(Minghui.org) "Después de que el médico apagó el respirador y el oxígeno, fui al otro mundo y volví. El Maestro Li Hongzhi, el fundador de Falun Dafa, me salvó. En ese momento no había empezado a practicar Falun Dafa", dijo Sonja, de 62 años, trabajadora sanitaria en Alemania. No podría estar más agradecida: "Me devolvieron la vida".

Después de tener una experiencia cercana a la muerte, Sonja obtuvo una nueva vida y una revelación. Dice que encontró el camino de vuelta a su verdadero hogar.

Sonja, practicante de Falun Dafa en Alemania, le desea al Maestro Li Hongzhi un Feliz Año Nuevo Chino

Muere tras la extracción de una muela

Cuando Sonja se sometió a la extracción de dos muelas del juicio a finales de 1995, sintió que algo iba mal, pero no estaba segura de lo que era. Pocos días después sufría una fiebre que no desaparecía. Fue al hospital y el médico le revisó la boca después de que le dijera que le acababan de sacar las muelas. El interior de la boca estaba negro. Al examinarla más a fondo, descubrió que tenía una infección y que las bacterias ya se habían extendido por todo el cuerpo.

"Varios días después entré en coma. Durante las cuatro semanas siguientes, dependí de un respirador para seguir viva. Los médicos no creyeron que me recuperaría y decidieron desconectar el respirador".

En aquel momento Sonja tenía 35 años y un hijo de 10 años. Tenía muchas dificultades en la vida y su hijo era todo lo que tenía.

Cuando se apagaron las máquinas, Sonja no tenía signos vitales, pero estaba muy despierta en otra dimensión.

Juzgada en la otra vida, una voz compasiva la defiende

"Oí una voz que me decía que me fuera con él. Le dije que no podía porque mi hijo era muy pequeño. Soy lo único que tiene así que tengo que quedarme aquí para cuidarlo", le dije. La voz era cálida y amable pero firme. Me dijo: "Tus pensamientos son correctos aquí, y solo aquí. Cuidaremos de tu hijo mejor que nadie. ¿Vendrás con nosotros?". Con esta promesa, Sonja aceptó irse.

"Entré en un ascensor rápido. Parecía que podía subir mil pisos en un minuto. Entré en una habitación pero no podía ver las paredes. Los rayos blancos y dorados eran brillantes pero suaves. Escuché música y me sentí cálida y contenta. Me sentí como una gota de agua que volvía al océano.

"Estaba en una cámara aislada donde nadie podía entrar. Me sentía protegida y no tenía miedo ni preocupación. Escuché una voz desde una sala del tribunal. La gente estaba escuchando mi caso. Un demandante describía lo terrible que era y enumeraba diez cosas malas que había hecho. Al mismo tiempo, las escenas que describía se proyectaban en una pantalla como parte de la evidencia. Las hice todas, cosas malas grandes y pequeñas. Me sentí tan avergonzada que quise cavar un agujero en el suelo y esconderme. Si fuera un tercero escuchando lo que hice, definitivamente sería castigada.

"La voz terminó, y apareció la voz que me había guiado hasta allí", dijo Sonja. "Sonaba como mi abogado. Dijo que yo era una persona maravillosa y enumeró diez cosas buenas que hice, incluso las pequeñas. De nuevo, todo lo que describía se proyectaba en una pantalla. Algunas de las cosas triviales ya las había olvidado. Después de escuchar su defensa, sentí que lo había hecho bien".

Después de la defensa, Sonja oyó muchas voces que discutían si debían dejarla volver al lugar de donde venía. "No estaban seguros de si lo lograría. Mi 'abogado' volvió a hablar y me di cuenta de que no era solo mi abogado, sino también la persona que tomaba la decisión final. Quería que volviera y continuara con mi vida.

"Me dijo: 'Si estás de acuerdo, puedes volver a tu mundo'. Volver a tu cuerpo y prolongar tu vida es más fácil que dejarte reencarnar. De este modo, podrás lograrlo. Te prometo que esta vez será un éxito".

"¿Lograr qué y qué será un éxito?". Sonja no entendía. Sin embargo, sintió que la voz había penetrado hasta su alma. "En toda mi vida no había sentido una confianza, una esperanza, un calor y una compasión tan profundos. Sentí que estaba salvada y lloré".

En ese momento Sonja estaba de nuevo en el hospital. Abrió los ojos y vio el reloj de la pared. Solo habían pasado diez minutos. Al ver que había recuperado la consciencia y empezaba a moverse, los médicos no daban crédito.

La experiencia cambió a Sonja. "Después de la experiencia cercana a la muerte, me importaban poco los conflictos interpersonales. Mi único deseo era encontrar a la persona que me devolvió la vida, seguir su guía y terminar mi misión. Sabía que lo encontraría porque me permitió volver al mundo".

Encontrar al Maestro y una vida hermosa

En agosto de 1997, Sonja se sentía inquieta y quería ir de compras, pero no tenía ni idea de lo que quería comprar. Una fuerza la atrajo al centro de la ciudad, de una tienda a otra, tratando de encontrar lo que era.

Entró en un supermercado y empezó a hojear las revistas. Llegó a una página en color y se detuvo. "Vi la foto del Maestro. Llevaba ropa de ejercicio dorada. Supe que era la persona que me había defendido y avalado. Lloré como un bebé".

El artículo de la revista era sobre Falun Dafa. Se puso en contacto con los practicantes chinos locales basándose en la información del artículo.

Pasaron 25 años y la vida de Sonja ya no es la misma. "No hay palabras para expresar mi gratitud al Maestro Li. Gracias a la práctica de Falun Dafa, me he vuelto pacífica. Ofrezco ayuda sincera a todos los que me rodean, sin importar cómo me traten. Dejé de discutir con los demás, solo les deseo lo mejor".

Sigue trabajando en el sistema sanitario y ayuda a los grupos minoritarios. Su hijo ha crecido y ahora tiene su propia familia. Incluso su aspecto ha cambiado. Solía practicar la defensa personal. Ahora tiene un ligero sobrepeso y su aspecto es amable y menos intimidatorio. A muchos conocidos del pasado les cuesta reconocerla.

"Gracias a la práctica de Falun Dafa y a los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, me doy cuenta de lo maravillosa que es la vida. Espero de verdad que más gente pueda aprenderlo. ¡Le deseo a Shifu un Feliz Año Nuevo Chino! Gracias, Shifu".

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