(Minghui.org) Me llamo Lian Xin y tengo nueve años. Tuve la suerte de nacer en una familia de Dafa dizi. Obtuve el Fa después de nacer.
Mejorando mi xinxing en la escuela
Mientras esperamos el autobús escolar por la mañana, mi padre siempre me recuerda que debo mejorar mi xinxing en la escuela.
Estábamos jugando a un juego educativo en la computadora del colegio. Yo era competitivo y quería ganar. Estaba demasiado apegado a ganar, así que mis respuestas a todas las preguntas resultaron ser erróneas. Empecé a preocuparme, pero entonces pensé en algo que el Maestro Li nos enseñó en el Fa. Dijo que no fuéramos competitivos, así que vi el juego como una forma de mejorar mis habilidades y eliminé mi apego a querer quedar primero. Cuando terminó el juego, quedé en primer lugar y fui el más rápido en completarlo.
Mis compañeros de clase a veces se llevan mis cosas del colegio. Uno de ellos se llevó un lápiz que mi madre había comprado en China. Yo guardaba ese lápiz como un tesoro e incluso le pregunté a la profesora si lo había visto. Preguntó a la clase, pero todos negaron con la cabeza y dijeron que no habían visto mi lápiz.
Esa noche no pude dormir, preguntándome: "¿Quién se habrá llevado mi lápiz?". Estaba aprendiendo a tomarme las cosas a la ligera y me di cuenta de que quizá estaba demasiado apegado al lápiz. Cuando llegué al colegio a la mañana siguiente, el lápiz estaba de nuevo en mi pupitre.
Dos chicos del colegio me empujaron y me caí. Me dolía mucho la pierna y me enfadé mucho con ellos. Entonces me di cuenta de que quizá les había hecho daño en el pasado. Después de pensarlo, dejé de estar enfadado con ellos.
Mejorando mi xinxing en casa
Hice un dibujo para que mi hermana pequeña lo coloreara en casa. Era un dibujo precioso, pero mi hermana le dio la vuelta a la página y empezó a colorear otra cosa. Luego lo recortó con unas tijeras. Me enojé porque había pasado mucho tiempo dibujando. Le dije: "Nunca volveré a hacerte un dibujo". Se puso a llorar y me di cuenta de que quizá el dibujo que le había hecho era demasiado difícil de colorear para ella. También tenía el apego de presumir. Quería demostrarle a mi hermana lo bien que yo sabía dibujar. Voy a eliminar este apego.
Mi hermana siempre quiere jugar con los juguetes con los que yo juego. En el colegio me dieron como premio un tigre de peluche. Cuando llegué a casa, me di cuenta de que mi hermana no había visto mi nuevo peluche. Me fui a un rincón y empecé a jugar con él yo solo. Mi hermana se acercó y me exigió que la dejara jugar con el tigre. Me negué y se puso a llorar. Se lo contó a nuestros padres y, aunque no quería, tuve que dárselo. Después de jugar un rato con el tigre, lo rompió y yo me enfadé mucho. Me di cuenta de que tenía un fuerte apego al juguete y necesitaba eliminarlo. Arreglé el tigre con pegamento y quedó como nuevo. Le ofrecí el juguete a mi hermana siempre que quería jugar con él.
Estoy aprendiendo a hacer las tareas domésticas. Mi madre me enseñó a lavar la ropa. Dado que mi madre está ocupada, yo me encargo de lavar la ropa. Tengo que lavar y secar la ropa varias veces a lo largo de la semana y a menudo termino cubierto de sudor. Empecé a tener pereza y ya no quería lavar la ropa. Mi madre me dijo que hacía las tareas domésticas incluso cuando estaba cansada. Me dijo: "¿Qué pasaría si dijera que estoy demasiado cansada y decidiera no hacer la cena? Todo el mundo pasaría hambre y no tendría nada que comer".
Sigo lavando la ropa; en realidad es una tarea bastante sencilla. No debo guardar resentimiento y tengo que eliminar ese apego. Todos los miembros de la familia deben contribuir y asumir responsabilidades en el hogar. He eliminado mi apego a no ser capaz de sufrir penurias y ahora tengo una actitud positiva ante las tareas domésticas.
No solo lavo la ropa, sino que también he aprendido a fregar los platos, barrer el suelo y limpiar nuestra casa. Me gustaría hacerlo mejor para que mi madre tenga más tiempo para descansar.
Estudiar el Fa durante las vacaciones de verano
Un profesor estudió y recitó el Fa conmigo en el pasado. Mi madre me recordaba que practicara los ejercicios. Yo cultivaba con bastante diligencia. Pero durante las vacaciones de verano, no tenía a nadie de quien depender cuando estudiaba el Fa o practicaba los ejercicios. Empecé a flojear y siempre quería jugar. Mi padre me recordaba constantemente que terminara de estudiar el Fa y hacer los ejercicios antes de hacer cualquier otra cosa. Empecé a buscar en mi interior cualquier interferencia que pudiera estar obstaculizando. Espero hacerlo mejor.
Gracias, compasivo Maestro. Gracias, compañeros practicantes.