(Minghui.org) Durante la pandemia, persuadí a algunos clientes para que renunciaran al Partido Comunista Chino (PCCh) en la pastelería donde trabajaba.

Un día, entró una joven con una fruta grande y fresca de durián en la mano. Le pregunté cuánto costaba el durián grande y me dijo que costaba más de 74 dólares (60 libras).

Le dije: "Eso es muy caro. No estoy acostumbrada a comer esto. Quizá un dulce de durián esté bien". Dijo que le gustaba comer durianes y que su valor nutricional era muy alto.

Le dije: "Al oír tu acento, eres de China, ¿no?". Dijo que era de la ciudad de Chongqing y que había venido a Inglaterra a estudiar.

Después de graduarse, encontró un trabajo aquí. Por lo tanto, reside aquí permanentemente.

Le dije: "Eso está muy bien. Muchos estudiantes del extranjero no encuentran trabajo aquí. Debes ser una estudiante muy destacada".

Aclarando la verdad

Al oír lo que le dije, se puso muy contenta. Continué diciendo: "Durante una pandemia así, debemos protegernos bien y esperar que lo divino pueda protegernos".

"Cuando estábamos en China, todos nos unimos al PCCh y a sus organizaciones juveniles que promueven el ateísmo. Incluso dimos nuestras vidas al PCCh. Por lo tanto, habrá peligro en el futuro. ¿Por qué no te ayudo dándote un seudónimo para que renuncies al PCCh? Cuando un humano tiene un pensamiento en su corazón, los Cielos lo saben y protegerán a la gente amable".

Ella dijo: "Vale, vale, gracias". Al final, renunció a la liga juvenil comunista usando el seudónimo que le di.

Después de eso, le dije que como ahora estábamos en el extranjero, éramos libres de escuchar más y aprender más sobre la verdad del PCCh a través de muchos canales.

También le dije que no creyera en la propaganda, la difamación y las mentiras del PCCh sobre Dafa. Ella estuvo de acuerdo con lo que dije.

Renunciando al PCCh

En otra ocasión, entró una señora asiática que hablaba inglés, pero de repente dijo algunas cosas en chino. Le pregunté si era de China y me dijo que sí.

Entonces le dije: "Su inglés no tiene acento chino". Me dijo que llevaba 16 años viviendo en Inglaterra y que su esposo no era chino.

Me preguntó si teníamos pasteles vegetarianos. Le pregunté: "¿Es usted vegetariana? ¿Es usted budista?".

Me dijo que se había hecho budista hacía cuatro años. Le pregunté: "¿Se hizo vegetariana después de hacerse budista?".

Respondió que originalmente no tenía mucha preferencia por la carne. Le dije: "La gente que tiene una creencia normalmente tiene autocontrol en su moral y sus virtudes. Tener una creencia es algo bueno".

"En China, nuestra patria, muchas personas tienen que unirse a organizaciones ateas e incluso tienen que jurar ofrecer sus vidas y trabajar duro durante toda su vida por el comunismo. Esto no es nada auspicioso".

Me dijo que se había unido a la liga juvenil comunista, así que le ofrecí un seudónimo para ayudarla a renunciar, ya que dejarlo le traería protección de los dioses. Ella dijo: "Vale, gracias, gracias".

Una buena persona que disfruta de grandes bendiciones

Un domingo, entró un hombre que hablaba cantonés. Le pregunté si era de Hong Kong. Me dijo que era de Fujian y que ya llevaba 20 años en Inglaterra.

Compró palitos de masa frita, bolas de sésamo y otros artículos que costaban más de 91 dólares (70 libras). Le dije: "Has comprado muchas cosas".

Me dijo que estaba pasando por su sitio de construcción, por lo que estaba comprando estos pasteles para sus trabajadores.

Le dije: "Entonces, debe ser una persona con grandes bendiciones ya que su negocio va muy bien. Está comprando tantas cosas para sus trabajadores; ellos deben estar agradecidos por su generosidad y preocupación y harán bien su trabajo para usted".

Él dijo que sí. Todos hicieron bien su trabajo. Le dije: "Esto va en ambos sentidos. Si eres bueno con ellos, ellos también serán buenos contigo. Harán bien el trabajo".

Me dijo: "Mi mujer me recuerda a menudo que no lo he hecho lo suficientemente bien". Le dije: "Eres muy afortunado por tener una esposa tan amable que te lo recuerda".

Al oírme felicitarle, se puso muy contento. Le dije: "Ahora, durante esta pandemia, espero que una buena persona como tú pueda obtener paz y seguridad. Las personas buenas serán protegidas y cuidadas por el Cielo".

"Cuando estábamos en China, nos unimos al PCCh, e incluso juramos ofrecer nuestras vidas al partido comunista. Este es un voto letal, por lo que debemos anularlo utilizando un seudónimo para renunciar. Lo hacemos para que lo vea el Cielo".

Me dijo que se había unido a la liga juvenil comunista antes, así que le dije que usaría el seudónimo "Fu Da" para ayudarle a renunciar a la liga juvenil comunista.

"Fu Da" significa bendecido y rico, lo que le conviene. Estuvo de acuerdo y me dio las gracias.

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