(Minghui.org) Recientemente me enteré sobre el arresto de una compañera practicante local. La había visto un par de veces antes. Uno de los encuentros fue hace veinte años, cuando le compré unos productos. Estaba muy feliz con la calidad de los productos. En ese entonces, no sabía que ella era una practicante. La encontré nuevamente hace seis años. Escuché la música de “Pudu” en la calle y seguí la música hasta encontrar su negocio. Sentí una atmósfera apacible y pura allí. Tuvimos una larga charla. Admiré su coraje de abiertamente validar Dafa en su negocio.
Al enterarme de su arresto, continúe enviando pensamientos rectos cada día y también seguí las noticias actualizadas sobre ella en Minghui.
Hoy, decidí ir a su negocio. El negocio estaba cerrado y los bienes estaban todos empacados. Hablé con los dueños del negocio vecino sin revelar mi identidad como practicante. Dijeron que ella tuvo que tomar un descanso por una situación familiar.
Al principio pensé que tenían miedo de hablar sobre su situación, pero luego me di cuenta que estaban haciendo lo mejor por proteger su reputación. Así que le pregunté a la mujer directamente: “¿Tiene ella fe? Recuerdo que ella era una muy buena persona cuando compré en su tienda antes”. La mujer instantáneamente se emocionó, “Ella es una practicante de Falun Gong y por eso fue arrestada”.
Ella me dijo: “Todos los dueños de las tiendas vecinas que la conocen desde hace mucho tiempo la quieren mucho. Ella siempre sonreía a todos, y era modesta y amable. Abría su tienda lo más temprano y la cerraba al último todos los días. Siempre echaba una mano a las personas que necesitaban ayuda. No importa a quién le preguntes por aquí, nadie podría decirte nada malo de ella después de tantos años. ¿Quién más podría decir lo mismo?”.
Continuó diciendo: “Hay tanta gente mala en la sociedad, pero la policía no está haciendo nada al respecto. Pero a una buena persona, con fe, la policía se la llevó. Nadie nos escucha a nosotros, la gente común. No hay futuro. Solo espera la retribución celestial. Toda la gente lo sabe. Miren la pandemia, que es solo el comienzo”.
Mi corazón estaba apesadumbrado por el arresto de mi compañera practicante. Pero también me conmovió la declaración justa de esta mujer, que es un verdadero testimonio de la conducta recta de la practicante.
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