(Minghui.org) En 2001, la persecución de Falun Dafa en China llegó a la puerta de mi casa, y mi hijo pequeño y yo abandonamos el hogar para evitar ser secuestrados.
Nos quedamos sin hogar y un pariente nos recibió. Al día siguiente, otro pariente me llamó y me dijo que la policía estaba de camino para detenerme, así que tomé rápidamente mis cosas. Con una bolsa en una mano y mi hijo en la otra, salí. Antes de que pudiera salir por la puerta, el asa de mi bolsa se rompió.
En ese momento, oí que el viento empezaba a aullar. En el exterior, el cielo se oscureció de repente y los árboles se balanceaban salvajemente de un lado a otro. Caía una fuerte lluvia y se levantó el viento. El cielo cambio de gris a negro, y empezaron los truenos y relámpagos. Pronto se hizo tan oscuro como si fuera de noche. Todos adentro encendieron sus luces.
Era la primera vez que veía que el día se volvía tan oscuro como la noche. Observé en silencio. Después de un aguacero torrencial, el cielo se despejó. Cuando dejó de llover, apareció un hermoso arco iris. Mi teléfono sonó. Era el familiar que había llamado antes, diciendo: "La policía no viene".
De pie junto a la ventana, me emocioné bastante. El Maestro Li me estaba señalando que no importa cuán mala que sea la situación, la tormenta pasará y el cielo se despejará. También creo que esto ocurrió para mostrar a los malhechores que no deben perseguir a la gente buena.
Un taxista comentó más tarde: "Ha sido aterrador". Dijo que nunca había visto algo así. Él y los demás conductores tuvieron que detenerse para esperar a que pasara la tormenta. "Estaba demasiado oscuro y la lluvia era demasiado fuerte".
No dije mucho. En el fondo, estaba agradecida por la compasión del Maestro y seguía enviando pensamientos rectos.
Días sin hogar
Mis familiares tenían miedo del Partido Comunista Chino (PCCh). Como no quería causarles más estrés, no saqué mis libros de Dafa. En su lugar, enviaba constantemente pensamientos rectos. Al no saber cómo utilizar mi mente de otra manera que no fuera enviando pensamientos rectos, simplemente repetía la fórmula en mi mente. A menudo, lo único que había en mi mente eran las palabras del Maestro Li.
Algún tiempo después, me mudé con otra practicante. Como yo, ella también había tenido que dejar su casa para evitar la persecución. Pasamos un precioso mes juntas. Ella no solo nos ayudó a mi hijo y a mí, sino que mis pensamientos rectos también se fortalecieron.
Mientras leía las enseñanzas de Shifu, una vez dejé caer la cabeza entre las manos sobre el libro y me puse a llorar. A través de una grieta entre mis dedos, vi destacar el carácter "Fo". Se hizo cada vez más grande. Shifu me estaba señalando que cultivarse hasta el estado de Fo (Buda) es difícil.
Shifu nos ha estado protegiendo todo el tiempo. Entonces, ¿de qué tenemos miedo? Desde entonces, la palabra "Shifu" ha tenido un significado totalmente diferente para mí, de tal manera que me convertí en una verdadera discípula de Falun Dafa.
Me di cuenta de que Shifu me protegía incluso cuando no era diligente. Pensé que debía ser necesario que hiciera algo importante. ¿Qué era entonces? A través del estudio del Fa, entendí que necesitaba ayudar a salvar a los seres conscientes.
Aclarando la verdad
El hecho de que mi esposo fuera enviado a un campo de trabajo forzado, y yo me viera obligada a no tener hogar, causó mucho daño a mi familia. No podía hablar de Falun Dafa en público.
Un pariente me ofreció la mitad de su tienda para que pudiera vender mercancía y obtener un ingreso. El mercado mayorista donde compraba artículos para vender abría a las cinco de la mañana, y los compradores tenían que llegar dos horas antes. Antes de que abriera el mercado, otros compradores dormían en sus coches. Aproveché esas dos horas para colocar carteles y folletos de Falun Dafa en un barrio cercano para aclarar la verdad a la gente sobre la persecución.
Una noche oscura, entré en un edificio que parecía un hotel. Puse carteles en el pasillo y dejé algunos folletos. Mientras estaba dentro, sentí curiosidad por el lugar tras cruzarme con personas que llevaban abrigos militares. No fue hasta que pasé por el edificio de día que supe que era una comisaría de policía.
Una vez, mientras me preparaba para salir a repartir folletos, perdí la sensibilidad en la pierna derecha y me caí. Me pregunté: "¿No es seguro salir hoy? No, los tres reinos fueron creados para la rectificación del Fa. Todo aquí es para salvar a los seres conscientes. No se permite que nada interfiera con la misión de un discípulo de Dafa". Entonces me levanté y continué mi día como estaba previsto.
En uno de mis sueños, vi que había hecho una promesa hacía mucho tiempo de salvar a algunos seres conscientes y que había venido a buscarlos en esta vida. Cuando llegué, había montañas cubiertas de espesa nieve. No había nadie, así que llamé desde la cima de una montaña. Cuando los llamé, salieron de debajo del manto de nieve. ¡Qué emocionante era que cumpliera lo que les había prometido!
Sin embargo, mis parientes tenían mucho miedo de que hablara de Falun Dafa en la tienda. Así que quería tener mi propia tienda para poder hablar con más libertad. Mi deseo pronto se hizo realidad; tenía mi propio lugar donde podía aclarar la verdad a los compradores.
El Maestro hace los mejores arreglos
Un grupo de estudiantes de primaria entró en la tienda, y una niña era especialmente traviesa. Miraban a su alrededor, tocando esto y pidiendo aquello, mientras yo intentaba hablarles de Falun Dafa. Me irrité porque sentí que me hacían perder el tiempo.
Me estaba molestando cada vez más, pero rápidamente me detuve y reflexioné. La idea de sentirme molesta era bastante egoísta. Supe que debía dejar de lado mi antigua mentalidad y ser desinteresada. Inmediatamente tuve la sensación de armonizar con el Fa y elevarme. Entonces me di cuenta de que en realidad me caía bien la chica traviesa. Le mostré mercancías que podrían interesarle. Ella tenía una expresión tan inocente. Ella dijo: "Los practicantes de Dafa son diferentes de los demás, ¡son tan agradables!".
Una estudiante de secundaria entró en la tienda con su abuelo. Querían comprar un juguete para su hermano pequeño. A la estudiante no le gustaba escucharme. Le dijo a su abuelo que, aunque la tienda era de primera categoría, era una pena que la dueña practicara Falun Dafa. Su comentario me entristeció. Le pedí a Shifu en mi corazón que la hiciera volver a la tienda para que me pudiera dar otra oportunidad.
Efectivamente, volvió a traer el juguete, quejándose de que no funcionaba. Lo probamos juntas y funcionó bien. Aproveché la oportunidad para hablarle de las bondades de Falun Dafa, y me escuchó. Incidentes como este ocurren a menudo. Mientras mi corazón se comprometa a salvar a la gente, Shifu hará los mejores arreglos.
Mientras mi mente era pura, los carteles que había puesto por la noche se mantenían durante mucho tiempo. Al principio sentí presión cuando salí de casa con muchos carteles y folletos. Sin embargo, se distribuyeron rápidamente. Mientras me dirigía a casa con las manos vacías, pensé en las personas a las que no había podido entregar folletos. Todavía estarían esperando.
Se perdió demasiado tiempo por culpa de la pandemia. Esto me entristeció hasta quedarme dormida llorando por la noche. Al ser nueva en mi barrio, no tenía suficiente valor para distribuir folletos de Falun Dafa durante el día. Al principio, llevaba 10 folletos todos los días para repartirlos en los supermercados cercanos. Con el tiempo, llevaba 30 folletos cuando salía. Se los daba a las vendedoras del centro comercial y los ponía en las puertas de los coches.
Mirando hacia atrás en mi camino de cultivación, perdí mucho tiempo y todavía tengo muchos apegos humanos que necesitan ser eliminados. Me siento frustrada cuando no lo hago bien, y a veces incluso me doy por vencida. Sin embargo, en esos momentos siempre me guía y protege Shifu. Otros practicantes también son de gran ayuda.
Gracias, Shifu. Gracias, compañeros practicantes.
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