(Minghui.org) Soy de Vietnam y comencé a practicar Falun Dafa hace tres años.
El año pasado, un coordinador en Francia preguntó si había practicantes que podían ir allí para ayudar con Shen Yun. En ese momento, estaba haciendo un trabajo de investigación en una conocida universidad de Corea del Sur. Me presenté, pero pronto supe que el horario del espectáculo coincidía con el mejor momento para mi búsqueda de empleo, lo que significaba que tenía que posponer mi solicitud de trabajo si ayudaba con Shen Yun.
Luego lo pensé mejor. Sabía que la oportunidad de ayudar con Shen Yun era muy valiosa, y también quería elevarme en la cultivación. Pensé: "Siempre he tratado de arreglar mi propia vida, pero esta vez seguiré los arreglos del Maestro. No quiero que mis apegos a la fama y a los intereses personales interfieran en el camino que el Maestro ha dispuesto. Ayudaré a Shen Yun y no defraudaré al Maestro". Esa noche, sentí que una poderosa energía me rodeaba cuando hice el segundo ejercicio. Supe que había elegido el camino correcto.
En el avión a Francia desde Corea del Sur, miré la foto del Maestro. El Maestro me sonrió. Con mi vuelo a Francia, mi cultivación también entró en una nueva fase.
Dejar de lado el ego
Uno de mis trabajos consistía en ayudar a mantener unidas las dos cortinas antes y después de cada programa, porque no podían cerrarse completamente. Había que hacerlo dos o tres segundos después de cada escena, cuando las luces eran tenues, así que tenía que correr muy rápido hacia el escenario y salir de él en el momento justo. De lo contrario, el público me vería.
No soy una persona de ritmo rápido y no me muevo con velocidad. Me sentía nerviosa y me preocupaba que eso afectara al espectáculo si no lo hacía bien. Sabiendo que no podía hacer este trabajo sola, leí más el Fa y pedí ayuda al Maestro.
Me di cuenta de que, como practicante, no debía ver la tarea desde la perspectiva de la gente común. Era una practicante cuya misión es salvar seres conscientes, por lo que debía tener pensamientos firmes, puros y rectos.
Conseguí realizar la tarea sin problemas durante el primer espectáculo. Las dos horas de espera junto al escenario durante el espectáculo me parecieron un año, pero lo conseguí sin ningún error.
Sin embargo, durante una función de la tarde, me mostré accidentalmente en el escenario durante dos segundos y el público me vio. Estaba aterrorizada y me sentí abrumada. Miré la foto del Maestro y rompí a llorar. Le pregunté al Maestro en mi mente si podía seguir haciendo ese trabajo. Si no podía hacerlo, le pedí al Maestro que encontrara a alguien que me sustituyera.
De repente, recordé las enseñanzas del Maestro:
"Entonces, puesto de otra manera, si como Dafa dizi cometes un error, ¿ya no te permito ser más un Dafa dizi y te cambio por otro? (los dizi ríen) Pero si cuando esa persona comete un error tampoco se le permite ser un Dafa dizi y lo cambiamos por otra persona –¿puede esto funcionar?" (Enseñando el Fa en el Fahui de Nueva York de 2007).
El Maestro utilizó todos los medios para animarme a no abandonar. Nadie me culpó de ese error. Los demás practicantes me animaron a dejarlo pasar y a hacerlo mejor la próxima vez.
Poco a poco me di cuenta de que todos los seres de los tres reinos venían por el Fa, y también el teatro. Como discípula del periodo de rectificación del Fa, tenía la responsabilidad de ayudar al Maestro a salvar a la gente y ayudar al teatro a cumplir su misión. Recité el Lunyu y pasé más tiempo enviando pensamientos rectos. Antes de salir al escenario, siempre recitaba las enseñanzas del Maestro.
El Maestro dijo:
"Los Dafa dizi son dioses que han bajado al mundo terrenal con la responsabilidad de asistir a Shifu y salvar seres conscientes; están encargados de la responsabilidad de salvar a los seres conscientes en los mundos bajos" (Fahui de Nueva York 2016).
Cuando más tarde compartí este incidente con otra practicante. Ella me dijo: "Pregúntate por qué sucedió esto. Cuando algo no se hizo bien, se añadió a la carga del Maestro. ¿Miraste hacia dentro y averiguaste por qué cometiste este error?".
Me sobresalté e inmediatamente miré hacia dentro. Encontré un apego oculto. Me sentía orgullosa de mí misma por ser capaz de asumir esta tarea como nueva practicante y me creía superior a los demás. ¿En qué se diferenciaba esta mentalidad del ejemplo de las personas egocéntricas descritas en Zhuan Falun? ¡Qué equivocado y peligroso era tal estado! Fue un palo para despertar. La cultivación es muy seria; un mal pensamiento puede llevar a graves consecuencias. Sin embargo, nunca podré saber cuánto aguantó el Maestro por mí cuando no lo hice bien.
Cuando Shen Yun vino a la ciudad por tercera vez, un practicante bromeó: "Hemos eliminado tu ego". Efectivamente, después de viajar con el grupo de gira por Francia durante varios meses, ya no me consideraba tanto a mí misma y podía desprenderme del yo. Estaba dispuesta a hacer cualquier trabajo, incluso a la hora de dormir o de comer. Ya no me quejaba de los demás. Por ejemplo, si la cortina se balanceaba debido a otros factores, solía pedir a otras personas que se ocuparan del problema. Pero luego aprendí a resolver el problema yo misma.
Mi xinxing mejoró gradualmente mientras hice la gira con Shen Yun en Francia. Cuando Shen Yun regresó a esa ciudad por tercera vez, que era también la última parada en Francia, pude terminar mi trabajo sin problemas y sin estrés.
Persistir en aclarar la verdad a los chinos
Cuando estaba de gira con Shen Yun, quise montar un lugar de esclarecimiento de la verdad en el barrio chino de París, ya que había muchos chinos allí. Decidí hacerlo yo misma sin depender de otros practicantes. Busqué el lugar adecuado y solicité el permiso. Mi solicitud fue aprobada tras pasar por los complicados trámites administrativos.
Sin embargo, descubrí que fui la única que fue al lugar de aclaración de la verdad el primer día. Al principio, me molesté un poco, pero luego vi mis pensamientos negativos y los eliminé. Me dije que todo el mundo estaba muy ocupado y tenía sus propios proyectos. Ya que yo quería hacerlo, debía hacerlo bien y no depender de nadie más.
Así que coloqué las pancartas y distribuí los materiales por mi cuenta. No importaba cómo me tratara la gente, seguía sonriendo y era amable con todos. Al final funcionó muy bien, y pronto distribuí todo el material. Muchos chinos leyeron los materiales informativos sobre el engaño de la autoinmolación de Tiananmen, y otros vinieron a pedir un ejemplar de los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista.
Después de compartir mi experiencia con los demás practicantes, más de diez practicantes fueron al Barrio Chino en los días siguientes. Allí distribuimos muchos materiales y muchos chinos aceptaron abandonar al Partido Comunista Chino (PCCh) y sus organizaciones afiliadas. La verdad es que funcionó muy bien cuando tuvimos mentes abiertas y persistimos en lo que teníamos que hacer.
Antes de ir a Polonia para asistir al Fahui de Europea de este año, busqué en Internet un lugar donde pudiera aclarar la verdad a los chinos. Descubrí que a muchos chinos les gusta ir a un mercado mayorista cerca de Varsovia. Así que planeé distribuir allí el Epoch Times.
Al principio me acompañaron unos cuatro o cinco practicantes, pero pronto fueron pocos los que acudieron porque estaba muy lejos de la ciudad y teníamos que irnos temprano por la mañana. El último día, nadie más quiso ir.
Me desanimé y me pregunté si quería ir sola. Si nadie me llevaba, tardaría casi cuatro horas en dos sentidos en transporte público. Me sentía cansada y estaba lloviendo. Dudaba si levantarme temprano al día siguiente y cargar con materiales de aclaración de la verdad muy pesados en el autobús y el tren. Luego pensé en lo que los dioses pensarían de mí si prometía salvar a los seres conscientes de allí, pero no lo hacía.
Finalmente decidí ir. Sorprendentemente, en cuanto me decidí, un practicante dijo que me llevaría hasta allí. Otros tres practicantes se unieron a nosotros. Me emocioné y me di cuenta de que todo era una prueba. El Maestro dispuso lo mejor mientras yo tuviera pensamientos rectos.
Distribuimos rápidamente todos los materiales. Muchos chinos los leyeron en cuanto los recibieron. Una chica estaba muy contenta y agradecida cuando recibió el periódico. Dijo que un practicante chino distribuyó el Epoch Times allí hace varios años, pero que no volvió. Dijo que siempre había querido leerlo.
El Maestro dijo:
"La cultivación depende de uno mismo, el gong depende del shifu" (Primera Lección, Zhuan Falun).
Estoy agradecida al Maestro. Él arregló todo para mí cuando vio mi persistencia en salvar a los seres conscientes y mi firme creencia en Dafa.
Cultivarnos como cuando recién empezamos a practicar
Siempre fue difícil para mí equilibrar la realización de los ejercicios, la lectura del Fa y la aclaración de la verdad. Cuando estaba ocupada con proyectos, me era difícil concentrarme cuando estudiaba el Fa.
Todavía recuerdo cuánto aprecié el libro Zhuan Falun cuando lo leí por primera vez en Singapur y lo abracé en mis brazos. El libro era como una llave de oro para encontrar mi verdadero hogar. Todavía recuerdo toda la alegría que tuve cuando empecé a practicar. Sin embargo, con el paso del tiempo, este pensamiento se desvaneció y ya no sentía entusiasmo por practicar.
Hace poco, recibí una beca para estudiar chino en Taiwán. Siempre he querido aprender bien el chino, y agradezco al Maestro por haber organizado esta oportunidad de aprender chino y mejorar en la cultivación.
Los compañeros de Taiwán fueron muy cálidos y me ayudaron mucho. Me sentí rodeada por un campo de energía muy poderoso y puro y sentí que mejoré mi reino cuando participé en los ejercicios grupales y en el estudio del Fa grupal. Aunque mi chino no era muy bueno, pude entender nuevos principios del Fa cuando leí Zhuan Falun en chino. Cuando envié pensamientos rectos con otros practicantes, sentí que mi cuerpo en otras dimensiones era enorme y podía eliminar todos los seres malvados.
Mi chino progresó rápidamente, me habría llevado muchos años progresar si no hubiera estado en Taiwán. Ese precioso tiempo ha sido de gran ayuda para mi cultivación.
Mirando hacia atrás en mi cultivación, sabía que el Maestro estaba siempre a mi lado, dándome todo lo que necesitaba en mi práctica. Lloré mientras escribía este artículo para compartir experiencias. Cuando cometía errores, me sentía frustrada o deprimida, el Maestro siempre creaba más oportunidades para ayudarme a superar las dificultades, permitiéndome continuar la cultivación.
Mi corazón se estremeció cuando leí un poema de Hong Yin VI. (Todavía no hay una traducción oficial al español de Hong Yin VI. Esta es solo una traducción aproximada):
"...
Regresar a nuestro hogar sagrado salvando a los demás y a uno mismo
¿Cuántas personas pueden lograr esto y cuántas solo están hablando en vano?"
(Las dificultades para salvar a los demás y a uno mismo, Hong Yin VI)
Quiero cumplir mi voto y no limitarme a hablar de forma vacía. Quiero cultivarme con diligencia y no defraudar al Maestro. Espero que un día pueda estar ante el Maestro con las manos en Heshi (palmas juntas frente al pecho) y decirle: “He cumplido mi misión”.
Gracias, Maestro. Gracias, compañeros practicantes.
(Experiencia seleccionada para el Fahui de Taiwán de 2022)