigo si estaría bien no mencionar a Falun Dafa en la carta. Me negué, porque no se ajustaba a los hechos. Me encantaba mi trabajo, y mi rendimiento era reconocido por todos mis compañeros. No tenía malos hábitos, y mi única razón para dejar el trabajo era la persecución del PCCh. Los dirigentes estaban bajo presión, y yo no quería implicarlos. El secretario no tuvo nada que decir, guardó en silencio mi carta en el cajón y no volvió a hablar de mi dimisión.
En 2001 fui a Beijing para hacer una apelación a favor de Falun Dafa y entregué una carta sobre la grandeza de la Dafa. Cuando volví a casa, la policía quería arrestarme, así que me vi obligado a salir de casa. Cuando pasé por el mercado, me emboscaron siete u ocho agentes de civil que saltaron y me sujetaron, mientras gritaban: "¡Ladrón!". Varios guardias de seguridad del mercado se abalanzaron sobre mí. Les dije: "¿Parezco un ladrón? Soy una buena persona, pero esta mala gente me atacó". Los guardias de seguridad iban a detenerlos. Al final, esos tipos sacaron sus carnets de policía y me calumniaron, diciendo que reunía a la gente en el mercado para alterar el orden público.
Tras un mes de detención ilegal, me llevaron a un campo de trabajo forzado y me liberaron un año después. Como no me "transformé", me dieron un mes más en el campo de trabajo. El día que salí, para intimidar a los demás practicantes de Dafa del lugar, los guardias me esposaron, me quitaron la ropa y me humillaron en el campo.
Me llevaron a un centro de lavado de cerebro, pero nadie se lo dijo a mi familia. Nos ordenaron hacer árboles de Navidad artificiales todos los días. Nos negamos a trabajar, así que cerraron la puerta para mantenernos en la habitación. Hicimos una huelga de hambre para protestar por la persecución. Hice una huelga de hambre durante más de 20 días y me llevaron al Hospital de la Policía Armada para que me hicieran una infusión. Perdí mucho peso y estaba muy delgado, pero seguía hablando con la gente sobre la belleza de Dafa.
Un día una enfermera me preguntó: " ¿Eres abogado? ¿O tienes un título superior? Lo que has dicho tiene sentido, y ninguno de esos oficiales podría ganar en una conversación contigo". Le dije que no era abogado ni académico; ni siquiera me había graduado en la escuela secundaria. Pero yo estaba diciendo la verdad y ellos estaban diciendo mentiras. Cuando terminé la huelga de hambre y estaba a punto de salir del hospital, el médico militar que me atendía cruzó el pasillo, ignoró a los guardias del centro de lavado de cerebro y me estrechó la mano. Los guardias parecían avergonzados.
Como los corazones de los practicantes en el centro de lavado de cerebro estaban unidos, pudimos cambiar el ambiente. Todos los días hacíamos los ejercicios de Dafa y leíamos libros de Dafa, y mi salud se recuperó rápidamente. Durante el tiempo en que la persecución en China era más severa, este centro de lavado de cerebro liberó a todos los practicantes incondicionalmente uno tras otro. Cuando me liberaron, la gente de mi lugar de trabajo y mi familia vinieron al centro de lavado de cerebro a recogerme. Volví al trabajo, recibí mi salario completo y la bonificación de ese mes, e incluso obtuve la bonificación trimestral completa. Sentí que el Maestro siempre estaba pendiente de mí.
En el trabajo, siempre fui entusiasta y trabajador. Soy muy buen cocinero. En vacaciones, me encargaba del comedor. La cocina también refleja la calidad de una persona. No seguí la rutina de un chef de restaurante. En cambio, me basaba en el estilo local y lo ajustaba según las estaciones. A mis compañeros de trabajo siempre les gustaba mi comida. A veces, los jefes de las sucursales superiores venían de visita en vacaciones, y los jefes donde yo trabajaba los invitaban a comer, diciéndoles que yo había cocinado la comida. Todos en el sistema sabían que yo era practicante de Falun Dafa, e incluso cuando me reunía con funcionarios superiores por primera vez, algunos me decían: "Eres un gran cocinero".
Me gusta beber té. La hora del té suele ser cuando la gente se reúne alrededor de la chimenea y habla. De este modo, integré la buena comida, el té y la narración de historias sobre los practicantes de Falun Dafa en un mismo entorno, y mucha gente se benefició de ello.
Tres milagros
Siempre me he sentido físicamente fuerte durante mis 28 años de cultivación. Parezco más joven que mi edad real, y nunca he tenido la necesidad de tomar ningún medicamento. Cuando ocasionalmente no me sentía bien, me aseguraba de hacer los ejercicios, leer mis libros de Dafa y mirar hacia adentro para ver y corregir cualquier cosa que no cumpliera con los estándares de un practicante de Dafa. El malestar desaparecía rápidamente. Desde que empecé a cultivar, me han sucedido muchas cosas sorprendentes.
La hemorragia nasal se detuvo
Alrededor de las 8 de la tarde de una noche de verano de 2017, mi nariz empezó a sangrar de repente. Intenté detenerla con una toalla de papel, pero siguió sangrando abundantemente. La sangre me ahogaba y tenía que tragar bocanadas de sangre una y otra vez. Pero no me asusté. Quería hacer los ejercicios, pero la sangre seguía fluyendo. Quería estudiar el Fa, pero mi boca estaba llena de sangre. Tuve que pedir a mi familia que me leyera Zhuan Falun. Mi esposa (una compañera practicante) no dejaba de limpiarme la sangre de la nariz. Todos estaban muy nerviosos. Mi hijo estaba leyendo el Fa en voz alta y leía las palabras equivocadas. Les dije: "No estén nerviosos. Yo estoy bien. Tenemos al Maestro, y el Maestro está a nuestro lado. Reproduzcan la conferencia de nueve días del Maestro en Guangzhou para mí". Al ver que estaba tranquilo, mi familia también se calmó. La hemorragia disminuyó y se detuvo por completo un poco después de la medianoche.
Al día siguiente, me levanté y miré el recipiente de la noche anterior. Me sorprendió ver la cantidad de sangre que había en ella. Quise hacer una foto para enseñársela a mis compañeros de trabajo y a mis amigos, pero no lo hice porque me preocupaba que pudiera ser demasiado molesto para algunas personas. Junté las palmas de las manos para dar las gracias al Maestro por ayudarme a limpiar mi cuerpo. Hice los ejercicios y estudié el Fa como de costumbre ese día, y por la noche trabajé mi turno nocturno normal.
Se lo conté a mis compañeros de trabajo y todos se asombraron de que, después de sangrar tanto, siguiera teniendo el mismo aspecto. Sin tratamiento alguno, pude ir a trabajar como si no hubiera pasado nada. Les pareció un milagro.
Costillas rotas que se recuperan al hacer el primer ejercicio
En 2007 trabajaba en el departamento de construcción. Había muchos equipos de construcción privados y yo estaba a cargo de la seguridad. Una noche, estábamos trasladando una tubería de comunicación para cruzar la vía férrea. Íbamos en un camión de 1,75 toneladas totalmente cargado de arena, cemento y ladrillos. Había dos filas de asientos en la cabina y, al ver que ya estaba llena, le dije al conductor: "Iré andando al sitio".
Pero un tipo de la primera fila se apretó para hacer sitio y me dijo: "Vamos. Solo necesitamos uno más, y ese eres tú". Esas palabras me dieron escalofríos, porque me sonaban muy familiares. Entonces me acordé de algo que ocurrió en Europa: un hombre iba a tomar el ascensor, pero ya estaba lleno, así que decidió esperar al siguiente. Alguien en el ascensor le dijo: "Solo necesitamos uno más, y ese es usted". Sin embargo, no entró, y cuando las puertas del ascensor se cerraron, éste cayó repentinamente al fondo, lo que provocó la muerte de todos los que estaban dentro.
Estaba dudando cuando la persona que estaba dentro dijo: "Vamos. Tenemos prisa". Así que subí a la cabina y me senté junto a la puerta del lado del pasajero. El camión se dirigió lentamente hacia la obra. Teníamos que ir cuesta abajo y girar a la derecha en el cruce. De repente, sentí como si me lanzaran al aire y vi las farolas al revés. Grité la fórmula para enviar pensamientos rectos: "¡El Fa rectifica el cosmos, el Mal es completamente eliminado!". Oí un fuerte ruido seguido de un raspado. Resultó que el camión había girado, volcado y caído sobre su lado derecho.
Yo estaba junto a la puerta, por lo que me encontraba en la parte inferior, y dos trabajadores estaban encima de mí. El conductor estaba asustado. Estaba en la parte superior, por lo que estaba bien, y tenía las manos firmes en el volante. Yo no podía moverme. El conductor oyó mi voz y dijo a todos que subieran y salieran.
Cuando salimos, vi que el camión no había sido cargado correctamente. La parte trasera era mucho más pesada que la delantera. Estábamos en una zona urbana muy transitada, y si el camión hubiera entrado en la intersección, las consecuencias podrían haber sido desastrosas. Pero de alguna manera el camión había dado la vuelta. El conductor no lo hizo porque no podía reaccionar tan rápido. Grité a todos: "¡El Maestro de Falun Dafa acaba de salvarnos a todos!". Todos los trabajadores me habían oído aclarar los hechos sobre Dafa antes, y todos respondieron: "¡Sí!".
Pronto aparecieron coches de policía, camiones de bomberos, ambulancias y una grúa. Los cinco trabajadores fueron llevados al hospital.
El motor del camión seguía en marcha y la gasolina se había derramado por todas partes. Nadie se atrevía a acercarse, pero había que apagar el motor. Pensé: "Soy practicante. Debería estar bien". Subí a la cabina, apagué el motor, saqué la llave y saqué los objetos personales de la cabina. Esperé a que se llevaran el camión y luego regresé a pie.
A la mañana siguiente, no podía levantarme de la cama. Tenía el lado derecho del cuerpo hinchado y muchos hematomas. Me costaba respirar. Las costillas del lado derecho sobresalían y me dolía el pecho al moverme. Como había tenido un entrenamiento militar en el pasado, sabía que tenía costillas rotas. Me tuvieron que ayudar a salir de la cama.
Volví al trabajo dos días después. Me dolía mucho después de caminar por la obra, así que volví a la oficina. Todos mis compañeros de trabajo me llamaron tonto. Uno de ellos dijo: "¿Por qué has vuelto al trabajo? Uno de los chicos de atrás tenía una fractura en la espalda y fue operado. Tendrá más de seis meses de baja, totalmente pagados. Además, le subvencionarán 8.000 yuanes para gastos extra".
El director me sugirió que fuera al hospital para que me hicieran una tomografía y que lo reportara como lesiones relacionadas con el trabajo. Denunciar una lesión laboral beneficia al empleado, porque la empresa no puede despedirlo por ningún motivo. El empleado puede entonces pedir un cambio de puesto en el trabajo. Pero no beneficia a la empresa, porque se la someterá a una evaluación de seguridad. Yo dije: "No necesito hacer eso. Solo necesito tomarme un tiempo libre para hacer los ejercicios de Dafa".
El director me miró sin convicción y preguntó: "¿Estás seguro de que eso funcionará?". Respondí: "Sí", sin dudarlo.
Durante el tiempo que estuve descansando en casa, las costillas rotas y el lado derecho de mi cuerpo solo me dolían cuando hacía los ejercicios. Los hematomas fueron desapareciendo, pero mis costillas seguían sobresaliendo.
Una mañana, estaba haciendo el primer ejercicio. Al estirar las manos, oí un crujido en la caja torácica. Cuando terminé los cinco ejercicios y me toqué las costillas del lado derecho, parecía que los huesos se habían unido de nuevo. Ya no sobresalían y ya no me dolía. Al día siguiente, cancelé mi permiso pagado y volví al trabajo. Mis compañeros de trabajo me preguntaron cómo me había recuperado, así que les dije: "Haciendo los ejercicios de Falun Dafa". Todos los directores y dirigentes estaban asombrados. Todos hablaban de lo milagroso que era Dafa.
Los síntomas graves de un derrame cerebral desaparecen en menos de un mes
En el otoño de 2019, soñé con serpientes dos veces seguidas. En el primer sueño, llevaba un chaleco amarillo claro con dos agujeros en la parte delantera, y la cabeza de una serpiente salía del agujero de la derecha. En el segundo sueño, una serpiente estaba en el suelo junto a la esquina de una pared. Sabía que algo andaba mal en mi cultivación, pero no podía encontrar lo que era, y no indagué más.
No tardó en deteriorarse mi estado, y empecé a tener síntomas de un ataque. Lo primero que pensé fue: "Soy un verdadero practicante y tengo Shifu, así que no debo tener miedo". Me tranquilicé y miré hacia dentro. Descubrí que tenía una fuerte mentalidad competitiva y que no perdonaba. Incluso después de más de dos décadas de cultivación, mi temperamento aún no era bueno. Me sentí muy avergonzado y admití mi error ante el Maestro.
Luego hice el quinto ejercicio durante una hora. Mi esposa se apresuró a llegar a casa y preparó la cena. Cuando estuvo lista, ella y nuestro hijo intentaron ayudarme a sentarme a la mesa. Pero yo estaba tan débil que no podía sostenerme y seguía resbalando. Cuando tomé el cuenco de arroz, se me resbaló de la mano. Me pesaban los ojos y se me nublaba la vista. Me ayudaron a llegar al dormitorio, con la pierna izquierda arrastrando. Cuando me metieron en la cama, ya me había desmayado. Durante todo ese tiempo, mi mujer y mi hijo siguieron recitando en voz alta: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".
Mi esposa me puso la grabación de audio de las conferencias del Maestro. Luego llamó a varios practicantes de otras provincias para que enviaran pensamientos rectos para mí. También se puso en contacto con practicantes locales para pedirles ayuda. Permaneció tranquila todo el tiempo. En su corazón, seguía pidiendo ayuda al Maestro. Varios practicantes de cientos o miles de kilómetros de distancia enviaron pensamientos rectos para eliminar los ataques a mi cuerpo desde otras dimensiones. Una practicante vio con su ojo celestial una gran serpiente con la boca abierta. Tras un esfuerzo colectivo, pudieron destruir la serpiente.
Casi al mismo tiempo, el practicante Han vino a mi casa. Vino directamente a mi cama y dijo en voz alta: "No puedes estar así. El Maestro quiere que salves a la gente. Hay muchos seres conscientes que esperan que los salves". Lo escuché claramente. Poco a poco recuperé la conciencia, y sentí como si acabara de despertar. Mi esposa me ayudó a ir a la sala de estar y luego me quedé dormido de nuevo. Me desperté en mitad de la noche y quise ir al baño, pero no podía mover el lado izquierdo de mi cuerpo, así que mi esposa tuvo que ayudarme a ir al baño
Como no podía controlar el lado izquierdo de mi cuerpo, seguía resbalando hacia abajo. Mi esposa me dijo: "No puedo sostenerte más. Tienes que levantarte solo".
Pensé: "Sí, tengo que levantarme. No puedo apoyarme en ella así". Inmediatamente sentí que mi pie izquierdo era más fuerte y utilicé la mano derecha para agarrar el marco de la puerta. Entonces pude mantenerme en pie.
Al día siguiente, un compañero practicante vino a hacer los ejercicios conmigo. No podía mantenerme en pie, así que tenía que apoyarme en la pared. Sólo podía mover un poco el brazo izquierdo y lo sentía muy pesado y era agotador. No podía hablar con claridad y no podía sostener el libro Zhuan Falun para leerlo, así que me acosté y escuché las grabaciones de las conferencias del Maestro.
Por la noche, el practicante Han me envió mensajes de texto para animarme. Sabía que no podía admitir la persecución. Me levanté de la cama y dije en voz alta: "¡Puedo caminar solo!". Luego seguí haciendo los ejercicios. Todavía no podía mantenerme en pie de forma estable, así que mi mujer me sugirió que me pusiera de pie junto al armario y ella se pondría a mi otro lado. Así pude hacer el tercer ejercicio.
El director de mi centro de trabajo vino a visitarme y me preguntó: "¿Estás seguro de que te pondrás bien sin ir al hospital?
"Sí", respondí. "Y ni siquiera necesito pedir la baja por enfermedad. Volveré al trabajo después de agotar mis vacaciones normales". Había practicado Dafa durante muchos años, y había lidiado con otras molestias en el pasado. Las había superado todas haciendo los ejercicios, así que tenía plena confianza en Dafa, y sabía que sería capaz de superarlo.
Dudando, el director dijo: "¿Sin ir al hospital ni tomar medicinas, podrás recuperarte solo con la práctica de Falun Dafa? Pero todavía no puedes ni siquiera levantar la mano izquierda".
Inmediatamente me levanté, di unos pasos y dije: "¡Mira!". Levanté ambas manos y las extendí frente a mi pecho. Con ese firme pensamiento, de repente, pude levantar las manos. Todos los presentes, incluido yo mismo, fueron testigos de esta increíble hazaña. Aunque había superado la fase más peligrosa de la tribulación y era capaz de caminar, todavía no me había recuperado del todo, y mi mente seguía sintiéndose embotada. No podía agarrar las cosas con la mano izquierda y tenía la boca un poco torcida. Entonces pasé más tiempo estudiando el Fa y haciendo los ejercicios.
Un practicante anciano vino a visitarme, y yo insistí en acompañarlo a la estación cuando se fue. Mis amigos de mi pueblo vinieron y me pidieron que fuera a ver al médico. Mi mujer dijo que mi recuperación era tan rápida gracias a los ejercicios que ya no necesitaba ir al hospital.
Como había perdido tanto peso, la mayoría de la ropa no me quedaba bien, así que fui a comprar ropa con mi mujer. Cuando me puse delante del espejo de la tienda, mi aspecto era muy diferente al de antes, casi como el de alguien de 70 años. Estaba triste y no quería mirarme más. Quería volver a casa, pero mi mujer insistió en que primero compráramos la ropa.
Cuando empecé a hacer las tareas domésticas de nuevo, solo podía utilizar la mano derecha. Como no tenía sensibilidad en la mano izquierda, a veces tocaba accidentalmente una olla caliente y me quemaba. Poco a poco, pude ir al mercado a comprar verduras por mi cuenta, y mucha gente sabía que me había recuperado gracias a la práctica de Dafa.
Antes de que se acabaran mis vacaciones, mi jefe me llamó para preguntarme cuándo volvería al trabajo y me dijo que pensaba transferirme a un puesto más fácil. Mi hermano se enteró y se enfadó mucho de que mi jefe me preguntara sobre la vuelta al trabajo cuando todavía me estaba recuperando. Mi hermano me dijo que me quedara en casa, pero yo sabía que el director estaba bajo presión, ya que siempre se me había considerado una figura clave a vigilar porque practico Falun Dafa. Le dije al director que volvería en un par de días. El director estaba preocupado por mi seguridad y quería que un coche me recogiera, pero me negué y le pedí a mi esposa que me llevara al trabajo en taxi. El taxi paró en el cruce y yo fui andando a la oficina.
En mi primer día de vuelta, muchos compañeros de trabajo vinieron a verme. Me preguntaron si realmente no había ido al hospital ni había tomado medicamentos y me había recuperado solo con la práctica de Dafa. Los compañeros de trabajo que eran escépticos venían a verme todos los días porque querían ver si Falun Dafa era realmente tan milagroso. Según sus palabras, cada día tenía mejor aspecto que el día anterior. Mi mano y mi pie izquierdos eran cada vez más flexibles, y mi boca pronto dejó de estar torcida.
Mi nuevo puesto era de mantenimiento mecánico. No sabía mucho al respecto, así que intenté aprender todo lo que pude. Empecé simplemente apretando tornillos y no busqué facilidad ni comodidad. Como salía del trabajo más temprano que antes, traté de hacer más tareas domésticas.
Mi sentido del gusto volvió poco a poco, y cociné incluso mejor que antes. Durante la pandemia de 2020, la ciudad estaba bloqueada y me dijeron que no me tomara vacaciones. Mi trabajo principal era cocinar en la cantina. La gente no podía comer junta y tenía que usar palillos de un solo uso y llevar máscaras. Toda la ciudad vivía con miedo al virus. Todos mis compañeros querían estar cerca de mí y creían que los practicantes de Dafa tienen energía positiva.
Uno de mis compañeros de trabajo no quería oírme hablar de Dafa. Tenía insomnio y me preguntó qué podía hacer. Le dije: "Si recitas: 'Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno', te dormirás naturalmente y el virus se alejará de ti".
Más tarde contó a muchos otros compañeros de trabajo que, efectivamente, era capaz de quedarse dormido después de recitar las frases. Renunció al PCCh y a sus organizaciones juveniles.
Observaciones finales
Al recordar mis 28 años de cultivación, estoy infinitamente agradecido al Maestro. Todavía recuerdo que, en noviembre de 1995, algunos de nosotros nos dirigíamos a la ciudad de Harbin. Cuando estábamos esperando en la plaza de la estación de tren de Beijing, el Maestro apareció de repente delante de nosotros. Inmediatamente dejé caer mi equipaje, junté las manos delante de mi pecho para saludar al Maestro y dije: "¡Maestro!". Lloré y no pude decir nada más. Me quedé en silencio junto al Maestro.
El Maestro nos dijo amablemente: "El norte es muy frío. ¿Han traído suficiente ropa?".
Todos asentimos y dijimos: "Sí". El Maestro nos vio entrar en la sala de espera. Después de eso, volvimos varias veces a ver al Maestro y lo vimos todavía de pie allí. En el tren a Harbin, rompí a llorar y no pude calmarme durante mucho tiempo.
Cada vez que pienso en este tiempo con el Maestro, me siento tan feliz y afortunado. Maestro, ¡seguiré cultivándome con diligencia!
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